8 formas en las que un padre infiel afecta a sus hijos
Una vez que leas estos 8 puntos, la posibilidad de ser infiel si tienes hijos desaparecerá de tu mente.
Emma E. Sánchez
Cuando se toca el tema de la infidelidad, por lo general se alude a la pareja como el ente que más sufre, y pocas veces se atiende el padecimiento y hasta sufrimiento de los hijos derivados de lo que sus padres están viviendo.
Si tú, infortunadamente, en este momento estás viviendo una situación de infidelidad en tu hogar y tienes hijos pequeños, revisa los siguientes puntos para que, en la medida de lo posible, puedan considerar y evitarles una afectación mayor.
Antes, aclaremos que a veces hay infidelidades “pasajeras”, que son aquellas en las que el hombre cae, y tras mucho esfuerzo y lágrimas logra recuperar la confianza de su esposa y familia; pero hay otras donde la infidelidad se traduce en que el esposo sostiene una relación alterna a su familia, incluso, hay que decirlo, llega a tener “dos familias” al mismo tiempo. Los protagonistas de estas historias nuevamente deberán de tener en consideración a los hijos, a todos los niños y menores, pues querámoslo o no, a final de cuentas son los más lastimados. Veamos los ocho puntos a considerar en la segunda situación:
1. Ausencia en reuniones familiares
Un hombre que está cortejando a otra mujer, o que ya tiene una relación extra marital, requiere de tiempo para atender dos vidas que se lo exigen. Y por lo regular, lo que hace ante una situación así es “robar tiempo” a la relación vieja para dedicarlo a la “nueva”. Por lo tanto, en una fiesta de cumpleaños de uno de sus hijos, por ejemplo, en algún momento desaparecerá como por arte de magia y no volver hasta terminada la fiesta.
Los hombres que están “de cacería” fácilmente se olvidan de sus hijos. Una esposa que se da cuenta de las escapadas concluye que algo sucede, pero un hijo lo que piensa es que no es importante para su padre.
2. No atiende los asuntos escolares de los niños
Misma historia: si ya de por sí es complicado solicitar permisos en el trabajo para salir, si se lo conceden para que asista a la reunión de padres de familia, es casi seguro que él lo “aprovechará” para algo más excitante.
3. No hay dinero que alcance en casa…
…¿Y cómo, si hay otra persona a la que se le deben de dar obsequios o llevarla a pasear? Cuando en un hogar no se tiene control del dinero en pareja, es muy fácil desviar recursos hacia otra persona y quitárselo a los hijos y sus necesidades, pues erróneamente se piensa “que son niños y no se dan cuenta de nada”.
4. Les miente
Un amigo me comentaba que siendo pequeños, a él y a su hermano su padre una vez los llevó a tomar un helado. En ese lugar les presentó a otros niños poco más pequeños y a una señora. Cuenta que jugaron y pasaron una tarde muy agradable, pero que antes de llegar a casa su padre los amenazó para que no le dijeran nada a su madre de los niños y de la otra mujer. A partir de ese momento le tuvo mucho miedo a su padre, y no se explicaba exactamente por qué.
Fueron largas visitas al psicólogo para que él pudiera entender la situación que había vivido: su padre les había presentado a la otra familia, que mantenía alterna a la suya. Cuando su padre murió, él y su hermano se dieron a la búsqueda de esos otros hermanos y los encontraron: hombres ahora con grandes resentimientos por vivir siempre comparados con los hijos mayores del matrimonio y no de la clandestinidad, hijos con rencores, con carencias de tiempo y atenciones que su padre nunca les dio. Los hombres infieles mienten y enseñan y hasta obligan a sus hijos a mentir.
5. Puede llegar a confundirlos
La situación que comento en el punto anterior es el ejemplo de muchas otras familias que pueden darse y que confunden mucho a los niños. Cierto hombre infiel pensó que sería buena idea ir acostumbrando a su hijo pequeño a tratar a la mujer con quien tenía una aventura y lo llevaba con él a visitarla, donde no sólo lo obligaba a decirle “mamá”, sino que también lo dejaba solo viendo televisión en la habitación contigua mientras se divertía con ella en la otra. El niño escuchaba todo y sacaba sus propias conclusiones sin que nadie le ayudara a procesar lo que estaba sucediendo. Es por demás triste relatarte el resentimiento que esto generó en el corazón del pequeño durante años, porque llegó a pensar que su madre era con quien su padre se divertía y no la mujer con la que peleaba en casa todos los días. La confusión de no saberse hijo de qué mujer fue tal que una gran depresión se apoderó de él para destruir su vida por completo.
6. Da un ejemplo poco apropiado
Un padre infiel puede llegar a creer que sus hijos entenderán que tener “varias mujeres” es normal, e inclusive puede hasta iniciarlos en asuntos denigrantes como la pornografía y el adulterio. Pasa, aunque tú no lo creas.
7. Cambios de humor constantes
¿Qué persona, cuyo corazón y mente están divididos, puede tener paz y estabilidad? Alguien que está viviendo una doble vida presenta cambios de humor frecuentes; más aún, los niños son los depositarios de sus frustraciones y enojos. Esas reacciones de mucho amor y luego de distanciamiento, rechazo o falta de interés confunden y dañan a los pequeños. Mantente muy alerta.
8. No ama a su madre
Tal vez ésta sea la afectación más grande que un niño pueda recibir de su padre: ver que no ama a su madre. Cuando un niño ve que el padre abusa de ella, la violenta, la denigra al compararla con otra es catastrófico en el corazón y mente de ese niño.
Si la infidelidad está cerca de ustedes, hablen y tomen decisiones que les lleven a cuidar lo más valioso que tienen: sus hijos.