6 comportamientos de un niño que no es feliz
"El mejor medio para hacer buenos a los niños, es hacerlos felices". Oscar Wilde.
Erika Patricia Otero
Cuando hablamos de felicidad creemos que esta depende de los logros materiales y que significa lo mismo para todos; pero la realidad es muy diferente.
La felicidad tiene tantos matices como personas hay en el mundo. Mientras para alguien esta es igual a ser millonarios; otras personas puede significar volverse famoso. Otras personas hallan felicidad en tener paz mental; para otros es un sentimiento de excitación desbordante.
Ser feliz realmente no es algo complicado. El problema radica en que la sociedad ha vendido una idea falsa sobre la felicidad. Nos pusieron el logro de alcanzarla como si de llegar a Júpiter se tratara; y de verdad que ser feliz no es complejo. Esto último es lo que hace que en nuestra interprete la felicidad como algo inalcanzable.
Lo realmente triste es que inculcamos en nuestros hijos ese concepto. No lo hacemos de manera directa, pero al mostrarnos amargados e insatisfechos, los niños entienden que no somos felices.
Ahora bien, como adultos creemos que si los niños “tienen todas sus necesidades cubiertas” son felices. Nada más errado que eso, los niños no son seres básicos aunque algunos adultos se empeñen en creerlo.
Un niño necesita mucho más que ropa, comida o la consola de video juegos de última generación. Requiere afecto, necesita tu tiempo y atención. Pese a eso, muchos padres creen que sus hijos no necesitan nada más que cosas materiales para ser felices.
Señales que indican que tu hijo no es feliz
La infelicidad en los niños facilmente detectable. Solo necesitas prestar atención y poner solución a su tristeza.
1 Ya no halla placer en las actividades que antes disfrutaba
Sea cual sea la edad de tu hijo; si no disfruta de lo que antes le sacaba risas, puedes empezar a sospechar que tu niño no es feliz.
Notar apatía por lo que hace pocos días atrás le gustaba, debe ser tomado como una señal de alerta.
2 No juega
La actividad número 1 de diversión de muchos niños es jugar. Ya se trate que juegue solo o con amigos, el juego es fuente de placer inagotable para los pequeños.
Si tu hijo es pequeño y no muestra interés en jugar o en salir al parque con amigos, no es feliz.
3 Se vuelve irritable
Que un niño sea irritable no es común a no ser que tenga alguna enfermedad física o mental.
Un niño infeliz se mostrará irritable aun má si un no habla. Esta será su manera de expresar su molestia y frustración.
Es claro que no podemos pretender que un niño sea feliz 24/7; sin embargo, que se queje y lamente todo el día y noche, tampoco es normal.
Si detectas que tu hijo llora sin motivos, está permanentemente enojado o angustiado; definitivamente tu hijo es infeliz.
4 Se enferma seguido
La tristeza puede hacer que las defensas del cuerpo disminuyan. Así, el organismo del niño atrapará más virus de los que su cuerpo “atraparía” si su humor fuera otro.
Además, tendrá más dolores de cabeza, malestar estomacal; incluso, perderá el apetito.
5 Se alteran sus hábitos de sueño
Es lo mismo que nos pasa a los adultos; la tristeza y los constantes pensamientos nos roban el sueño.
También puede ocurrir que se quede dormido en la escuela o que duerma en horarios que antes no solía hacerlo. Recuerda que las personas deprimidas duermen mucho.
6 Nada le genera alegría
Esto puede ser realmente preocupante, aún más si consideras que no hay ningún agente externo que le genere infelicidad.
Los niños por su condición de inocencia infantil no están tan atentos a los problemas de los adultos; por esto, son capaces de mostrarse felices en medio del caos. Pese a eso, cuando el niño no es feliz, va a mostrarse aislado, ensimismado y dejará de sonreír.
Recuperando la alegría
Cundo ya detectaste que tu hijo se siente infeliz debes actuar para evitar que la situación vaya en aumento. Quieres y debes evitar que tu hijo caiga en una depresión. Para lograrlo, lo primero que debes hacer es hablar con el niño al respecto.
Por nada del mundo restes importancia a sus sentimientos. Muéstrate empático y comprensivo; con esto logras “conectarte” emocionalmente con tu hijo. El niño se sentirá apoyado y entenderá que no será juzgado de ninguna manera.
Dentro de las confesiones de tu hijo puede haber una “crítica” a la manera como es disciplinado por ti. Si, su tristeza puede venir de tu manera de disciplinarlo. No lo tomes a mal, trata de analizar que haces mal y cambia tu actitud; esto puede ayudar a tu hijo a cambiar su estado de ánimo.
No digo que lo dejes sin ningún tipo de disciplina; solo recomiendo que hables más con tu hijo sobre sus acciones, sentimientos y consecuencias de sus acciones. Trata de educar en el respeto y no con miedo.
Recuerda que a ser feliz también se aprende. La familia debe saber que poner la felicidad con altas exceptivas, es poner un muro muy alto para lograrla a diario.
Ser feliz requiere de pequeñas acciones diarias que generen satisfacción. Por ejemplo, dedicar tiempo para ir al parque a jugar con tus hijos. Mostrar interés en los gustos de tus hijos también pueden hacerlo feliz si es algo que no sueles hacer.
La felicidad no es un estado de ánimo que se tienen que mantener constante. Es más bien un sentimiento que viene por rachas y como tal hay que acogerlo y experimentarlo.