Estas son las cosas que le permites hacer a tu hijo por tu propia comodidad y éstas son las consecuencias
Hay cosas que les están permitiendo a tus hijos y que entrañan serias consecuencias a futuro. Entérate cuáles son.
Fernanda Gonzalez Casafús
Hay cosas que les están permitiendo a tus hijos y que entrañan serias consecuencias a futuro. Entérate cuáles son.
Mi hija de 4 años y mi pequeño de 2 son muy activos y quieren jugar desde que se despiertan hasta que se van a dormir, como todo niño.
Paso todo el día con ellos, atendiendo sus necesidades y compartiendo día y noche.Las negociaciones forman parte de la jornada. “Junta primero tus juguetes si quieres sacar los lápices de pintar”, “No dejes tirada la ropa que te sacaste porque luego la encontrarás sucia en el piso”, “lava tus manos antes de sentarte a la mesa”.
Ayer por la tarde decidí ponerme a limpiar y acomodar un armario que hacía tiempo que necesitaba ser ordenado. Mi hija estuvo casi una hora de reloj mirando dibujos animados, sumada a la otra hora que había estado por la tarde mientras yo estaba a la computadora escribiendo. De pronto me vino la culpa por haber permitido que, por mi propia comodidad, ella pasara tanto tiempo frente a la pantalla. Y comencé a reflexionar acerca de las cosas que hacemos con nuestro hijos por nuestra propia comodidad sin tener en cuenta las consecuencias.
Comodidad y permisividad
Cuando somos padres hay ciertas cosas que permitimos por nuestra propia comodidad. No hablo de libertinaje y que dejamos que todo fluya y suceda, sino de aquellos momentos en los que bajamos los brazos y decimos “bueno, sólo por hoy”. “Sólo por hoy lo dejaré ver más tarde la tv”, “sólo por hoy le daré comida enlatada porque no tengo ganas de cocinar”, “Le dejaré que agarre la estatuilla para jugar, ya no tengo ganas de renegar por hoy”. Sí, nos pasa muchas veces que estamos cansados de lidiar y negociar y pues entonces permitimos eso que sabemos que no está tan bien.
En los hábitos cotidianos
Cada tarde mientras mi hijo de 2 años duerme la siesta yo aprovecho para sentarme a escribir y mi hija de 4 años mira dibujos animados. Cada día que pasa le gusta más mirar tv, y eso no me está gustando nada. Pero claro, me resulta cómodo que mire televisión mientras yo trabajo, entonces lo permito. No se trata de que no puedan ver Tv sino de limitar los horarios. Lo correcto sería que, fuera de esas horas en las que yo trabajo, ella haga otras cosas.
Consecuencia
si permito demasiadas horas de TV sólo por mi propia comodidad, estaré generando un mal hábito en mis hijos, difícil de erradicar
A los niños les encanta jugar con muchos juguetes a la vez. Los míos al menos arman y desarman todo lo que tienen a su paso. Cocinita, caja de herramientas, maletín de doctor, ladrillos y muñecos van de un lado a otro de la casa y un juego cambia a otro en cuestión de segundos. Cuando llega la hora de ordenar debo recordarles varias veces que cada cosa va en su lugar. Muchas veces, en el afán de hacerlo rápido comienzo a ordenar yo.
Consecuencia
si por mi propia comodidad de que los juguetes estén ordenados en poco tiempo, cada día lo hago yo, o culmino yo la tarea les estaré dando el mensaje que mamá siempre hará la tarea dura por ellos. Por este motivo, hay que frenar ese impulso que tenemos las madres de ordenarlo todo y dejar que los niños ordenen y acomoden a su propio ritmo.
En la alimentación
La alimentación balanceada en la edad infantil es primordial. Con un mercado que bombardea a los consumidores con nuevos productos y sus “mágicos” beneficios es una odisea desentrañar el misterio de los ingredientes de los alimentos. Siempre lo sano es lo mejor pero muchas veces nos vemos en la comodidad de ofrecer a nuestra familia algo procesado y rápido antes que algo hecho en casa.
La alimentación tradicional se ha ido perdiendo y hoy es día es muy fácil encontrar alimentos ya preparados, facilitando la vida de la ama de casa. Pero ¿qué pasa cuando permitimos que nuestros niños coman a diario alimentos enlatados y envasados?
Consecuencia
el hábito alimenticio en los niños es muy importante porque educa su paladar y sus gustos. Si ofreces a diario comidas enlatadas y procesadas porque no tienes tiempo de cocinar o te es más cómodo es difícil que luego el niño entonces quiera comer vegetales frescos.
Tienes frutas en la heladera. Y tienes un paquete de cereales en la alacena. Tu hijo de 2 o 3 años te pide algo para comer. Estás ocupada haciendo algo y no tienes tiempo -o ganas- de sentarte a pelar las naranjas y manzanas, entonces sacas un cuenco y le pones cereal.
Consecuencia
si repites esta actitud a diario puede traer serias consecuencias en la alimentación de tu hijo. Trata de elegir un momento en el día que puedas tomarte unos minutos, pelar las frutas y ponerlas en un recipiente hermético en la heladera; así al momento de ofrecer algo para comer a tu hijo le das un snack saludable y no un alimento con mucha azúcar agregada y colorantes, como el caso de los cereales industriales.
En las relaciones sociales
Hace unas décadas atrás en mi país, Argentina, los niños jugábamos en la vereda del barrio sin mayores preocupaciones. Hoy, debido a la inseguridad ésto ha cambiado drásticamente. Pero los niños adoran salir a la calle, así tengan un hermoso patio y jardín. Cuando salen afuera tienen la posibilidad de socializar, hacer relaciones con los vecinos y con otros niños del barrio. Por comodidad, muchos padres optan por no dejar salir a sus hijos porque eso implica que ellos también deban salir a vigilarlos.
Consecuencia
Los niños se vuelven más sedentarios, y se les hace habitual jugar puertas adentro sin tener la posibilidad de experimentar el juego en la vereda, o los amigos de barrio. Como padres, debemos tomarnos un tiempo para acompañar a nuestros hijos en sus deseos. Puedes sacar su bicicleta una o dos veces por semana y acompañarlo a dar una vuelta manzana por el barrio. Luego, de esa experiencia podrá salir una charla fructífera.
Como todo en la vida, lo mejor es el equilibrio. Por comodidad los padres permitimos muchas cosas, pero es nuestro deber formar hijos emocionalmente sanos y con hábitos de vida saludables. Por ello, cuando nos veamos tentados a permitir o hacer algo por nuestra propia comodidad preguntémonos si es viable otra solución que lleve a nuestros hijos por el camino del buen hábito.