Cientos de mujeres los buscan, pero no saben si lo merecen; descubre de qué se trata

El amor en la edad madura existe. Si lo estás buscando, debes prepararte para aceptarlo y este artículo te ayudará a lograrlo.

Erika Otero Romero

Una cantidad increíble de personas hallan el amor de verdad, ese que muestran en tantas películas románticas -como quien dice-, “a la primera”. A otros no les pasa igual, lo que les ocurre es que encuentran a alguien, se enamoran, unen sus vidas y después de años de convivencia y malos entendidos, se hartan de vivir amargados porque no encuentran la manera de reparar lo irreparable; el resultadoes que se divorcian, para luego quedar devastados, vacíos y desesperanzados del amor.

Algunos, decepcionados de tanto sufrir en pareja, eligen quedarse solos y logran apañarse con éxito para ser personas integrales y felices. Otros, en cambio, son mucho más arriesgados y con fe en sí mismos se dan una oportunidad tras otra para hallar el amor de nuevo. Y para sorpresa, lo encuentran dándose cuenta que el amor sí existe.

Pues bien, ante lo expresado arriba abriré un poco más el tema y pasaré a hablar acerca del amor maduro y lo que implica.

Amores maduros versus amores primerizos

La mayoría de las personas tienden a creer que no hay amor como el primero. Y, de manera indudable, tienen razón: es la primera vez que una persona experimenta todo ese cúmulo de sensaciones que lo transportan a nuevas vivencias. Y cuando éste se extingue, también representa una nueva experiencia: un sufrimiento indescriptible.

Al experimentarse eso ya se ha perdido de una u otra forma la inocencia, porque ya sabes lo que es amar y sufrir por amor. Es por eso que, cuando el amor llega de nuevo una y otra vez, no es que se sufra menos, es que de una forma u otra la persona ya sabe lo que le espera.

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Con el paso de los años, se van aprendiendo lecciones sobre el amor, mismas que se recopilaron debido a las experiencias. Yo no soy de las personas que cree que el amor se acaba, para mí el amor se va debilitando o fortaleciendo y transformándose. Lo que sea que pase, depende de las personas, pero una cosa sí es cierta: después de cada fracaso se puede seguir adelante y amar cada vez mejor.

Sí, se puede sufrir mucho tras la finalización de una relación que implicó compenetración, compromiso, entrega y tantas otras cosas, aunque fuera de una sola parte. Pese a eso, siempre se puede aprender de los errores cometidos en las relaciones pasadas y estar preparado para amar una vez más, con un amor más fuerte, más maduro, que es lo que sigue a continuación.

Dejando el camino abierto para el amor maduro

Es una fortuna que las personas puedan adaptarse una y otra vez a los ambientes y situaciones cambiantes y aprender de todo lo pasado. Es por eso que al ser el primer amor la pérdida de toda inocencia al respecto, eso nos prepara para disfrutar en pleno de un amor mucho más fuerte: el amor maduro.

Éste es el que perdura, el que más promete y más cumple, ya que está alimentado de todo lo que se aprendió de los fracasos del pasado. Este tipo de amor alimenta la comprensión, el respeto por el otro y por sí mismo; es mucho más libre, más confiado.

Una relación de este tipo está basada en la comunicación sin temores, en la honestidad y la negociación. Es un amor apasionado, pero la pasión no es ni su todo, ni en lo que está basado, pues las personas ya pasaron esa etapa de la ansiedad desmedida por demostrar afecto físico y pasan a un plano más personal, más íntimo, por qué no.

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No me mal entiendas: no quiero decir que para experimentar el amor maduro y real debes separarte primero y aprender de esa saparación para después vivirlo. Es más, puedes llegar a experimentarlo si con tu primer amor luchas por llegar a ese punto, si no te das por vencido y te levantas una y otra vez junto a tu pareja.

Sin embargo, no todos gozan de tener la misma pareja con quien adquirieron tanto conocimiento, y por fuerza de voluntad o deseo se dieron una nueva oportunidad de amar. Por ello, si tú eres una de esas personas, debes saber que si no te resistes a la tentación, no quedaras defraudado. ¡Claro! siempre y cuando sepas leer las señales que te indican que ese es el camino correcto.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.