Como mujer tienes un superpoder que no siempre aprovechas
El hecho de nacer mujer es un regalo inmenso. Descubre aquí tu poder y fuerza y comienza a florecer.
Marilú Ochoa Méndez
Ella no podía ver los colores, pues sus ojos habían nacido muertos. Sin embargo, sentía cada uno de ellos en el viento que refrescaba la cara, la lluvia que siempre la hacía reflexionar y en la calidez del sol. Se sentía triste porque los que sí podían ver, parecían no notar las maravillas del mundo, y estaban tan ocupados en moverse que se olvidaban de mirar.
Si ella pudiera ver siempre se detendría a observar con detalle, a valorar y a agradecer. Desafortunadamente, ella nació también limitada a expresarse, pues no podía escuchar. Sin embargo, esto no la detuvo. Su corazón, encerrado en un cuerpo desconectado, supo darle vida a cada uno de sus sentidos, y su legado es reconocido aún hoy en día. Te estoy hablando de Hellen Keller: escritora, conferencista y activista política estadounidense quien a pesar de haber nacido ciega, sorda y muda, floreció y viajaba por el mundo.
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La piedra de toque que hizo despertar su corazón fue su profesora, Ann Sullivan, especialista en educación a personas con necesidades especiales, quien supo ver en esa niña berrinchuda y guiada únicamente por su instintos un tesoro enterrado que sacó a la luz con paciencia firmeza y amor.
El día de hoy, urgen mujeres como Ann, que tengan la sabiduría para ubicar tantos tesoros y la dedicación para desenterrarlos.
¿Qué es ser mujer?
En Ann Sullivan, la misma Helen Keller, las mujeres enormes y valiosas del Evangelio, tantas madres que salen adelante de situaciones terribles tenemos una constante: saber mirar más allá.
Juan Pablo II, el papa polaco, invitaba a la mujer a llenar el mundo tan falto de sensibilidad con sus cualidades eminentemente femeninas, se refería a la sensibilidad, a su visión particular más centrada en el hombre y menos en los logros. Invitó a la mujer a “ser lo que es”.
Mujer, sé lo que eres
Para poder asumir quienes somos, es preciso primero conocernos, adentrarnos en nuestro corazón de mujer. Tener tiempo para estar en soledad disfrutando nuestra propia compañía. Saber hacia dónde queremos dirigirnos y tener el valor de ponernos en camino. El cantautor argentino Facundo Cabral, dio en el clavo con esta reflexión: “No encuentras la felicidad, y es tan fácil, sólo debes escuchar a tu corazón antes que intervenga tu cabeza que está condicionada por la memoria, que complica todo con cosas viejas, con órdenes del pasado, con prejuicios que enferman, que encadenan: la cabeza que divide, es decir empobrece, la cabeza que no acepta que la vida es como es, no como debería ser. Haz sólo lo que amas y serás feliz.”
Aprender a amar
Los hombres tenemos la posibilidad de elegir nuestros caminos para dar determinados rumbos a nuestra vida. Podemos tomar un puño de limones y aventarlos a los cristales para desahogaros, o refrescarnos con una limonada. En ocasiones, sufrimos falta de amor, y eso nos marchita. Podemos sentir que aventarlos nos ayudará a desahogarnos, pero al final nos dejará al descubierto y no podremos saciar nuestra sed.
En este sentido, Juan de la Cruz, místico español del siglo XVI afirmó que “donde no hay amor, es preciso poner amor y obtendremos amor”.
Tu superpoder: sacar un conejo del sombrero
¿Has visto cómo un mago saca un conejo del sombrero? Tu superpoder es casi igual, solo que mucho, mucho mejor. Tú tienes en tu corazón lleno de sensibilidad y sueños el tesoro del amor, que obtiene siempre de un lugar vacío, alegría, esperanza y triunfos.
Una mujer entregada y tercamente dispuesta a tener una mirada limpia que limpie lo que ella mira, es imparable y cuenta con una presencia iluminadora. No te limites por no tener en tu corazón el amor necesario como combustible. Dedícate a sembrarlo y no tengas dudas de que obtendrás mucho, mucho más.
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¿Cómo asumir y proyectar esta capacidad?
Para asumir y proyectar este don, te recomiendo:
1. Conocerte y confiar en ti misma
Eres un regalo, con y sin los defectos que te enloquecen, con y sin la figura que tienes en este momento, con y sin tus problemas y miedos.
2. Buscar llevar una vida de oración
La oración tiene una fuerza imparable, pues depositas en el Creador tus anhelos y sueños, y encuentras ahí el apoyo del Todopoderoso.
3. Confiar en tu sexto sentido e instinto
Desarrollar esa sensibilidad “de fábrica” que tenemos las mujeres es algo que fluirá conforme avancen los dos puntos anteriores, confía de corazón en lo que observas y captas en tus vivencias diarias, y actúa.
4. Levantarte y tener esperanza
A veces, la más difícil, especialmente cuando la realidad parece esforzarse en desesperarnos, en el agotador trajín de lo inmediato.
Así que tranquila, Dios te ha creado llena de magia, lánzate a la aventura de llenar de vida tu existencia y la de los tuyos.
Marilú Ochoa Méndez
Enamorada de la familia como espacio de crecimiento humano, maestra apasionada, orgullosa esposa, y madre de siete niños que alegran sus días. Ama leer, la buena música, y escribir, para compartir sus luchas y aprendizajes y crecer contigo.
