6 maneras de enseñarle a tus hijos el valor de la puntualidad
Si no sabes cómo lograr que tu hijo reconozca el valor de ser puntual en cada momento de su vida, te invito a que leas lo siguiente.
Elizabeth González Torres
El tiempo es un elemento de suma importancia en la vida de cualquier persona. Al igual que el dinero, cada hora, minuto y segundo del día de un niño, adulto o anciano, tiene un valor particular para él mismo. El vivir en una época en donde todo transcurre tan deprisa y sin pausas, ha generado que se considere todo lapso de tiempo como un verdadero tesoro en el día a día de las personas.
Quizás, si tú -mi estimada lectora- vives en alguna de las muchas y grandes ciudades del mundo, comprenderás mejor la afirmación de la línea anterior. El simple hecho de habitar en una urbe donde -posiblemente- se registra un alto índice de tránsito automovilístico, sobrepoblación y escasez de transporte público, te hace más consciente sobre el valor que tiene, incluso, un segundo de tu día.
Sin embargo, y pese al gran significado que ha adquirido este tema, es probable que aún no logres instruir a tus hijos respecto al mismo. Sobre todo, en lo referente al hecho de que prever y respetar sus propios tiempos y los de las demás personas, les ayudará no sólo a ser individuos puntuales, sino también responsables.
Por tanto, si ahora mismo intentas enseñar a tus hijos el gran valor de la puntualidad, te comparto las siguientes 6 formas que te facilitarán dicha labor.
1. Sé tú misma un ejemplo
Se dice que no hay mejor manera de enseñar a los hijos algún valor o principio, que poniendo el ejemplo como madre o padre. Y esto es verdad. Así es que si tu intención es que ellos sean individuos con un sentido correcto de la puntualidad, procura ser tu misma su primer y más grande ejemplo al respecto.
2. Siendo pequeños, llévalos a tiempo a la escuela y a sus actividades
Si en verdad deseas que tus hijos sean hombres y mujeres puntuales, debes comenzar a inculcarles dicho valor desde su infancia. El sencillo acto de llevarlos puntualmente a cada día de escuela o a cada actividad que ellos tengan, les permitirá adquirir el hábito de la puntualidad para toda su vida.
En efecto, si desde pequeños tus hijos se vuelven conscientes de lo relevante que es llegar a tiempo a cada lugar al que vayan, será mucho más fácil que, al ser adultos, ellos conserven y transmitan dicha virtud.
3. Conversen sobre la trascendencia de la puntualidad en su vida profesional
Como se expone en el punto anterior, la puntualidad es una virtud que debes inculcar a tus hijos desde su niñez. Sin embargo, en algunas ocasiones, ya siendo ellos hombres y mujeres adultos, deberás recordarles la importancia de conservar este maravilloso hábito. Sobre todo, tendrás la obligación de hacerles notar las muchas bendiciones profesionales y laborales que recibirán si ellos ponen en práctica lo que tú ya les enseñaste. Además de bonos de puntualidad, incentivos, reconocimientos y demás, recibirán la gran bendición -si procuran ser constantes – de ser considerados como personas comprometidas.
4. Comparte los beneficios que ha traído a tu vida la puntualidad
Como su mamá, maestra y guía, comparte con tus hijos aquellas bendiciones y recompensas que has recibido a lo largo de tu vida, por ser considerada con tu tiempo y con el de los demás. Háblales sobre aquellas experiencias en las que el ser puntual te ha ayudado a tener mayor progreso personal, profesional e incluso, familiar.
5. Muéstrales que el ser puntual es una cualidad de “reyes y reinas”
En México solemos decir que la puntualidad es una cualidad de reyes y reinas haciendo referencia a que muy pocas personas cuentan con la misma. Es decir, solo aquellos que en verdad desean alcanzar el éxito en sus vidas cultivan esta virtud como parte de su disciplina diaria.
6. Concientízalos sobre la importancia de respetar el tiempo de los demás
Finalmente, es imprescindible que expliques a tus hijos que así como su tiempo es valioso, también lo es el tiempo de las personas que los rodean. Ayúdalos a tener conciencia de que, si adquieren la puntualidad como una virtud propia, ésta los bendecirá a ellos, a sus familias y a la sociedad en la que viven.