Lo que tus hijos adolescentes aprenden (y dominan) sobre sexo y tú, ¡ni enterada!

Hay concepciones culturales de la sexualidad que dominan el mundo de tu hijo adolescente. ¿Ya las conoces?

Marilú Ochoa Méndez

Cuando somos mamás recientes, tenemos que salir de nuestro “carril” de adultas para involucrarnos de forma total en el mundo infantil, y es un proceso sencillo: sabes que sacar un juguete atrae mágicamente la atención de tu hijo y correrá contigo a pasar un buen rato. Infortunadamente, en la pubertad y adolescencia, con la natural ansia de tu hijo de hallar quién es individualmente, se vuelve más difícil conectar con él y atraerlo.

El tema de la sexualidad llama poderosamente a nuestros jóvenes, pues en el aspecto biológico su atención y tensión hacia el sexo opuesto recién ha despertado. Entonces se involucran en una concepción cultural y social de valores entendidos que es preciso conocer como padres, a fin de orientarlos: lo que está de “moda” no es siempre lo más sano, y lo común a veces es más bien corriente.

En este texto quiero hablarte de este mundo distinto y particular en que viven nuestros hijos adolescentes, al que es fácil acceder si ponemos atención a la música que escuchan, los libros que leen y las actividades que disfrutan. Hoy te muestro un poco de lo que yo he aprendido adentrándome en estos submundos que arriba te menciono:

1. Si sigues tus impulsos, haces lo correcto siempre…

…O sea, si tienes hambre, debes comer. No importa si es un hambre emocional, debes comer, porque de otra manera te frustras. Asimismo, si tienes ganas de besar al chico de al lado, ¡debes hacerlo! Quedarse con las ganas es de aburridos. Concepciones como éstas colocan el nombre de valentía a la impulsividad y hacen a nuestros jóvenes esclavos de sus pasiones y de la emoción del momento. ¿Qué hacer? Invita a tu hijo a actuar sin presión social, personal o urgencias, siempre de manera serena y con plena conciencia de que con cada paso construye o destruye, y no a cualquier cosa, sino ¡a sí mismo!

La coordinadora de investigación de la familia de la Universidad de La Sabana en Colombia, Victoria Cabrera, afirma que de acuerdo con un estudio (http://www.bluradio.com/salud/asi-viven-el-sexo-los-adolescentes-en-colombia-segun-estudio-116677) realizado por tal universidad, los jóvenes inician temprano su vida íntima (sexualidad) basándose en creencias que los amigos comparten y que se convierten en fuerte presión social: “Son unas creencias que ellos están sustentando entre amigos y que preocupan a los profesionales de la sicología y salud, porque lo que dicen los indicadores de salud, es que entre más se posponga el inicio de la actividad sexual y sea con una sola persona, en una relación monogámica, es mucho más saludable”.

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2. Mi vivencia de la sexualidad es personal

“Vive y deja vivir” es una frase muy manoseada hoy, pues “si lo decido yo, no afecta a nadie”. Sin embargo, está alejada de la realidad. Incluso, hay jóvenes que piensan que entregar su cuerpo no influirá en ninguna medida en su desarrollo escolar, afectivo, familiar ni personal, como si pudieran tener relaciones íntimas con su cuerpo, pero al mismo tiempo salieran del mismo y pudieran evitar la emocionalidad que generan estos encuentros.

3. “El sexo es seguro”

El doctor Marco Sánchez Salcedo, cirujano oncólogo del Departamento de Ginecología del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), afirma que desde el punto de vista médico, la edad reproductiva ideal puede ser a partir de los 21 años de edad, cuando la mujer ha madurado biológica, social y psicológicamente. Además, porque todos sus órganos deben estar en sus respectivos lugares. De acuerdo con su opinión, adelantar esta experiencia puede exponerla no sólo a un evento psicológico, sino a entrar en la población de riesgo de padecer cáncer cérvico uterino.

Cuando en un país se han implementado estrategias como repartición de condones y brindar información sobre métodos anticonceptivos, aumenta la tasa de jóvenes que inician su vida íntima a etapas más tempranas. En cambio, cuando se promueve la abstinencia, estas experiencias se posponen.

4. Mantener relaciones íntimas me hará siempre sentir mejor

“Mantener relaciones íntimas me quitará la soledad que pesa enormemente en mi vida”, “Me hará olvidar mi enfermedad, y que voy a morir”, “Me mantendrá siempre unida a mi novio o novia”, “No existen consecuencias si nos ‘protegemos'”… Estos y otros muchos mitos se desperdigan en la literatura juvenil como verdades de vida. Y es que, ¿a quién no emocionará ver que una joven con cáncer de pulmón ha encontrado el ‘sentido de la vida’ gracias a que su novio, con cáncer en los huesos, le entregue su cuerpo para disfrutar lo que se pueda de la vida mientras dure?

Infortunadamente, en el tema de la sexualidad y los adolescentes lo que reina es la valoración exagerada de la sensibilidad y la sensualidad, más que un análisis serio sobre las consecuencias afectivas, emocionales y naturales. Y, ¿cómo los padres pediremos que nuestros hijos utilicen argumentos racionales en este sentido si les hemos permitido ver, leer y escuchar cuanto contenido sensual se ha hecho para hacerles creer a nuestros jóvenes que lo que importa es hacer lo que sientan? Tú y yo sabemos que los impulsos sexuales parecen incontrolables a veces, y que dominan las horas de los adolescentes. Entonces, ¡procuremos equilibrar ese corazón acelerado! ¿Hacen ejercicio? ¿Les procuras lecturas o programas edificantes? ¿Les has hablado del temperamento y su control? ¿De los enormes regalos de la paciencia y la templanza? ¡Ahora es el momento!, les evitaremos muchos dolores de cabeza, créeme.

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5. No hay nada mejor ni más emocionante

La intimidad sí parece ser lo mejor del mundo, porque conforme se despierta la sensualidad y comienza la excitación, el cuerpo pide más. Nuestro sistema límbico entiende que las caricias son el preámbulo de algo para lo que el cuerpo se prepara desde la pubertad: la relación íntima. Ahora, ¿dónde están los padres cuando los jóvenes se entregan unos a otros llenos de ilusiones?, ¿dónde están para consolar los corazones rotos e incomprendidos?, ¿dónde están ante los embarazos adolescentes?, ¿dónde están ante las depresiones por una afectividad mal desarrollada? Tal vez sentados en un café, leyendo la revista o el libro en turno, ignorando este mundo burbujeante que ha atraído como espejismo la atención y energía de nuestros jóvenes.

Detengámonos un poco, y dediquemos mucho tiempo a involucrarnos en sus gustos e intereses, nuestros jóvenes están urgidos de nuestra compañía y guía, seamos ese faro que tanto necesitan.

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Marilú Ochoa Méndez

Enamorada de la familia como espacio de crecimiento humano, maestra apasionada, orgullosa esposa, y madre de siete niños que alegran sus días. Ama leer, la buena música, y escribir, para compartir sus luchas y aprendizajes y crecer contigo.