Si no quieres que las cosas se salgan de control aplica estas 10 reglas con tus hijos adolescentes
Tener hijos buenos no es cuestión de azar o suerte. Establecer reglas y límites claros, ser consistentes y congruentes como padres es sólo el inicio de la felicidad que los hijos bien criados nos puedan dar. Entérate cómo aquí.
Emma E. Sánchez
Imagina este escenario: tienes unos cuantos potrillos pura sangre, ¡finísimos y hermosos! Los mantienes en un corral, donde son felices jugando, pero el tiempo hace lo que debe hacer y esos potrillos comienzan a saltar y a volverse cada día más fuertes y briosos. Incluso, uno de ellos ha hecho un descubrimiento: “saltó la cerca”, pero fuiste por él y lo llevaste de regreso al corral. Los potrillos siguen creciendo y cada día ponen más y más atención en las cosas que están fuera de su corral, y algo te dice que ellos ya quieren salir y conocer ese mundo de afuera. Entonces, ¿qué debes hacer?
Fortaleces el corral
Desde que nace nuestro hijo, los padres debemos de estar constantemente afanados en “fortalecer el corral”, esto es, fortalecer nuestro hogar. ¿Cómo?
1. Normas y límites claros
Los niños y adolescentes deben de tener muy en claro las reglas de casa desde siempre. Tu trabajo es enseñarlas y ver que se cumplan.
2. Padres que son buenos ejemplos
“Las manzanas no caen lejos del árbol que las vio nacer”. Si te esfuerzas por ser una persona honorable, tus hijos tendrán un referente seguro sobre cómo deberá ser su propia conducta y vida.
3. Padres que están al tanto de los hijos
Desde su infancia, y sin falta en la adolescencia, debes de acompañar a tu hijo, estar con él, asistir a las reuniones con sus profesores, conocer a sus amigos. El tiempo que no inviertas con ellos en su infancia y adolescencia será el tiempo que pasarás en su vida adulta ayudándoles a resolver sus problemas, porque serán incapaces de hacerlo por sí solos.
Subes el nivel de la cerca
4. Normas muy claras sobre noviazgo
Tu adolescente necesita saber cómo y cuándo podrá iniciar a salir en pareja y bajo qué valores y moral ha de conducirse desde su infancia.
5. Sobre sexualidad, también normas claras
No temas hablar claramente estos temas con ellos. Establece lazos de confianza y de comunicación, repito, desde la infancia, no esperes a estar en el problema para enseñar.
6. La educación y el trabajo no son negociables
Si un jovencito es entrenado en el esfuerzo, la disciplina y el esfuerzo por lograr sus metas, tendrá muchas más posibilidades de ser un adulto íntegro y de carácter para enfrentar la vida.
Abres la puerta
7. Tenerlos “bajo estricta vigilancia” no es bueno
Los adolescentes necesitan salir al mundo con tu autorización, pero sobre todo con tu confianza de que ellos lo harán bien, pues para eso los has educado.
8. Confianza y supervisión
Los muchachos deben saber que se confía en ellos, y que se les pedirá cuentas de la confianza que en ellos ha sido depositada. Confía, pero nunca cierres los ojos.
9. Los preparas para la libertad
Educar a los hijos para que asuman las consecuencias de sus actos es un ejercicio que inicia en la infancia y que se fortalece en la adolescencia, es un elemento básico para la libertad y la vida adulta.
10. Gozas de su felicidad y libertad
Todo buen criador de caballos finos sabe cuándo dejara a ese potro correr y no hay gozo más grande para él que verlo fuerte y cumpliendo “la medida de su creación”. El gozo de un padre no puede ser mayor que ver a sus hijos conducirse con propiedad y disfrutar de su vida con salud y libre de vicios. Esto no es cuestión de azar, es el resultado del trabajo paterno, y no de sólo imponer reglas a un adolescente.