¡Otra vez embarazada! Sugerencias para lidiar con los opinólogos y callar bocas

Es triste, pero a veces, cuando te enteras de que estás embarazada, te dan ganas de guardar la noticia debajo de la alfombra, y es que siempre hay opinólogos que regañan o juzgan duramente. Lee aquí qué hacer al respecto.

Marilú Ochoa Méndez

De vez en cuando sale de nuestra boca una “bomba” hacia los demás: un comentario que apenas soltamos explota. A veces, las personas hablamos sin filtro. Lo he hecho, y lo he vivido.

Cuando me ha tocado recibir palabras imprudentes, siempre me agarran desprevenida. De un momento a otro están ahí las duras palabras, frente a ti, como si te clavaran cuchillos, hiriéndote con frases imprudentes mientras tú luchas por conservar la serenidad.

Infortunadamente, esto le ocurre a muchas embarazadas, quienes ya tendrían suficiente qué digerir si consideramos que dentro de ellas existe una tormenta hormonal que genera una mezcla de emociones al tiempo que su cuerpo trabaja, se afana para desarrollar una nueva vida.

Es triste, pero a veces, cuando descubres un nuevo embarazo, te dan ganas de guardar la noticia debajo de la alfombra, y es que siempre hay opinólogos que, sin tener derecho alguno, regañan o juzgan duramente. ¿Qué hacer? En seguida te propongo mis sugerencias:

1. El silencio y la integración de emociones

La primera sugerencia, si temes a la lluvia de reclamos y juicios, es darte unos días para ti y para tu familia, de manera que se consiga un blindaje emocional interno que funcione como paraguas y haga deslizar, sin daños, los comentarios poco afortunados que puedas recibir. Como se dice popularmente, “que se te resbalen”. Sabes que en tu vientre se gesta una nueva vida, ¿qué sientes al respecto?, ¿qué siente tu esposo? Siéntense a dialogar primero de sus sentimientos y emociones sobre el nuevo bebito, de manera que puedan ubicarse en un frente común.

Advertisement

2. Pongan las cosas en su lugar

¿Meses atrás tuviste una cesárea?, ¿cuenta tu familia con estabilidad económica?, ¿existe algún problema en tu relación de pareja?, ¿sufres depresión? Estos problemas pueden agobiarnos y podemos sentir el embarazo como un balde de agua fría que nos hace tiritar. ¿La solución? Por principio, dar calor a tu corazón y procurar deshacer en pequeños trozos la piedra enorme que parece que está a punto de caerte encima. Luego, siéntate y revisa una a una las “inconveniencias” que ves tú en esta situación y las que te parece que verán los demás. Procura dar a cada una su dimensión, y pensar si lo que te agobia tiene solución o no. Si existe una solución, ¡a tomarla!, y si no existe, ¡a tranquilizarse! Cuando tengas ubicado claramente lo que te preocupa y pongas manos a la obra te sentirás mucho más tranquila, y darás tranquilidad a tu núcleo familiar en caso de que se requiera.

3. Comparte la noticia, siempre

Me ha pasado que mi cuerpo grita lo que mi boca calla, y me refiero en concreto a que mi barriga se bota antes de que yo deseé comunicar la noticia. La enseñanza que yo tomo de esto es que mi cuerpo es mucho más sabio que yo. Mi cuerpo sigue su curso natural, crea espacio para ese nuevo ser. Un espacio que a veces yo misma deseo tapar por miedo al qué dirán o por falsa prudencia. El agua se abre paso entre las piedras y las semillas de la vida hacen brotar plantas incluso en los acantilados agrestes. Dejar fluir la bendición presente en mi hogar, abrir mi corazón a esta bendita sorpresa, siempre ha sido mejor que procurar poner pausa a la naturaleza. Tener miedo a los otros les da un poder que no les corresponde. ¿El doctor te va a cuidar en casa luego de tener a tu bebé?, ¿tu tía paterna te va a dar dinero para mantener a tu nuevo hijo?, ¿la vecina va a ir a tu casa a ayudarte a bañar a tus pequeños? ¿No? ¡Entonces no te preocupes!

4. Elabora respuestas, prepárate, y diviértete

Muchas mamás podemos hacer un libro con todos los comentarios (afortunados y no) que hemos recibido por anunciar un nuevo embarazo o ir con más de dos hijos paseando por la calle y presumiendo nuestra flamante panza… Aquí te comparto algunos y las respuestas sugeridas:

¿No tienen televisión?

¿En serio? ¿Qué esperan que respondamos a esto? ¡Claro que todos tenemos televisión! Ver televisión no tiene nada que ver con que los esposos deseen tener intimidad. Una feliz respuesta que mi mamá daba a los curiosos era: “Sí, pero me gusta más mi marido”. Es pícara y distiende el ambiente.

¿Y este bebé fue planeado?

Este tema me desconcierta, para ser sincera. ¿Quién nos hace creer que todo lo que sucede en la vida es planeado? Cualquier persona que conozca lo básico sobre sexualidad sabe que es normal que de una relación íntima se genere vida. ¿En qué tranquiliza la mente y corazón del opinólogo conocer a fondo tus planes? ¿Ellos planean cada cosa que realizan en su vida?, ¿van por ahí dando cuentas de lo que viven y comentando qué de ello fue planeado y qué no? Mi sugerencia en este tema es sonreír y apretar los dientes. Evita cualquier situación que te haga abrir la boca, porque puedes tener la tentación de ladraro escupir palabras inconvenientes.

Advertisement

¿Cómo pasó eso?

Si en tu alma quedó atrapada la vocación de maestra de kínder, ¡este es tu momento! Recuerda aquella historia antigua de las abejas y las flores, tómate un rico café y, por favor, informa a tu interlocutor de esa información tan importante que aún no posee. ¡Le harás un gran favor!

La lista sigue, pero la intención de este texto no es hacer casuística sino darte ánimos. No eres la primera ni la última que se enfrenta a las imprudencias de otros, y seguramente en más de un momento hemos sido nosotras quienes juzgamos duramente en vez de apoyar. Hoy, el regalo de vivir esta experiencia será ser mucho más sensible con otras mamás y con otras personas en general, y seguro saldrás muy fortalecida. Ah, por cierto, ¡felicidades por tu nuevo bebé!

Toma un momento para compartir ...

Marilú Ochoa Méndez

Enamorada de la familia como espacio de crecimiento humano, maestra apasionada, orgullosa esposa, y madre de siete niños que alegran sus días. Ama leer, la buena música, y escribir, para compartir sus luchas y aprendizajes y crecer contigo.