5 enseñanzas IMPORTANTES que nos dejaron los Juegos Olímpicos

El ejemplo de un conjunto de deportistas pueden ser utilizados para aplicarlos en la vida diaria tanto de forma personal como familiar.

Erika Gaytán

No pude ver completo los Juegos Olímpicos porque tuve mucho trabajo, pero lo poco que vi me gustó. Los diferentes deportes; la emoción de la gente que está viendo los partidos; el rostro de los entrenadores llenos de angustia o de satisfacción; las gradas llenas de emoción, de colores, de júbilo; los orgullosos padres contemplando la actuación de sus hijos; los comentaristas que en algunas ocasiones dejaban a un lado su neutralidad y mostraban su algarabía porque su equipo ganaba.

Era difícil ver un torneo y no tomar partido por uno de los equipos aunque no fuera el de tu propio país y cuando se trataba de algún compatriota querías estar ahí para demostrarle que no estaba solo y que tuviera más confianza para ganar… los sentimientos estaban a flor de piel. Para muchos fue la ocasión de conocer deportes que ni siquiera sabían que existían, para otros fue recordar haberlos practicado alguna vez. Era curioso ver que familias completas se reunían para ver las diferentes categorías; es más, en la misma calle podías ver o escuchar el entusiasmo en la gente.

Independientemente de las medallas que cada jugador ganó y la satisfacción que pudieron dar a su afición, yo creo que hicieron algo más grande, nos dieron lecciones de vida y me gustaría remarcarlo:

1. Trabajo en equipo

Todos los deportes mostraban este punto aunque la misma actividad no fuera así, ya que aparte de los jugadores, otras personas intervinieron, sin la ayuda de las cuales los atletas no habrían tenido los mismos resultados. Esto mismo sucede en la casa o en el trabajo, todos tienen una labor y sin alguno de estos elementos, difícilmente se obtienen resultados óptimos.

2. Buscar su sueño

Algunos cronistas compartieron anécdotas admirables de jugadores, como aquel boxeador que no contaba con los recursos necesarios para poder viajar a Brasil y se dio a la tarea de “botear” (pedir dinero en un bote en el transporte público). Aparte del entrenamiento constante, de dietas rigurosas se olvidó de todo para salir a las calles y conseguir lo único que le faltaba con tal de ir en busca de su ideal.

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3. Alimentación saludable

Los deportistas demostraron que el comer sano no significa sacrificar tu cuerpo al grado de dejarlo escuálido, más bien es buscar su peso ideal y torneado. Para lograrlo, te recomiendo comer de manera balanceada (carbohidratos, grasas, agua, azúcares, etc.) un poco de todo sin exagerar, al menos 5 veces al día. Toma al menos dos litros de agua diarias y para no ingerir alimentos de más, toma antes uno o dos vasos con agua.

4. Practicar algún deporte

Se vieron todo tipo de ejercicios y para todos los gustos: voleibol en la playa, fútbol soccer, natación, ciclismo, clavados, etc. No hay pretexto, elige uno y al practicarlo recuerda que el cuerpo es solo tuyo, si no te cuidas tú ahora, nadie más lo va hacer por ti y, tarde o temprano, te cobrará factura por la falta de actividad que nunca le brindaste.

5. Unión familiar

La mayoría de las veces cuando un equipo o jugador iba a competir, mostraban en pantalla el rostro de sus familiares, en algunos casos hasta los entrevistaban. Lo mismo sucedía en los hogares, se utilizaron los J.O. como un pretexto para sentarse todos juntos y ver las competencias, no solo como simples espectadores, sino también para comentar lo que sucedía, expresar sus emociones y sus conocimientos sobre el tema.

Fue muy satisfactorio poder ver el esfuerzo de tanta y tanta gente que tiene una ilusión en la vida y hace hasta lo imposible por lograrlo. De la misma forma es maravilloso que esa fuerza pueda ser transmitida a tanta gente y pueda dejar una enseñanza o más… Eso depende de ti.

Toma un momento para compartir ...

Erika Gaytán

Oriunda de la tierra del taco, el mariachi y el folklore. Periodista de profesión y corazón. Por muchos años he tenido la fortuna de colaborar como docente en la educación de niños, adolescentes y jóvenes. La música, la enseñanza, la investigación, lectura y escritura son mis grandes aficiones.