¿Es un perro o un gato? Uno de los animales más famosos de las redes nos tiene a todos confundidos

“Las apariencias engañan”, y cómo a veces nos podemos equivocar. Usemos esta foto para ver si adivinamos bien, pero también aprendamos a no juzgar por el brillo del ‘oro’.

Mariel Reimann

“Las apariencias engañan”, y cómo a veces nos podemos equivocar. Usemos esta foto para ver si adivinamos bien, pero también aprendamos a no juzgar por el brillo del ‘oro’.

Su cara es totalmente engañosa, quizás es su peinado, más que todo, sin embargo este famoso animalito tiene a las redes enloquecidas, es famoso y tiene más de 160.000 seguidores.

¿Alguna vez te pasó que vez a alguien o algo y estás convencido de que es algo que no es?

Pues estas ilusiones son creadas por nuestro cerebro, y son las que nos hacen juzgar por las apariencias. Esto no es tú culpa, ni lo hacemos por maldad, simplemente pasa por que nuestro instinto de supervivencia hace que nuestro cerebro almacene millones de imágenes y de información en nuestra mente para luego relacionarlas con lo que creemos que es peligroso o no.

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Las apariencias engañan

Para no seguir manteniéndote con el suspenso, nuestro querido invitado en la foto es un gato.

El primer twitter que se publicó fue el de una persona preguntando si era un gato o un perro. Desde allí la foto se ha compartido más de 12 mil veces y tiene casi 20 mil me gusta.

La revelación final…

Es un gato.

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Para quienes pensaron que era un perro, obviamente están más alertos al peligro o ven peligro en cosas que no hay.

¿Por qué en realidad juzgamos todo lo que vemos?

De acuerdo con Positivily Present, las cuatro razones principales por las que juzgamos todo son por:

  • Nuestra propia inseguridad o infelicidad. Miramos a los demás para compararnos, para saber si nos vemos mejor o peor, si nos intimidan o incluso si la vida que ellos aparentemente viven es mejor que la nuestra.

  • Los hacemos por que la persona o animal o lo que sea que está en frente nos asusta y estamos tratando de descifrar si debemos o no protegernos.

  • La soledad es otro factor que nos impulsa a compararnos y a juzgar a los demás. De lo contrario, nos encargamos de nosotros y de las personas que nos rodean y hacen nuestra vida completa.

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  • Juzgaos por que queremos cambiar nuestra propia versión.

Todos estos comportamientos al final terminan lastimándonos a nosotros mismos, y no nos dejan progresar.

Si se trata de una situación de peligro en la que debemos juzgar entre lo que puede marcar la diferencia entre nuestra vida o muerte, es obvio que debemos juzgar y rápido. Pero cuando se trata de personas, es mejor esperar a conocerlas, antes de juzgarlas por lo que llevan puesto, su color, sus creencias, su forma de hablar, etc.

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.