Esto dice la ciencia de las relaciones duraderas, felices y estables (puede cambiar tu relación)

Porque la duración de un matrimonio depende de 2 simples detalles, descubre de qué se trata y salva tu relación

Erika Otero Romero

A diario miles de parejas unen sus vidas y esperan pasar el resto de su existencia juntos colmados de amor, alegría felicidad y a la espera de apoyarse en los momentos más difíciles hasta el día de su muerte; sin embargo, no todas esas uniones van a lograr ese objetivo y van a terminar por darse por vencidos después de muchas caídas y no saber la mejor manera para salir de eso.

Preocupados por la cantidad de divorcios que tiende a ir en incremento a nivel mundial por año, muchos científicos sociales comenzaron a llevar a cabo estudios en matrimonios por medio de observación en los 70’s debido a la cantidad de divorcios que se presentaban. Así, empezaron a reclutar en laboratorios para observar y establecer qué era lo que hacía que las parejas tuvieran una relación sana y duradera.

El ahora muy reconocido psicólogo John Gottman, fue uno de esos investigadores. Ha dedicado los últimos 40 años a estudiar a miles de matrimonios para averiguar qué hacía que las relaciones funcionaran.

¿En qué consistió el estudio?

Gottman comenzó a recolectar sus descubrimientos más importantes durante el año 1986, cuando creó “El Laboratorio del Amor” con su colega Robert Levenson en la Universidad de Washington. Gottman y Levenson llevaban a recién casados al laboratorio y observaban como interactuaban entre ellos.

Junto a un equipo de investigadores, las parejas fueron sometidas a estudios con electrodos y se les pidió hablar acerca de su relación, sobre la manera que se conocieron, del problema más importante que hubieran tenido que pasar, el recuerdo feliz que compartían. La tarea de los electrodos era medir el flujo sanguíneo de los sujetos, frecuencia cardíaca, cuánto sudor producían para después enviar a las parejas a casa y después de pasados algunos años los buscaron para ver si aún seguían juntos.

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Con los datos que fueron reunidos, Gottman separó las parejas en dos grandes grupos que llamó: “los maestros” y “los desastres”. Los maestros fueron aquellas parejas que estaban todavía juntos y felices después de seis años, mientras que los que nombró como desastres, o habían terminado la relación o estaban infelices en sus matrimonios.

¿En qué radicó la diferencia?

En la respuesta fisiológica que tuvieron los sujetos al momento de las entrevistas.

Mientras los desastres aparentaban estar tranquilos, la respuesta de su cuerpo mostró que sus ritmos cardíacos eran altos, sus glándulas sudoríparas estaban activas, y su flujo sanguíneo era rápido. Después del análisis de miles de parejas, Gottman encontró que mientras más fisiológicamente activas fueran las parejas en el laboratorio, más rápido sus relaciones se deterioraron con el tiempo.

Y ¿esto qué tiene que ver con el éxito o fracaso marital?

Simple, según Gottman el fracaso en las relaciones se debía a que el estado mostrado durante las preguntas de la entrevista era el mismo que el sujeto “desastre” mostraba cuando discutía o peleaba con su pareja, es más, incluso cuando estaban hablando de manera pacífica sobre las cosas cotidianas, siempre estaban en modo ataque y defensa.

En cambio, los “maestros”, mostraban una baja excitación fisiológica. Estaban tranquilos y conectados entre sí, lo que se convertía en un comportamiento cálido y cariñoso, incluso cuando peleaban. Lo único diferente entre los “maestros” y los “desastres” es que los primeros habían creado un ambiente de confianza e intimidad que hacía que ambos componentes de la pareja fueran más emocionales y por lo tanto se sintieran físicamente más cómodos.

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Gottman quiso saber más y a través de otro experimento que consistió en observar a otra serie de parejas y descubrió que las parejas prosperas están conectadas de manera positiva; es decir, si el esposo sentía interés por observar un ave de hermosos colores al compartirlo con su esposa deseaba hacerla participe de su interés y así recibir una respuesta positiva ante esa oferta, como lo llamó Gottman.

Dicho en palabras más claras, las parejas más prosperas, a las que les esperan más años de vida juntos y felices, son aquellas conformadas por individuos que saben responder con amabilidad y generosidad lo que su cónyuge les invita a participar, una opinión, una idea, un pensamiento, lo que sea.

Así la situación, si deseas que tu pareja sea próspera y feliz comienza a observar todo lo positivo que tiene el ambiente que les rodea, compartan con alegría las nimiedades de la vida, controlen su ira pero sobre todas las cosas, comiencen a amar a su pareja, tanto que sean capaces de valorar las simplezas de cada uno de ustedes.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.