Mi madre: mi mejor amiga y mentora

Mi madre para mi es la mejor del mundo; sí, así como lo es la tuya para ti y eso nadie puede discutirlo.

Erika Otero Romero

Mi madre para mi es la mejor del mundo; sí, así como lo es la tuya para ti y eso nadie puede discutirlo. Ante mis ojos, mi madre, pese a todas sus fallas y los tropiezos que hemos tenido a lo largo de nuestra vida juntas, es mucho mejor madre de lo que yo podría llegar a ser alguna vez en mi vida.

Su vida no ha sido nada fácil. Quedó huérfana de padre cuando tenía 14 años y desde esa edad comenzó a trabajar para ayudar a mi abuela con el sostenimiento de sus hermanos más pequeños. Yo -convertida en una mujer adulta- no tengo el valor de imaginar lo que se puede sentir perder a uno solo de mis padres, pues gracias a Dios aún cuento con ellos. Ella simplemente es mi ejemplo de fortaleza.

Ella es mi ejemplo y mi soporte

Hace unos años, por razones de tipo económico tome la decisión, que en algún momento muchos han contemplado y tomado, de emigrar al exterior en busca de un mejor porvenir y de esa manera ser apoyo para mis seres queridos.

Fue así como salí de mi natal Colombia a otro país que -según mis expectativas- me iba a dar las oportunidades que se me había negado por tan largo tiempo pese a mis esfuerzos. No fue fácil adaptarse a otra cultura, estar sola sin tener con quien hablar con confianza, desahogarme de las desilusiones o pedir un consejo y aunque a mi lado había mujeres de mucho valor, ninguna como mi mamá que conocía hasta el lado más oscuro de mis pensamientos.

Sus enseñanzas me ayudaron a sobrevivir

Yo solía renegar de tener que ayudar en casa; sin embargo, si hubiera sabido que lo que me enseñó me iba a ser de tanta utilidad y sacaría de aprietos económicos JAMÁS lo hubiera hecho.

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Cuando renuncie a mi empleo en un restaurante, ofrecí mis servicios a una señora que conocía un poco mi realidad. Yo era consciente de que debido a mi situación legal me era imposible conseguir un empleo en mi profesión, así que tenía que estar dispuesta a trabajar en lo que pudiera y fue como comencé a trabajar en la casa de una familia.

Sinceramente, cada día daba gracias a Dios y a mi mamá por haberme dado la fuerza, humildad y las enseñanzas diarias tan simples que me ayudaron a sostenerme por unos meses más.

Luego de un tiempo colmado de dificultades de todo tipo, regresé a mi natal Colombia, donde mi familia me esperaba con ansias, por supuesto, yo anhelaba verlos después de casi 2 años de estar lejos de mi familia.

Algunas de esas enseñanzas fueron:

Nada de lo que enseña una madre es en vano

Puede llegar a ser fastidioso en su momento, pero en la adultez llegas a darte cuenta que realmente todo lo que aprendiste de ella tiene un invaluable significado y utilidad para cada uno de nosotros.

Los valores enseñados por ella son primordiales

Son algo precioso e imprescindible porque en momentos de difíciles algunos eventos van a obligarte a hacer acopio esos valores y principios que te enseñó mamá y que te darán la fortaleza para enfrentarte a lo que sea que pretenda derrotarte y dañarte, te lo garantizo.

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Aunque estés lejos o hayas cometido errores graves, siempre podrás contar con ella

Eso es un hecho, incluso si ha tenido que tomar una decisión que te lastimó pero que desde todo punto de vista ha sido correcta, pese a tus errores, fracasos y caídas sabes que podrás contar con ella y su apoyo en el momento que lo necesites.

Toda dificultad es más fácil de superar si se tiene el apoyo materno

Así seas adulto y creas que todo lo sabes y por eso te equivoques varias veces, sabes que cuentas con si guía sabia para que te ayude a volver al sendero y a tomar decisiones sensatas.

SIEMPRE serás su hijo

No importa si ya tienes hijos e incluso nietos, mientras tengas a tu madre con vida, sabes que JAMÁS dejará de ser tu madre y con ella tendrás derechos y deberes para y con ella, eso desde luego es una gran bendición.

Lo digo y lo sostengo, como mi madre ninguna solo espero que me acompañe por mucho tiempo más.

Feliz mes de las madres para todas ustedes.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.