6 señales de que tú ganaste el juego del matrimonio

Si deseas conocer las señales de que has ganado el juego del matrimonio, entonces debes leer este artículo.

Erika Otero Romero

Para muchas parejas en el mundo, emprender la vida matrimonial resulta toda una aventura de la cual no se sabe qué esperar al cabo de vivir juntos cierta cantidad de años. Como muchos, todos esperan poder llevarse bien, sortear con sabiduría los retos del día a día, entenderse en la intimidad, apoyarse en los problemas y no ha de faltar la cantidad -a veces absurda- de expectativas que el uno deposita en el otro con la esperanza de que todas sean cubiertas.

Lo que sucede con todo lo anterior, es que menos de la mitad de las veces el matrimonio es lo que se esperaba y en ocasiones resulta ser todo lo contrario a lo que se imaginó antes de contraer nupcias. Si piensas que solo las mujeres se desilusionan al ver que la realidad está muy alejada de lo que se pensó, estás equivocada, pues los hombres guardan en secreto sus esperanzas. Sin embargo, hay señales que una pareja puede identificar y que les harán saber de forma indudable que han ganado el juego del matrimonio, cosa que los hará sentir muy bien y motivados a seguir adelante. A continuación señalaré algunas de ellas.

1. La comunicación es fluida y continúa

Así sea que no hablen allá de temas sin importancia, el asunto es que siempre tienen algo que compartir: una anécdota del trabajo o de tiempos pasados, de sus sueños mutuos e individuales o lo que se les ocurre en ese momento. Una pareja que ha conquistado las barreras del tiempo y en la que no existe el aburrimiento, habla de todo sin tapujos. Aunque sean tan diferentes como el agua y el aceite, siempre tratan de encontrar un punto en el que puedan estar de acuerdo y si no lo logran, se respetan y le sacan el mejor partido.

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2. Las discusiones son pocas y no se enojan por mucho tiempo

Los matrimonios donde las parejas siempre están de acuerdo en todo, no existen. Un punto a favor es que si llegan a conocerse, con el paso de los años aprenderán a diferenciar qué es lo que le molesta al uno del otro, entonces sabrán andar con “pies de plomo”.

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Sin embargo, habrá ocasiones que se cruce esa delgada línea entre la tolerancia y el punto cero (el límite de la paciencia) y surja una discusión, pero como se conocen bien, no tardarán en encontrar la solución a los inconvenientes. Si a lo anterior le agregas que ambos llegan a desarrollar humildad para reconocer sus errores, entonces las cosas marcharán mejor de lo esperado y el enojo no durará mucho.

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3. Existe un buen entendimiento marital

Este es un punto delicado, ya que muchas mujeres se unen a sus parejas teniendo muchas expectativas así como miedo respecto al ámbito de la intimidad. Se requiere de mucha confianza y honestidad para hablar sobre lo que les gusta y no con respecto a las relaciones íntimas. Con el tiempo, la pareja comprende que el aspecto sexual no es lo primordial dentro del matrimonio y aunque no pase a un segundo plano, saben que en el matrimonio también hay otras columnas que deben fortalecerse para que la relación sea sólida y duradera.

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4. A ambos les agrada pasar tiempo juntos

Ambos gustan de hablar, ver televisión, salir juntos o con los hijos, jugar o simplemente compartir el silencio, pero siempre juntos porque se sienten cómodos en compañía del otro.

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5. Se escuchan mutuamente

Muchos problemas maritales aparecen porque la pareja no logra desarrollar la capacidad de escuchar lo que el otro dice. Si logran vencer las barreras del orgullo y se permiten reconocer que para poder responder, entender y comprender a su cónyuge es necesario callar mientras el otro habla, entonces habrán conquistado una parte vital de la relación de pareja.

6. Las expresiones de afecto no se hacen esperar

A muchos hombres y mujeres les cuesta demostrar de manera física el afecto que sienten por sus parejas, por lo que dejan esas muestras de cariño para los momentos de intimidad.

Sin embargo, ambos integrantes de la pareja necesitan escuchar que su compañero les ama, y si eso va acompañado de un guiño, un beso, un abrazo o una caricia, el amor será reafirmado con cada manifestación física y verbal del mismo.

Si a todas las anteriores señales de que ganaste el juego del matrimonio le agregas una buena dosis de espiritualidad, entonces puedes decir que has logrado el premio que toda unión merece: la felicidad matrimonial.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.