Hay carencia de jóvenes emocionalmente fuertes. ¿Sabes cómo criar uno?

No derrumbarse ante las adversidades y salir adelante en una tempestad no es una capacidad que se dé de la noche a la mañana, es algo que se desarrolla desde la niñez y la juventud.

Emma E. Sánchez

Si el título de este artículo llamó tu atención, tal vez seas un adulto que piensa o ha llegado a la conclusión de que las nuevas generaciones cada día son más frágiles y débiles emocionalmente.

Cada vez es más frecuente ver videos “graciosos” en las redes sociales o en internet en los que adolescentes o jóvenes lloran cuales pequeñitos encaprichados porque no tienen la más reciente versión del teléfono celular, no les dieron permiso de ir al lugar de moda o porque su cantante favorito se cortó el cabello. También, infortunadamente, cada vez se escuchan más noticias de jóvenes que se quitan la vida por no poder obtener un objeto determinado, por sentirse agredidos, porque sus padres los regañaron o “no los comprenden”.

¿Qué pasa?, ¿qué les hace ser tan vulnerables?

Tus padres y mis abuelos pertenecieron a generaciones en las que debieron esforzarse mucho para poder salir adelante y lograron cada cosa en su vida con esfuerzo y sacrificio; luego, tuvieron hijos a quienes, en su amor, les dieron todo lo que estuvo en sus manos para que “no sufrieran lo mismo”, para que no pasaran por las mismas carencias y “tuvieran lo que ellos no pudieron”. Y nosotros, hijos de esas generaciones, criamos hijos con casi todas sus necesidades resueltas, con vidas más cómodas, con acceso ilimitado a la información y muy, muy lejanos de la cultura del esfuerzo y el sacrificio. Eso sin duda ha debilitado su mente y su espíritu.

Estas seis sencillas recomendaciones pueden darte una guía para que ayudes a los jóvenes que te rodean a fortalecerse, a hacerse fuertes y con convicciones bien firmes:

1. Esforzarse para obtener lo que quieren

Dar a los niños y a los jóvenes todo antes de que lo pidan o lo necesiten mata el deseo y cancela toda oportunidad de esforzarse por alcanzar lo que se quiere. Fortalece a un joven permitiéndole desear las cosas, sentir la carencia y trabajar por lo que anhela. Enséñale a ponerse metas, a ahorrar y a tener el poder de lograr lo que desea.

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Muchos jóvenes, por increíble que parezca, no tienen la capacidad de esperar por algo, todo lo quieren rápido y de inmediato.

2. Estar a cargo

Dale una responsabilidad, algo que dependa de su atención y cuidado: un jardín, una mascota, ayudar a la abuela, hacer un pago; entrégale al joven una responsabilidad y luego pídele cuentas.

3. Tener un trabajo…

…De verano, o que venda algo, que colabore en el negocio familiar. Trabajar es una bendición que nos permite valorar lo que tenemos, entender lo que cuesta ganar lo que se tiene y sostenernos a nosotros mismos. El fruto del trabajo de años de un padre puede perderse en meses en las manos de un joven criado con mimos. No lo solapes ni lo consientas en este sentido, más bien exígele y llévalo por el camino difícil. Por el sendero sencillo todos caminan y no obtienen gran cosa.

4. El ejemplo, ya se sabe, arrastra

Escuchar a otros hablar de sus experiencias de vida y de los esfuerzos que han hecho para salir adelante hace bien a los más jóvenes. Aunque no lo parezca, los jóvenes escuchan, reflexionan lo que oyen y tarde o temprano ponen en práctica lo que han visto

5. Sacrificar tiempos y placeres por sus semejantes

Pocas cosas ennoblecen y templan el carácter tanto como servir a otros, especialmente a quienes menos tienen, a quienes la vida les ha negado mucho.

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Enseña a tus hijos a servir y a comprometerse con una causa social en un orfanato, o un asilo, o cualquier otra asociación caritativa, pero que no sea labor de un solo día, sino que propongan un proyecto que implique sacrificar tiempos y placeres. ¡Hay tantas causas que necesitan apoyo!

6. Dominar el cuerpo, fortalecer la mente

Este es el trabajo más importante que alguien puede hacer por sí mismo: privarse de un alimento, dominar la lengua y los placeres hacen mucho bien.

Trabajar en estas cosas, por muy simples que puedan parecer, es la clara ejercitación de la paciencia, del saber perder, del saber sacrificarse y dominarse a sí mismo. Un joven que ha sido “entrenado” tendrá la fuerza necesaria para resistir los embates de la vida, para no pensar en el suicidio como opción, para decir no a las drogas y a los placeres fáciles de la vida, a comer en exceso, a la pornografía o a abandonar cualquier empresa que se proponga cuando los vientos amenacen con volcarla.

Vale la pena, ¡créelo!

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.