Mamá sabía que había traído del hospital a la bebé equivocada a su casa; 43 años después, ella finalmente lo revela a su hija

Ella sabía que trajo a casa al bebé equivocado, pero permaneció en silencio y desde lejos observó durante 43 años a su verdadera hija, crecer.

Amberlee Lovell

Cuando tenía 43 años de edad, Martha Miller recibió una carta de su madre – admitiendo que no era en realidad su madre.

La carta también fue enviada a una mujer que Martha conocía vagamente con el nombre de Sue McDonald, y estas dos mujeres tenían una cosa muy extraña en común: fueron cambiadas al nacer.

La carta, a las dos hijas que habían sido cambiadas fue leída en un podcast en “This American Life”, y decía:

“Querida Martha y Sue, ¿Alguna vez sospecharon o les dijeron que nos llevamos a casa a la bebé que pertenecía a Kay y Bob McDonald y que luego ellos se llevaron a casa al bebé que nos pertenecía?”

Aunque hubo señales a través de los años de que algo estaba mal, tanto Sue y Martha se sorprendieron.

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Pero la parte más loca es que Mary Miller, la madre que escribió la carta, había sabido del cambio de bebés todo el tiempo.

¿Por qué no hizo nada al respecto?

Mary descubrió que tenía el bebé equivocado cuando Martha estornudó cinco veces seguidas. Como madre de siete hijos, esto era algo que Mary nunca había visto en ninguno de sus bebés antes. Esto suscitó sospechas, que se confirmaron cuando ella pesó al bebé y pesaba un kilo y medio que cuando nació.

En su carta, Mary explicó que cuando le dijo a su marido, su marido le dijo que lo ignorará. No querían humillar a su médico.

Durante 43 años, ella anhelaba a su hija biológica mientras que criaba a Martha como si fuera la suya propia.

Aunque no eran cercanos, los Millers conocían a los McDonalds. Mary envió una tarjeta de Navidad después de que las niñas nacieron y le dijo a Kay McDonald (madre de Sue) que quería mantenerse en contacto, porque pensaba que las niñas eran como hermanas.

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Y aunque Kay pensaba que esto (y toda la familia Miller) era algo extraño, también empezó a enviarles una tarjeta de Navidad cada año. Así María podía ver de lejos cómo su hija biológica crecía.

Pero a medida que las niñas crecían, resultó que el cambio era difícil de cubrir.

Naturaleza versus crianza

Los Millers tenían todos los niños de pelo oscuro. Norbert Miller (el marido que le dijo a su esposa que mantuviera a al bebé) era un reverendo, y toda la familia era inteligente y seria.

Los McDonalds tenían cabello claro y eran del tipo popular: relajados, extrovertidos y alegres.

Quizás el reverendo Miller pensó que Martha se adaptaría a la familia si la mantenían, pero según la descripción de Mary Miller en la carta, es obvio que no. Mary escribió:

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“A medida que Martha crecía, no parecía ni actuaba como ninguno de mis otros niños, era una delicia para todos nosotros, tan bonita, tan fotogénica, tan llena de vida. Nuestros otros hijos eran muy serios. Muy amistosa en la escuela, muy popular, y una rubia. Nuestros otros niños tenían el pelo oscuro y todos necesitaban lentes para la miopía. Martha no necesitaba gafas.

Por otra parte, Sue McDonald – la hija biológica de los Miller – era mucho más seria que el resto de la familia. Ella tenía un profundo sentido de la espiritualidad y nunca fue popular. Por mucho que tratara de ser como el resto de los McDonald’s, no lo era.

Aunque criadas en diversos hogares, cada mujer terminó siendo tan similar a su familia biológica – historia fascinante para agregar al debate de la naturaleza contra la crianza.

Sanando la cicatrices cuando descubres que tu hija no es realmente tu hija

Kay McDonald no tuvo el beneficio de saber que su hija no era realmente su hija durante toda su vida, así que cuando las pruebas de ADN confirmaron que Mary estaba diciendo la verdad, Kay pasó por un largo período de duelo.

Ella sentía que estaba perdiendo a Sue cuando Sue pasaba tiempo con su “nueva” familia para conocerlos, y Martha, sin saber qué hacer no llamaba a menudo.

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Finalmente, después de 8 años de separar sus sentimientos, Kay McDonald pudo perdonar a los Millers.

“Sólo tenía una hija y ella tenía cinco hijas”, dijo Kay a The American Life. “De hecho, ni siquiera estábamos seguros de que tendríamos otro hijo. Por supuesto, estábamos eufóricos cuando quedé embarazada. Y luego al pensar que no llegué a criar a quien yo tanto quería… les he perdonado, pero eso no significa que me haya olvidado”.

Martha y Sue no son exactamente amigas ahora, pero son, en cierto sentido, familiares, y asisten a reuniones familiares – para los McDonalds y los Millers.

¿Con qué frecuencia ocurre esto?

Aunque esta historia sucedió en 1951, los bebés todavía se cambian al nacer. En 1998, un artículo en The Baltimore Sun informó que 28,000 de cada 4 millones de bebés son cambiados al nacer (algunos temporalmente y otros permanentemente). Este es un número difícil de localizar, pero incluso en 2016, Karin Tanabe escribió un artículo para el Washington Post sobre su escalofriante experiencia de tener a su bebé enviado cambiado al nacer por sólo unas horas unas horas.

Traducido y adaptado de su versión original Mom knew she brought the wrong baby home from the hospital; 43 years later she finally reveals it to her daughter.

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