Madre camina 41 km en la nieve tomando su propia orina para salvar a su hijo, sin embargo, el milagro llega por otro lado

“No voy a dejar a mi hijo sin madre, a mi esposo sin mujer, ni que mis padres me tengan que enterrar”.

Mariel Reimann

Un viaje “un tanto mal planeado”, terminó con esta familia en el medio de la nada en frente de 3 pie de nieves, sin señal en sus teléfonos y con un pequeño de 10 años en la parte trasera de su coche. Pero el amor de una madre va más allá de la lógica.

La travesía de Karen Klein duró, según lo informó el Daily News, 36 horas en medio de la nieve, temperaturas bajo cero y sin alimento.

Klein declaró en una entrevista con NBC News, que ella había comenzado a pensar en darse por vencida, pero nunca lo hizo.

La familia originaria de Pensilvania se encontraba viajando hacia las maravillas naturales de Utah, durante el fin de semana de navidad, sin haber averiguado que los parques nacionales estarían cerrados y que una tormenta de nieve se avecinaba.

Usando Google, terminaron en un camino sin salida, y varados en medio de la nada y la nieve.

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Los tres decidieron que Karen, 46, era quien se encontraba en mejor estado físico para salir a buscar ayuda, y sin pensarlo dos veces, esta madre salió del vehículo y decidió buscar ayuda dirigiéndose a una de las rutas principales, que estaba nada más y nada menos que a más de 40 kilómetros de distancia.

Sin encontrar ayuda en su trayectoria, ya casi al final comenzó a alucinar y por fin encontró una cabaña, rompió un vidrio, entró y perdió el conocimiento.

La ayuda no llegó a través de ella, sino de su esposo, que caminó unos 20 km hasta encontrar señal para su teléfono móvil pudiendo llamar al 911. La ayuda llegó 4 horas más tarde para el padre y su hijo, y Karen fue rescatada 6 horas después.

A esta valiente madre le tendrán que amputar algunos de sus dedos que se congelaron por completo durante la penosa caminata que sólo fue capaz de hacer teniendo en mente tres cosas:

  • No voy a dejar a mi hijo sin una madre

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  • No voy a dejar a mi esposo sin su mujer

  • No voy a dejar que mis padres tengan que enterrarme

Ella salió a buscar ayuda, pero cuando se dio cuenta de que en realidad era más difícil de lo que había pensado, el amor por su familia fue lo que la mantuvo viva, sin detenerse.

Nunca se dio por vencida, ni siquiera cuando su propia mente comenzó a hacerlo.

Un milagro de navidad que es la prueba más tangible de que el amor de una madre NO tiene límites.

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.