5 señales que muestran que tu bebé no siempre tiene hambre cuando llora

Cómo entender la necesidad de tu bebé cuando no llora por hambre.

Fernanda Gonzalez Casafús

Cuando los bebés lloran siempre están tratando de comunicarnos algo. El llanto es su medio de comunicación hasta que vayan apareciendo otros como los gestos, los sonidos, el habla.

Mientras tanto, cuando escuchamos a nuestro bebé llorar depende de nosotros -sus cuidadores- satisfacer sus necesidades básicas, y nos llevará un par de días o unas semanas, comprender cuándo llora de hambre y cuándo lo hace por algún otro motivo. Lo usual es que cuando nuestro bebé se queje lo pongamos rápidamente al pecho o le preparemos el biberón, pero si sigue llorando entonces probablemente haya otras razones que lo estén aquejando. Sigue leyendo para saber cómo puedes calmarlo cuando tu bebé llora y no es por hambre.

  1. Necesita sentirse seguro: uno de los principales motivos por los que un bebé llora, además del hambre, es porque necesita estar en brazos. Los bebés no nacieron para ser depositados inmediatamente en frías cunas o carritos. Un bebé recién nacido o de pocos meses necesita sentir a menudo el olor a su mamá, porque es en brazos de ella donde se siente seguro. Según la teoría del apego, el apego seguro proporciona al bebé seguridad emocional y es la base para la protección y la continuidad de la especie. Haces muy bien en levantar a tu bebé en brazos cuando llora. Le estás diciendo “aquí estoy, yo te protegeré”. Esa seguridad le servirá para el resto de su vida.

  2. Problemas estomacales: Las visitas al pediatra son frecuentes durante los primeros meses del bebé para consultar por los tan conocidos “cólicos del lactante”. El sistema digestivo del recién nacido no está maduro y es normal que el bebé tenga ataques de llanto durante el día y la noche porque no hay nada que pueda aliviar su dolor. El cólico propiamente dicho se identifica por un llanto inconsolable al menos tres horas al día, si el llanto dura menos sea probablemente algún retortijón de estómago o gases. Muchas madres que amamantan cambian su alimentación para no afectar la leche y que ello de gases al bebé, y quienes dan el biberón pueden consultar con su pediatra para saber qué leche es la adecuada.

  3. Tiene frío o calor: Un bebé recién nacido sufre bastante con los cambios de temperatura. Es normal que cuando lo cambies llore ya que le irrita esa sensación de frío. También si tiene demasiado calor te lo hará saber a través del llanto. No desabrigues a tu bebé ni lo sobre-abrigues para no afectarlo con los cambios bruscos de temperatura. Para saber si tu bebé tiene frío o calor lo adecuado es palpar la zona del cuello y ver si está fría o transpirada. Si tocas sus manitos y están frías no siempre significa que tiene frío.

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  4. Están saliendo los dientes: Cuando comienza el proceso de dentición los bebés suelen ponerse molestos. Los dientes irrumpen entre los 4 y 8 meses aproximadamente, pero algunos bebés tienen su primer diente cerca del año de vida. Casi siempre lo notarás molestos, con ganas de morder alguna cosa y verás que babean más de lo normal. El llanto marca en los más pequeños que la dentición los está afectando. Procura tener a mano algún trapito húmedo y fresco para aliviar esas molestias, o algún mordillo de buena calidad que encuentres en el mercado.

  5. Algo les molesta o se sienten enfermos: Muchas veces cuando un bebé llora y no encontramos la razón es porque no se sienten del todo bien. Controla si tiene fiebre y chequea si aparece algún otro síntoma que pueda dar cuenta de alguna enfermedad o algún malestar. El llanto de un bebé que no se siente bien suele ser distinto a cualquier otro llanto. Presta atención para saber identificarlo y ante la duda acude a una guardia médica.

Lleva tiempo comprender e identificar el llanto de un bebé. Si ya has controlado que está limpio, que está abrigado o que no tiene calor, que no son los dientes ni cólicos y aún así sigue llorando prueba de cambiar de ambiente y trata de relajarte. Muchas veces los bebés absorben nuestras energías y mientras más nerviosos nos ponemos más nerviosos se pondrán ellos. Pon las luces tenues y alguna música que pueda calmarlo. Y si tu intuición te dice que algo anda mal no dudes en llamar al doctor, nunca está de más, no te quedes nunca con la duda. ¿Cómo calmas a tu bebé cuando no llora por hambre?

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.