¿Quieres que tu esposo esté feliz y se quede contigo? Ponlo en el lugar más inesperado de la casa

Un estudio reciente llegó a una conclusión, hay un lugar de la casa que no es la alcoba (ni el garage, ni la sala de juegos), en el que nuestros hombres se sienten felices.

Mariel Reimann

Cuando recién me casé, mi esposo hasta quemaba el agua que le pedía que hirviera; mandarlo a la cocina a hacer algo era peor que mandarlo a la guerra esperando que volviera.

Como la mayoría de las amas de casas, yo era quien cocinaba, lavaba, planchaba, arreglaba el jardín; me encargaba de mis hijas y trabajaba 12 horas por turno en un hospital.

Convengamos que yo soy una perfeccionista y que por lo general prefiero hacer las cosas yo misma antes que delegar en alguien más y luego tener que hacerlo de nuevo.

Un estudio cambió mi caótica vida

“Los hombres masculinos, se niegan a hacer las tareas de la casa, excepto…

El estudio conducido por Dan Casino, profesor de Fairleig Dickinson University, descubrió que hay algo que a los hombres no los hace sentir que perdieron la masculinidad, y es la cocina.

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Sí amigas mías, nuestros hombres aman la cocina, la encuentran desafiante, peligrosa, científica; es algo que necesita de todos sus talentos, y lo mejor… cuando terminaron de preparar algo, buscan la aprobación de sus seres queridos.

Su fuerte no es la limpieza

Según el mismo estudio, las mujeres en Estados Unidos limpian un promedio de 45 minutos por días, mientras los hombres sólo limpian 15 minutos. Y el otro factor sorprendente de este estudio es que las mujeres hispanas, sólo invierten una hora y media en la limpieza semanal, mientras las mujeres brasileras limpian por 1.6 hora semanales.

Las francesas son las privilegiadas

Mientras las mujeres francesas no invierten ni un minuto de sus vidas limpiando, son sus hombres quienes limpian por al menos 1 hora y veinte minutos.

Y aunque al secreto de las francesas no los conocemos, lo que sí sabemos es que los hombres prefieren ayudar en la cocina más que en otro lugar.

Cómo hacerlo

Mi esposo no sabía hacer nada en la cocina, y tampoco le gustaba, hasta que un día comenzó a ver algunos programas de cocina en los que las personas compiten o chef profesionales muestran sus destrezas.

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Desde allí se convirtió en su hobby preferido y más productivo para la familia

No siente que pierde su masculinidad, sino que al contrario, la cocina para él se ha convertido en una especie de labratorio en el que explora nuevos sabores, especias y técnicas.

Para ser honesta, no todas sus comidas resultan un manjar, pero la mayoría son un éxito.

Ventajas

Como él se ocupa de la cocina la mayoría de las veces, también se encarga de hacer las compras (algo que yo no disfruto, al menos, no ese tipo de compras). A la vez él vive buscando recetas diferentes de otros países, y hemos tenido la oportunidad de probar una variedad de comidas que nunca habríamos comido.

Mis hijas no le tiene miedo a los sabores nuevos.

Comemos más vegetales de los que sabía que existían.

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Desventajas

Todo lo bueno, viene con algo no muy bueno. Mis hijas, quienes son pesquetarianas (el único tipo de carne que comen es peces o cosas que provienen del mar) a veces se cansan de los sabores exóticos y prefieren las pastas caseras de mamá.

Cuando se cansan de los exótico platillos que su padre cocina, le piden a mamá que les haga un buen plato de pastas con queso parmesano y alguna salsa blanca, o la sopa de la receta de mi abuela.

Ventajas para la relación

Ver a un hombre cocinar, es algo sexi y masculino. Es lindo llegar cansada de la oficina y sentarse a ver a tu esposo siendo el maestro de la cocina. Disfrutas de una buena conversación, colocas la mesa y ayudas con la ensalada.

Es algo nuevo que deberías hacer parte de tu familia

Sin duda te encontrarás con hombres que dicen odiar la cocina (el mío lo decía), sólo hasta que les das la oportunidad y alabas el platillo que preparó.

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.