4 Maneras de salvar tu matrimonio aún cuando ya te han pedido el divorcio

Si tu matrimonio tiene algunos visos de divorcio y sientes que aún estas a tiempo de salvarlo, te aseguro que éste artículo podrá ayudarte mucho .

Erika Otero Romero

Cuando una pareja decide casarse lo hace con miras de pasar el resto de su vida juntos, para sorpresa de una o ambas partes, en algún lugar del camino se pierde ese objetivo primario y un día ya no se toleran más, es entonces cuando uno de ellos considera que lo mejor para ambos es divorciarse.

A muchas parejas les ocurre lo mismo. Al principio parecía muy fácil imaginarse despertando al lado de su ser amado cada mañana del resto de sus vidas, llegar del trabajo y sentarse a hablar de cómo ha ido el día, ayudar en la resolución de problemas del hogar, tener hijos y verlos crecer hasta que partan de casa y soportar con humildad y paciencia el mal humor ocasional de su amor, entre tantos otros retos maritales, pero al cabo de un tiempo convivir con quién se ama se hace demasiado pesado.

Despertar a su lado ha perdido la magia, se llega del trabajo tan cansados y tan enojados que se desquitan con su pareja, pasan algunos años y los hijos no llegan o la crianza no resulta tan maravilloso como creían, y para completar no hay tanta paciencia para aguantar reclamos (a veces) sin fundamento, resultado: agotamiento del afecto y hastío marital.

Sí, salvar un matrimonio en meses después de años de detalles devastadores parece imposible y tal vez lo sea, pero siempre se puede intentar salvarlo y no perder nada en el intento. Debido a eso expondré a continuación algunos recursos a los que puedes recurrir para tratar de salvar tu relación marital aunque ya te hayan pedido el divorcio.

No ruegues

Te ha dicho que quiere divorciarse, quizás tu reacción sea llorar, pedirle razones, mandar mensajes de texto o incluso chantajearle, ¡NO LO HAGAS! Si quieres salvar tu relación no lo hagas porque el resultado será adverso.

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Solo deja que haga lo que sea que guste. Ponte en sus zapatos e imagina que eres la que ha pedido el divorcio y que no te reclama ni nada, ¿Cuál sería tu reacción? Desconcierto, incertidumbre quizás. Esperaba que reaccionarás de forma “histérica” como siempre pero no, entonces empezará a pensar en si está haciendo lo correcto. Ese es el primer paso.

Examen de conciencia

Para que un matrimonio se acabe se necesita dos; sin embargo, es la otra persona la que ha dicho: “ya no aguanto más”, entonces procedes a analizar sobre LO QUE HAS HECHO PARA QUE HAYAN LLEGADO HASTA ESE PUNTO, (por eso de que solo puedes pensar por ti)

Tómate un tiempo para pensar que tanta culpa tienes para que haya llegado a esa decisión, luego lápiz y cuaderno en mano escribe todas las impresiones mentales que has tenido; quizás en tu lista se encuentren: celos sin fundamento, discusiones por minucias, desautorizarlo frente a los hijos, no ser tan perceptiva respecto a sus problemas, sobre exigencia económica (por ejemplo).

Lista en mano y como aún deben convivir juntos mientras llegan los papeles, aprovecha el momento y ¡CAMBIA! y ésta vez en serio. Eres consciente de lo que no has hecho o has hecho mal y CAMBIALO, ese es el primer paso para la tarea de salvar tu matrimonio.

Mejora tus capacidades comunicativas

El arte de la comunicación es esencial para llevarse bien. Lo que ocurre es que muchos olvidan que ésta es de dos vías: el que enuncia (habla) y el receptor (el que escucha) .En su lugar ambos hablan y (a veces) gritan a la vez en un vano intento por tener la razón.

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Durante esos enfrentamientos se dicen muchas cosas, y por lo general lo que se expresa es lo que incomoda o duele que haga el otro, pero en ese ir y venir de razones se pierde el objetivo y se llega a la impotencia y a las peleas.

Esto es algo difícil de cambiar, pero no es imposible. La fórmula es CAMBIAR LA FORMA EN LA QUE REACCIONAS ANTE UN INTENTO COMUNICATIVO, ejemplo:

CALLA y ESCUCHA, si antes no lo hacías ahora eso generará una reacción en tu pareja, luego pide que te escuche (es tu derecho), si empieza a gritar entonces calla o habla muy bajito, eso hará que deje de hacer lo que sea que esté haciendo y te escuche de una buena vez por todas. Hazlo hasta que dé resultados.

Distánciate y toma un tiempo para ti

Hay algo extraño a veces en las parejas, quieren divorciarse y poner espacio entre ellos y la persona que dicen ya no amar, pero cuando esa persona a la que “ya no aman” retoma las riendas de su vida, se empieza a arreglar mucho más que antes, se preocupa por tener tiempo para sí misma tomando algún curso o retomando los estudios que dejó a medias cuando se casó, es entonces cuando se cuestionan acerca de lo que pueda llegar a estar pasando.

Muchas veces, ese pedido de divorcio es solo de “dientes para afuera”. ¿Quería ver como reaccionabas ante ese pedido? Bueno, ahí tiene los resultados, dale una prueba de lo que sería su vida sin ti en ella. Es cierto que nadie es indispensable pero tras años de rutina y costumbre, de saberte “solo de él” (por muchos defectos que tengas) le haces ver que la vida sigue y que no estas dispuesta a echarte a morir.

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Pueda que sea un arma de doble filo, pero al fin y al cabo, sea como sea que se den las cosas entre los dos (divorcio o no) te estas fortaleciendo, demostrándote que eres valiosa y que la vida sigue.

Es posible que no sepas si va a surtir o no el resultado que esperas, pero sea como se den las cosas piensa que siempre será lo mejor para ambos y los hijos, siempre y cuando lo asuman con madurez y no se olviden de lo que realmente importa. La felicidad que un día soñaron y que DEBEN darle a los hijos.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.