Esta abuela de 88 años iba a ser violada y tal vez asesinada, pero una brillante mentira la salvó de un tremendo final

Mentir está mal, en este caso sigue siendo malo mentir, pero ella sigue viva para contarlo (a mí no se me hubiera ocurrido ni en un milón de años).

Mariel Reimann

No sé si yo soy la única (no creo) que a veces piensa qué haría si fuese atacada por alguien en la calle o en mi propio hogar y de mis más de cien planes ‘brillantes’, al menos según yo, ninguno incluye algo tan eficaz como el de esta abuela.

En un reportaje con ABC13,, Helen Reynolds contó la odisea por la que tuvo que pasar mientras se encontraba descansando en la tranquilidad de su condominio.

Hasta que alguien llamó as u puerta…

Un hombre, haciéndose pasar por un empleado del edificio en el que Helen vive, la convenció que él trabajaba como parte del mantenimiento del lugar, y ella confiadamente lo dejó pasar.

Las cosas tomaron un drástico giro y fue allí cuando Helen se dio cuenta de que el hombre quería al menos abusar de ella

Lo primero que hizo al atacarla, fue usar una cinta ancha con la que comenzó a envolver su cabeza; incluyendo frente, ojos, nariz y un intento de cubrir su boca, sin embargo, su boca no quedó del todo cubierta y ese pequeño detalle fue parte de que Helen saliera ilesa.

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“El envolvió la cinta alrededor de mi cara, mi nariz y mis gafas”,explica la anciana

La mentira

“Así son las cosas. Tienes que saber la verdad, tengo sida y mi esposo murió por eso”.

Su mentira fue tan convincente, y lo mejor que se le ocurrió decirle que el hombre comenzó a alejarse de ella, y salió de su propiedad.

Hasta el momento no se ha hecho ningún arresto pero Helen insistió en decir que no tiene nada bueno para decir de ese hombre y que lo mejor que puede pasar es que lo mantengan en la cárcel.

Los abusos sexuales en las personas mayores

De acuerdo con Nursing Home Abuse Guide refiriéndose sólo a los abusos que suceden en los asilos de ancianos, explica que los abusos sexuales en las personas mayores son lo menos estudiados, ya que debido a su avanzada edad, muchas veces tienen condiciones médicas que hacen de sus confesiones o reclamos, algo menos creíble.

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Si tienes un familiar anciano en una institución o en tu propio hogar y sospechas de algún abuso, estas son algunas de las señales que debes tener en cuenta:

  • La aparición de enfermedades de transmisión sexual

  • Una nueva dificultad al sentarse o acostarse

  • Lesiones pélvicas

  • Moretones en la parte interior de las piernas o alrededor de la zona genital

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  • Dolores en la parte del ano o en sus genitales, incluyendo sangrado y/o irritación

  • Sangre en la ropa interior

  • Agitación extrema

  • Menos interés en socializar

  • Ataques de pánico

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  • Comportamiento sexual inapropiado, agresivo o diferente

  • Cambio en el comportamiento de la víctima con respeto al sospechoso

  • Intentos de suicidios

De acuerdo con la misma fuente, el 70% de los abusos de este tipo ocurren en los asilos de ancianos, sólo el 30% de las víctimas lo reportan, en el 81% de los casos el principal cuidador es el responsable del abuso y las mujeres ancianas son 6 veces más vulnerables a ser víctimas de estos abusos.

Cuidemos de nuestros viejitos, así como ellos nos protegieron de abusos, pesadillas y fantasmas, ahora es nuestra oportunidad de devolver tanto amor.

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.