Una caminata en la playa hizo que su hijito casi perdiera ambos pies; su madre alerta de este potencial PELIGRO
Ella nunca se dio cuenta de este peligro hasta que le sucedió a su hijo y ahora usa las redes para evitar que le suceda a otros.
Camila Ignacia Gómez González
La llegada del verano es sinónimo de un sinfín de gratos momentos para vivir en familia y sin duda, uno de los momentos más esperados por todos son las visitas a la playa: hacer castillos de arena, comer helados en el sol, jugar a saltar las olas, practicar algunos deportes acuáticos y largas caminatas a la orilla del mar pueden hacer que la estación estival sea la más deseada durante todo el año por todos los integrantes de la familia.
Sin embargo, no siempre el verano nos deja los recuerdos más dulces. Esta es la historia de Jacob, un niño de apenas 3 años de edad, que casi perdió ambos pies mientras corría por la arena en una playa en Dinamarca.
La historia se remonta al año 2013, sin embargo, su madre Katja Kafling decidió publicarla en sus redes sociales solo hace algunas semanas, pues supo de otro caso igual de horrible que el de su pequeño hijo.
Jacob y su madre estaban afuera de la playa Rosklide en Dinamarca, pasando un agradable día, cuando el niño comenzó a correr descalzo por la arena, tal como lo hace la mayoría de la gente. Su madre, quien estaba tras de él, de pronto sintió un grito espantoso, era su hijo. Al fijarse en lo que había sucedido se percató que Jacob había pisado arena caliente. La noche anterior, alguien había hecho una fogata y en vez de apagarla, solo tiró arena sobre ella.
Como consecuencia, Jacob tuvo quemaduras tan graves que al tomarlo para llevarlo al hospital podían ver cómo caían trozos de su piel. Al llegar al servicio de urgencia, los doctores le dijeron a Katja que su hijo podía perder ambos pies, pues las lesiones eran demasiado graves para poder salvarlos. Pero afortunadamente se encontró con algunos médicos que pudieron dar el tratamiento adecuado para salvar los pies de su pequeño.
Claro que no todo fue tan sencillo, pues Jacob tuvo que pasar durante 1 año hospitalizado, para realizar las diferentes cirugías donde injertaron su piel, luego tuvo que aprender a caminar y pasar por las manos de diferentes profesionales del área de la salud para poder recuperar su vida.
Sin embargo, como padres podemos rescatar varias lecciones de esta triste noticia:
- Llevar siempre calzado adecuado en la playa
Por extremo que suene, andar descalzos en lugares que no conocemos puede traer consecuencias indeseables. No solo nos podemos encontrar con fuego, sino que también con vidrios, colilla de cigarrillos mal apagadas, insectos peligrosos y otros artículos que pueden dejar alguna herida en los pies.
- Revisar siempre el lugar en que estaremos
Siempre que se va a la playa, la emoción es tanto que solemos poner nuestras cosas y sentarnos de una vez. Pues bien, esta historia nos demuestra que aunque sintamos que estamos seguros, esto puede no ser así. Es importante fijarse bien dónde dejar las cosas.
- Establecer planes de emergencia
Todos los integrantes de la familia deben saber cómo actuar en caso de un caso de emergencia, por ello deja claro cuáles son los teléfonos en caso de accidentes, a quién acudir y en caso de extravío un punto de encuentro para no caer en desesperación.
- Siempre apagar las fogatas
No importa si nos demoramos 5 minutos más en volver a casa, es importante que nos aseguremos que el sitio donde se ha encendido una fogata sea apagado en su totalidad. Basta con un poco de agua y dejarlo al descubierto. JAMÁS cubrirlo con arena para que se apague, las razones son obvias.
No permitas que este verano se convierta en una pesadilla para ti o para alguien más, sé responsable y enseña a tus hijos a serlo también, mediante tu ejemplo.