6 señales que revelan que tu hijo no es feliz y cómo ayudarlo

Nuestros hijos pueden sentirse infelices por muchos motivos distintos, ayúdalos a recuperar su felicidad y bienestar con estas recomendaciones.

Adriana Acosta Bujan

Sin temor a equivocarme, puedo afirmar que todos los padres deseamos que nuestros hijos sean felices, verlos sonreír todo el tiempo se convierte en nuestro mayor desafío. Sin embargo, hay distintos tipos de crianza que pueden estar afectando a nuestros hijos convirtiéndolos en niños infelices; tal vez esto se deba a las distintas formas de educarlos.

Por ejemplo, ser padres muy estrictos, demasiado flexibles, autoritarios o perfeccionistas, son algunas causas que restan felicidad a nuestros hijos. También pueden existir otras razones que son externas, como la carga de responsabilidades en el colegio, que alguien los esté acosando o molestando, o la pérdida de un ser querido, entre otras situaciones adversas.

Pero para descubrir el origen y la raíz de su infelicidad, tenemos que estar muy alertas y atentos a algunas señales que nos revelarán cuál es el motivo de su tristeza. De esta manera, podremos ayudarlos para actuar de inmediato.

Señales de alerta

La felicidad es un concepto complejo que ha sido debatido desde la antigüedad, sin embargo podemos resumirlo como “El tener una vida plena”. Esta vida plena engloba aspectos físicos, psicológicos y sociales que deben contar con cierta estabilidad para que realmente se pueda manifestar el sentimiento de felicidad en el ser humano.

Comprendido lo anterior, vamos a revelar algunas señales que indican infelicidad en nuestros hijos.

1. Se enferman muy seguido

Esta señal puede ser un distractor para los padres, ya que realmente pueden existir síntomas físicos que demuestren que existe algún tipo de enfermedad, sin embargo, cuando los niños ponen muchas excusas relacionadas con un malestar físico “frecuentemente” y sin tener un diagnóstico previo de algún especialista, puede indicarnos que algo no anda bien y que puedan sentirse infelices.

Ahora bien, ¿cómo puedes darte cuenta de inmediato? Por lo regular, los niños no logran conciliar el sueño y tienen pesadillas constantes, así como también pueden dejar de comer, o les cae mal lo que comen sin que antes hubiera pasado, presentan dolores de cabeza o de estómago frecuentemente.

2. Pierde interés por jugar

Para la mayoría de los niños el juego es un factor importante en sus vidas, si te has dado cuenta, ellos se despiertan con la ilusión de jugar y jugar todo el día, pues es su manera de comunicarse y conocer el mundo que les rodea (sobre todo cuando son pequeños).

Entonces cuando observes que tus hijos han perdido el interés por jugar a pesar de tener millones de opciones para distraerse, incluso con alguna compañía, entonces podrías pensar que se trata de una señal relacionada con la infelicidad.

3. Se enojan e irritan

Los cambios de humor repentinos están relacionados con la infelicidad, por lo general los niños se frustran rápidamente, se vuelven agresivos, respondones, groseros y hasta violentos (cuando por lo regular no eran así).

Incluso, suelen destruir todos sus juguetes o cualquier cosa que tengan en sus manos para dejar escapar sus emociones negativas.

Puedes darte cuenta de esta señal cuando tus hijos parecen estar enojados con todo el mundo, con las cosas que tienen, con las personas que los aman, en general con todo lo que les rodea y hacen; incluso hasta con sus padres.

4. Se muestran desganados

Así como lo mencionábamos anteriormente, pierden el interés por jugar, también lo hacen con todo. No quieren ir al colegio, no quieren realizar sus actividades físicas o recreativas, no quieren hablar, no quieren ver la televisión.

Siempre te dirán que están aburridos y que a pesar de que hagas todo lo posible por mantenerlo ocupados, ellos se rehusarán a seguir indicaciones e instrucciones.

5. Vuelve a mojar la cama

Por alguna razón, los niños vuelven a hacerse pipi en la cama, y eso indica que algo no está bien con ellos y esto será un foco rojo de alerta para los padres. Por lo regular, lo hacen para llamar la atención, porque tienen miedo o tal vez podría tratarse de algún trauma que están experimentando, como ser víctimas de algún maltrato psicológico en casa o en el colegio, o en cualquier otro lugar.

6. Lloran y se aíslan

Dejan de convivir con los demás y de participar en las reuniones familiares. Por lo general, suelen permanecer mucho tiempo en su habitación (solos) sin hacer nada y tal vez llorando. Esta señal podría estar relacionada con la depresión, ansiedad o con alguna afección, por lo que sería recomendable descubrir la razón de su comportamiento para luego poder tratarlo con un especialista.

¿Cómo ayudar a los hijos a recuperar la felicidad?

Muchos estudios se han realizado a lo largo del tiempo para medir el grado de felicidad infantil; algunos resultados indican que la felicidad de los niños está enfocada en la manera de criarlos a través de experiencias agradables y metas logradas por ellos.

Por ello, será importante considerar:

• Encontrar los motivos reales de sus emociones negativas aplicando la comunicación y escuchándolos con empatía y atención.
• Analizar la situación para determinar si se requiere ayuda de un especialista o no.
• Motivar a los hijos por medio de incentivos y recompensas por las cosas que hagan bien.
• Mostrar interés por ellos y por las cosas que realizan, para guiarlos y apoyarlos.
• Ser flexibles con las reglas sin perder autoridad, es decir, dejar que ellos sean niños (traviesos, elocuentes, arriesgados y aventureros).
• Brindarles tiempo de calidad y no solo de cantidad, para así lograr que acumulen experiencias significativas en sus memorias.
• Permitirles opinar y expresar sus ideas, sobre todo en la toma de decisiones familiares.

En conclusión, es importante estar alertas a estas señales y enfocarnos más en descubrir las causas reales de la infelicidad, para saber cómo ayudarlos y apoyarlos. Recuerda que tu ejemplo es de vital importancia para que ellos se sientan bien.

Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.