4 tipos de padre (o madre) que DEBES evitar ser a toda costa

No hay labor más difícil y esmerada que la de ser padres. Por eso es importante que sepas qué no debes hacer en la crianza de tus hijos, para que ellos tengan un futuro prometedor.

Erika Otero Romero

En Colombia y quizás en otros países de habla hispana, existe un refrán que dice lo siguiente: “Padre no es el que engendra, sino el que cría” y para ser honesta, estoy de acuerdo con ello. Emprender la labor de ser padres es una tarea de valientes que hoy día pocos están dispuestos a asumir.

Puede que, en un inicio, las responsabilidades se reduzcan en estar ahí para ayudar a la esposa embarazada a lidiar con los malestares propios del embarazo, para luego acompañarla en el nacimiento del bebé. Pero, sin duda, después viene lo bueno: crecer y aprender con el pequeño todo el proceso de educarlo y verlo desarrollarse. Lo anterior pasa con cada uno de los hijos que nacen, porque cada uno es diferente al otro y por lo tanto, también lo son sus necesidades.

No se espera que una mujer o un hombre sean padres perfectos, ya que eso eso es imposible, sin embargo, sí se busca que cada cual dé lo mejor de sí en el desempeño de su rol como padre o madre. Es por esa razón que se hace necesario que conozcas estos 4 tipos de padres en los que debes evitar convertirte, a toda costa.

1. Padre Ausente

Existen dos tipos de ausencia: la de aquel que está de cuerpo presente pero es emocionalmente ausentepara su familia, y la de aquel que no asume la responsabilidad adquirida y se va sin importarle nada. En cualquiera de los casos, como su nombre lo indica, no está ahí para sus hijos y deja toda la responsabilidad a la madre e incluso, cuando provee económicamente hablando, se limita a eso.

Hay que hacer hincapié en algo: cuando se trata de una ausencia física, resulta mucho más fácil explicarle al menor las razones de ese vacío, ya sea que la situación sea causa de muerte, divorcio o trabajo. Sin embargo, cuando se trata de ausencia emocional resulta mucho más complejo explicarlo, además de ser una situación mucho más dañina para el menor, ya que es más difícil de superar incluso cuando se es adulto. En ocasiones, la madre intenta encubrir la situación excusando al otro o compensando el hecho con exceso de atención, pero esto resulta infructuoso la mayoría de las veces, porque de igual manera lacera la autoestima del niño.

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Consecuencias en los hijos, debido a la ausencia emocional

Si bien los efectos de esta situación suelen verse a mediano y largo plazo, van desde la hostilidad, la desconfianza o el estar a la defensiva, hasta el desapego y la inseguridad en las relaciones que puedan llegar a establecerse con amigos o incluso con la pareja.

También puede darse el caso de que el menor se vuelva emocionalmente dependiente, dándose el caso de que, aunque la esté pasando mal, no se atreva a romper un vínculo afectivo por muy negativo que sea. La razón de ello podría ser el miedo a sentirse solo o abandonado. En este sentido, pueden llegar a establecer relaciones tóxicas debido a su necesidad a sentirse queridos y aceptados, con el riesgo que esto implica en cuanto a la posibilidad de formar parte de grupos sociales dañinos, en la búsqueda de encontrar lo que no han tenido.

2. Padre Agresivo

Evidentemente, un padre agresivo es aquel que daña física y psicológicamente a sus hijos, ya sea con palabras o con actos violentos que los anulan y humillan.

Consecuencias de la agresividad en los niños

Además del evidente daño físico y emocional que este tipo de actos ocasiona, el niño suele crecer con un fuerte resentimiento hacia el padre maltratador, que puede durar por mucho tiempo. Como consecuencia de ello, los niños pueden mostrar algunas de las siguientes características de la personalidad:

  • Retraído: Es el niño que busca protegerse a través del aislamiento. Tienden a ser tímidos y poco sociales, además de ser inseguros. En la adultez, la situación tiende a no cambiar mucho, llegando a propiciar y permitir que otros lo dañen.

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  • Victimario: Opuesto al caso anterior, el menor busca sacar su ira lastimando a los demás de la misma forma en que fue o es agredido. De adulto, es posible que se convierta en una persona violenta, repitiendo lo que de pequeño vivió.

  • Protector: Este rasgo es más común en los hijos primogénitos, ya que se sienten en la obligación de proteger a su familia del padre maltratador. En la edad adulta, suelen buscar situaciones conflictivas que les permitan perpetuar su conducta protectora.

3. Padre Exigente

Palabras más o menos, son aquellos que jamás están satisfechos con los logros de sus hijos y siempre quieren más resultados positivos en la escuela o sus actividades extracurriculares. Para lograr ese rendimiento, suelen recurrir a los gritos constantes, los reclamos y la aplicación de una disciplina y reglas exageradas.

Consecuencias de la sobre exigencia en los niños

El niño suele crecer siendo inseguro de sus capacidades y además de ser tímidos, su amor propio se ve afectado. Pueden volverse perfeccionistas con el fin de lograr la aprobación ajena, sumando a esto que pueden desarrollar ansiedad, excesiva competitividad y a la larga cuadros de depresión crónica.

4. Padre Ocupado

Es aquel que por un trabajo demandante siempre está ocupado y jamás o muy pocas veces tiene tiempo para sus hijos.

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Consecuencias de la falta de atención en los niños

Los hijos suelen interpretar la ocupación del padre como desinterés hacía ellos o desamor, sintiendo que, para sus padres, el trabajo es más importante que ellos. Debido a ello, el niño crece con una muy baja autoestima, siendo proclive a que, en su vida adulta, tome uno de dos caminos: hacer lo mismo que su padre: “porque es importante el dinero para dar comodidades a la familia”, o tratar de estar más pendiente de sus hijos para que tengan lo que el no tuvo: atención paternal.

Aprender a ser padre o madre no es algo que venga en un manual por lo que, lo importante es que cualquiera que sea la situación de vida que tengas, busques y encuentres un punto medio que te ayude a ser un padre o madre equilibrado, que le proporcione a su hijo la seguridad y el amor que todo niño requiere para ser feliz.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.