Pareja de ancianos lloraba de soledad, alguien llamó a la policía; esta imagen acapara las redes

"Una historia de humanidad urbana", deja que esta historia ilumine tu día.

Mariel Reimann

Es justo allí, cuando el mundo convulsiona, cuando las malas noticias cubren los muros sociales, cuando la información de atentados y de muertes injustas nos bombardean casi desde que abrimos los ojos, cuando en ese rincón del mundo, 4 policías llenos de humanidad, cambian el curso de la historia y nos regalan un poco de esperanza.

La foto captura a dos ancianos sentados alrededor de una mesa, comiendo fideos y a dos policías cocinándoles. Esta historia tomó lugar hace unos días en algún lugar de Roma. La policía tituló la publicación: “Una historia de humanidad urbana”.

En una de esas tantas tardes de casi 70 años de casados, pero ahora totalmente vacías, Michele, de 94 años de edad, y Jole, de 89, se encontraban en su vivienda en una completa y total soledad. Al parecer nadie visita a esta pareja de ancianos que han dejado sus vidas amando a los suyos.

“A veces la soledad se derrite en llanto”, dice el comentario en el relato publicado en El Mundo. La pareja estaba llorando y gritando de desesperación y soledad cuando uno de los vecinos decidió llamar a al policía; sin saber qué era lo que estaba pasando, los sonidos eran definitivamente de dolor.

Cuatro policías acudieron a la ‘escena del crimen’, para encontrarse con el crimen más atípico que ellos hayan tenido que enfrentar; la soledad y la falta de amor fueron, en este caso, los ladrones que entraron en la vida de esta pareja de ancianos.

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Allí en el instante que estos 4 policías se dieron cuenta de lo qué estaba sucediendo, es cuando esa humanidad, en la que a veces le perdemos la fe, afloró. Mientras esperaban por la ambulancia a la que ellos habían llamado para asegurarse de que los ancianos no presentaran ningún problema de salud, decidieron revisar la despensa de la humilde morada y cocinarles una cena ‘en familia’.

La foto que captura el momento en el que estos dos ancianos disfrutan de unos sencillos fideos con manteca y queso mientras uno de los oficiales sigue cocinando, capturó el corazón de miles de personas.

¿Cuándo fue la última que visitaste a tus padres y abuelos?

Vivimos con la errónea creencia de que siempre lo que podemos hacer hoy, lo podemos dejar para mañana. Los mañanas, a veces, nunca llegan.

Sin importar lo asombrosos que fueron o dejaron de ser tus padres y abuelos, ellos siempre formarán parte de ti, y todos tenemos tanto para darles y agradecerles. Y yo sé que vivimos en un mundo sumamente acelerado, en el que a veces pareciera que nos faltara el tiempo para poder respirar. Sin embargo, tus padres, por más ancianos e ‘inservibles’ que estén, son tu padres, están vivos y probablemente pensando en ti mientras tú lees este artículo.

Mi madre vive en el otro lado del mundo, y lo único que puedo hacer es llamarla por teléfono. Esta es mi primer prioridad cada día una vez que abro mis ojos. No tengo que venir a mi oficina hasta las 8 de la mañana, pero me levanto a las cinco y media para tener tiempo de aprontarme, arreglar las cosas en la casa y sentarme a tomar mate (una especie de té de mi país) mientras la llamo y la coloco en el altavoz. Me gusta pensar o sentir que estamos tomando mate juntas, como lo hacíamos mientras yo crecía en Argentina.

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Todo cuenta para nuestros viejitos hermosos

Organízate y encuentra el tiempo para llamarlos, visitarlos, enviarles fotos, cocinarles. Lleva a tus hijos, déjalos que disfruten de sus nietos, deja que surquen sus almas con sabiduría y amor incondicional.

No te alejes por que antes de que te des cuenta, ya no podrás levantar el teléfono y escuchar esa voz temblorosa y alegre por saber que tú aún los amas y ellos siguen siendo una prioridad en tu vida.

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.