8 cosas de las que la mayoría de los padres se arrepienten
Todos cometemos errores, pero puedes estar a tiempo de subsanarlos.
Fernanda Gonzalez Casafús
“Tal vez, si no le hubiera dado el teléfono a mi hijo desde tan pequeño, él hoy no sería adicto a la tecnología”, me confesó una amiga visiblemente preocupada. Los padres buscamos la forma de criar a nuestros hijos de la mejor manera, pero muchas veces, por acción u omisión, nos arrepentimos en el futuro.
Como padres, nuestro mayor deseo es ver crecer a nuestros hijos sanos y felices. En esta carrera de responsabilidades continuas muchas veces la vida nos toma del brazo y nos lleva de sopetón hacia nuestras metas. En ese desenfreno, nuestros hijos crecen y nos va quedando esa sensación de querer cambiar aquello para que hoy todo fuera distinto.
El arrepentimiento de los padres
Pregúntale un día a tus padres, si hay algo de lo que se arrepienten en cuanto a la crianza de sus hijos. Cuando miramos hacia atrás, vemos todos aquellos errores que cometimos y fantaseamos con la idea de cómo hubiera sido si no hubiésemos hecho tal o cual cosa.
Los padres cometemos errores. Pero sin dudas, lo hacemos creyendo que nuestro camino nos lleva a una mayor felicidad de nuestros hijos. Entonces, pasamos más horas trabajando para poder vacacionar en la playa,o mandar a nuestros hijos a una escuela más cara, o castigamos fuertemente al más pequeño por haber manchado el sofá; para luego sentir un nudo en el corazón y arrepentirnos de tomar un accidente como algo tan grave.
Lo importante del arrepentimiento es que nos demuestra que somos humanos, y muchas veces nos invita a reflexionar acerca de la importancia de medir nuestros actos, pensando en la felicidad de nuestros hijos, para no lamentarnos en el futuro.
8 cosas de las que puedes llegar a arrepentirte
Tal vez sientas que hay ciertas cosas que quieras cambiar en la crianza de tus hijos. Y ello habla muy bien de ti, pues tienes la valentía de hacer una mirada introspectiva que te permite mejorar como madre o padre, y como persona.
Repasa esta lista, y si te sientes identificado en algún punto, tal vez no sea tarde para remediarlo.
1 No jugar demasiado
A los niños les encanta jugar contigo. Ellos vienen con su máscara, su pistola lanza rayos o sus muñecas y biberones y se disponen a jugar contigo, pero tú muchas veces tienes un “Espera, más tarde”.
Píntate la cara, construye castillos en la arena, ensúciate en los charcos de la lluvia, y deja volar tu imaginación de niño. Sigue su juego. No sólo será una tremenda experiencia para ellos, sino que será algo para atesorar en tu corazón para siempre.
Atrás quedó esa generación de padres serios y correctos. Date el lujo de jugar como un niño con tus propios hijos. Es la mejor inversión de tiempo que puedes hacer.
2 Priorizar la carrera o el trabajo
Claro que tu carrera y tu trabajo es importante. Pero la familia aún más. Se trata de equilibrar y encontrar la forma de no descuidar ninguna de las dos cosas.
Muchos padres se encuentran que sus hijos están grandes y la vida se pasó frente a sus ojos en un pestañeo. Pon los límites necesarios para que el trabajo no interfiera en tu vida familiar. El tiempo perdido jamás se recupera.
3 Mirar demasiado el móvil
Ahora que tu hijo es adolescente y pasa su día entero con el teléfono en la mano, y hasta lo trae a la mesa, te arrepientes de haber dado tú primero ese ejemplo.
Si tus hijos son pequeños estás a tiempo. Enséñales que el teléfono no debe traerse a la mesa a la hora de comer, y míralo a los ojos cuando viene a tu lado a comentarte o mostrarte algo. Cuando seas grande recordarás esa situación en la que podías haber estado con él y lo desperdiciaste con un aparato electrónico.
4 Haber faltado a esa muestra
Para los niños es sumamente importante que sus padres asistan a sus eventos escolares o sus muestras de deporte. eres su mundo, y verte allí le hace explotar el corazón.
Cuando por razones laborales o personales no asistes una y otra vez a sus eventos ellos se sienten decepcionados y su autoestima decae. No dejes de acompañar a tus hijos en cada hito de sus vidas, y te aseguro que no te arrepentirás.
5 No escuchar sus verdaderas necesidades
Tu hija pequeña lloraba porque quería estar contigo, pero tú la dejaste en la clase de danza y te marchaste. O tu hijo estaba enfadado y se encerraba en el cuarto, haciendo que tú te enfades, cuando sólo intentaba decirte “me siento molesto, ayúdame”.
A los padres se nos hace difícil entender aquello que nuestros hijos necesitan, pues muchas veces no lo manifiestan en palabras. Los niños felices son aquellos que tienen cubiertas sus necesidades básicas, pero además se sienten amados, escuchados y respetados.
Trata de entender y descifrar qué es lo que en verdad está necesitando tu hijo cuando te dice que siente miedo al quedarse de noche solo en su cuarto, o que te necesita todo el tiempo. Si no logras verlo, puede que luego sea demasiado tarde.
6 Ser demasiado exigentes
Es cierto que los hijos necesitan límites. Y cuando los límites son sanos e impuestos con amor, construyen. Pero a veces somos demasiado exigentes y luego puede que nos arrepintamos de ello.
Sobrexigir a nuestros hijos no va a aumentar su obediencia y rendimiento. Los expertos aseguran que exigir demasiado a los niños puede frustrarlos y generarles inseguridad y baja autoestima. Alienta a tu hijo a superarse día a día, respetando su ritmo.
7 No enseñarle quehaceres
Hay jóvenes que entran a la vida adulta sin saber ninguno de los quehaceres que su madre o su padre hacen en el hogar. Para que tu hijo sea autosuficiente debes enseñarle desde pequeño algunos quehaceres.
Pueden comenzar con tareas acorde a su edad. No vayas de atrás haciendo todas sus cosas. A los 5 años pueden servirse un vaso de agua; a los 7 prepararse su desayuno, a los 12 sacar a pasear al perro, por poner algunos ejemplos. Cría hijos independientes y no te arrepentirás.
8 No decir los suficientes “te amo”
Nunca son demasiados, pero tienes la oportunidad de decir los suficientes “te amo” para que tu hijo crezca sintiéndose estimado. Date la oportunidad de hacerlo cada día.
Además de tus acciones, ellos necesitan escuchar esas palabras de afecto, pues lo revalorizan y aumentan su confianza en sí mismos. No todos los padres tienen la costumbre de hacerlo, y luego encuentran que a sus hijos se les dificulta expresarlo también.
Por lo tanto, un “Te amo” jamás está de más, y tus hijos crecerán aprendiendo a expresar el más noble de los sentimientos.
A veces lamentarnos por lo que podría haber sucedido nos ayuda a reflexionar y poner en marcha nuevas actitudes y metas que nos conduzcan a ser mejores padres cada día. Puedes arrepentirte de muchas cosas como padre, pero jamás debes arrepentirte de querer superarte día a día ¡Y lo estás haciendo muy bien!