7 cosas que las madres felices hacen
La felicidad de una madre se nota a kilómetros de distancia. Identifica si tú eres una de ellas.
Adriana Acosta Bujan
Ser madre es una gran bendición, el amor que sentimos por los hijos es único, maravilloso e incondicional. Ellos son nuestra motivación para luchar batallas, nuestro motor para conquistar lo imposible y nuestro mayor reto.
Ser madre no es nada sencillo, muchas veces lloramos en silencio, oramos sin descanso y alentamos y motivamos a nuestros hijos con el miedo de no acertar. Así somos, valientes, entregadas, luchadoras y amorosas, todo lo que somos es gracias a ellos, nuestros hijos.
En este proceso de la crianza, muchas madres podemos desesperarnos, decepcionarnos y hasta culparnos por los errores que solemos cometer; al fin y al cabo no somos perfectas; sin embargo, no importa tanto dolor acumulado en nuestro corazón con tal de que ellos logren sus sueños.
Ser madre no solo se refiere a cuidar y criar a los hijos, sino a formar un vínculo espiritual, un lazo inquebrantable que nunca por nada será destruido.
Ser una madre feliz se nota a kilómetros
Ahora bien, qué cosas hacemos las madres que disfrutamos de la maternidad y que se nota a kilómetros de distancia.
1. La prioridad son los hijos
En este punto no me refiero a que las madres dejen de pensar en sí mismas, sino que siempre y en todo momento pensarán en sus hijos, desde el amanecer hasta el anochecer. Gran parte del día piensan en ellos, en cómo ayudarlos a ser mejores personas, en cómo apoyarlos. En pocas palabras, ellos son su prioridad número uno de su lista de pendientes.
Las madres son felices al poner a sus hijos como prioridad; no importan los sacrificios o lo que tengan que hacer para que ellos sean felices, pues su mayor satisfacción y alegría es verlos conquistando sus sueños.
2. Presumen los logros de sus hijos
Las madres felices no pierden oportunidad alguna de presumir los logros de sus hijos, ya sea que hayan terminado los estudios, o que se fueron de viaje, o que se casaron, o que ganaron un su deporte favorito; cualquier cosa, incluso hasta los dibujos que realizan cuando son pequeños.
No hay mayor satisfacción en el corazón de una madre que ver a sus hijos desarrollar cualquier habilidad o destreza, incluso cuando ellos por sí solos alcanzan sus metas y objetivos. Es como decirnos a nosotras mismas “Bien hecho”.
3. Tiempo familiar
Los tiempos en familia se vuelven momentos muy especiales, ellas disfrutan estar con su familia, incluso se convierten en creativas, reposteras, pintoras, escritoras y demás para sorprender a sus hijos. Las madres felices siempre quieren agradar a sus hijos y su mayor felicidad es verlos alegres, aunque sean por pequeños instantes.
Una sonrisa es más gratificante que cualquier otra cosa. Estas madres siempre harán hasta lo imposible por ver sonreír a sus hijos.
4. La diversión cuenta
Las madres felices por lo regular tienen buen sentido del humor, siempre harán reír a sus hijos con sus ideas y acciones, no existe el aburrimiento, ni momentos de tristeza. Con ello no me refiero a que se conviertan en las payasitas de los cuentos, sino que su alegría y energía positiva la irradian de tal manera que sus hijos se contagiarán de esa luz y felicidad.
Disfrutan jugar con sus hijos y enseñarles cosas nuevas, para ellas no hay tiempo que no se disfrute y se vuelva mágico.
5. Fiesta en grande
Ningún cumpleaños o celebración especial dejan de celebrar; las madres felices siempre tienen en mente cómo festejar a los que aman, quieren verlos felices, contentos y hacen que esas fechas sean inolvidables, al final de cuentas ellas saben que los recuerdos que les dejen a sus hijos son el mayor tesoro que las cosas materiales que les puedan ofrecer.
6. Confían en Dios
Muchas veces las madres queremos proteger a nuestros hijos, deseamos que nada malo les pase y que estén dentro de una burbuja de cristal para poder cuidarlos. Sin embargo, los hijos tienen que vivir la vida, deben aprender a tomar decisiones y a equivocarse para que puedan madurar; por esa razón siempre estarán en nuestra lista imaginaria de agradecimientos y peticiones a Dios.
Dejamos todo en manos de Dios; en Él depositamos nuestras preocupaciones y angustias. Nunca dejaremos que pedirle su protección, guía y cuidado para nuestros hijos. De esa manera oramos con intensidad, con fe y esperanza, pues sabemos que Dios escucha nuestras oraciones y responde.
Las madres felices tienen una gran conexión espiritual, nunca decaen y siempre están con sus esperanzas en lo más alto del cielo.
7. Nunca dejan de soñar
Los sueños de los hijos se vuelven batallas propias, por lo que a pesar de tener sus propios sueños también sueñan lo que ellos desean. Las madres felices siempre están analizando las mejores formas para que sus hijos logren lo que se proponen, ya que cada sueño conquistado por ellos es una satisfacción más para sus corazones. En pocas palabras, su felicidad es también la suya.
Las madres felices siempre verán por sus hijos, es como tener una vida doble ya que ellos son una extensión de ellas. Es como tener una segunda o tercera oportunidad para mejorar y corregir los errores del pasado.
¡Gracias Dios por permitirme ser madre!