Esto es lo que REALMENTE siente una mujer cuando debe dejar ir al amor de su vida a los brazos de otra

Los dos errores que cometemos cuando nos han dejado de amar y cómo resurgir de las cenizas.

Valeria Fuentes

Enamorarse es el estado más placentero e idílico por el que un ser humano puede atravesar. Sentimos desde mariposas en el estómago hasta pajaritos revoloteando por la cabeza, sea que dure un mes un año diez o cien.

Sin embargo, diariamente en la vida se nos presentan dificultades; en el matrimonio, desgraciadamente, en ocasiones a uno de los dos se le termina el amor antes que al otro, entonces llega el fatídico día en que te dicen que no hay amor de su parte, que se va. Tu cabeza explota, por qué tu plan de vida al lado de la persona que amas se desvanece en milésimas de segundos.

El shock, el corazón destrozado y tu mente tratando de salvarte del peor dolor de tu vida

Ahora bien tu mecanismo de defensa a tanto dolor comenzará a negar todo.

Niegas haberte dado cuenta hace tiempo que las cosas ya venían cambiando, niegas esas señales y nudos en el estómago que te decían que algo estaba mal, niegas hasta hasta haberlo visto con otra mujer.

Tu cuerpo y tu mente ya no tienen conexión, y como dice la conocida canción de Chayane, “lo dejarías todo por que se quedara”, sin embargo, nada parece alcanzarle al amor de tu vida, nada parece convencerlo de que vale la pena que se quede a tu lado.

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Allí es donde cometemos el primer gran error: Niegas el dolor

Si niegas el dolor seguirás en shock por el resto de tu vida y eso se acumula hasta enfermar tu cuerpo incluso hasta llevarte a la muerte.

Cuando esa persona que amamos nos amenaza con dejarnos o simplemente nos dice que nos va a dejar, sentimos que perdemos todo el control en nuestra vida, es casi como haberse subido a una montaña rusa, en la que sin importar el miedo que nos provoque o lo mal que nos sintamos, el carrito en el que vamos subidas, NO se detendrá.

Tus sentimientos y tus emociones quedan a la merced de la otra persona, entonces, tratamos de controlar lo único que nos queda, tratamos de controlarnos a nosotras mismas, a lo que sentimos, y NEGAMOS el dolor.

Este dolor no es sólo emocional, este dolor es también físico, y cuanto más inviertes en controlarlo, más daño te haces a ti misma. Tu mente y tu cuerpo sufren.

¿Qué hacer?

EXPLOTA. Deja que todo salga afuera, recuerda que es a ti a quien te están dejando y tú no eres quien está abandonando el barco. Enfócate en ti misma, en lo que sientes, en por qué te sienten así, y sólo allí, podrás comenzar tu camino a sanr.

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Error número dos: Niegas la situación

Si niegas la situación justificando o mintiéndote, por ejemplo, que “ya se le pasará y regresará a mí”, o “le hicieron un maleficio”, o lo que sea que en ese momento de tanto dolor crees que te sirve para consolarte, sólo estás alargando el sufrimiento y acortando tu tiempo para curarte emocionalmente.

¿Qué hacer?

Llora, grita, canta, enójate, emociónate. Permítele al dolor que aliviane tu alma, y será entonces cuando te sientas sin mochila, sin carga en tus espaldas. Allí entenderás que todo pasa por algo.

El tiempo cura las heridas parece y quizás sea una frase armada pero es verdad. Sólo el tiempo usado a tu favor te ayudará a sentirte mejor, resurgirás de las cenizas, perderás el miedo a todo, serás una heroína de tu propia vida y estarás orgullosa de haber podido soltar, de quedarte con las manos vacías para recibir lo bueno que la vida te ofrece. Recuerda que siempre, lo mejor está por llegar.

Que NO hacer

Nunca trates de obligar a ese hombre a que vea las virtudes que no quieren ver en ti, nunca trates de convencer a nadie que te ame, nunca te abandones a ti misma por alguien que no sabe ver la gran mujer que se esconde detrás de todas esas lágrimas y de tanto dolor. El amor nace y se da gratuitamente; si tienes que convencer a alguien que vales la pena, entonces, estás perdiendo tu tiempo. El hombre que llegará para quedarse en tu vida, es el hombre que no sólo te verá por quien eres, sino que también verá más allá de lo que tú misma puedes ver en ti y te levantará de las cenizas que la otra persona dejó.

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Valeria Fuentes

Profesora en educación especial especializada en débiles cognitivos y Lic. en educación especial. Tiene un Instructorado en estilos, Master en Ritmos y Couch Coreográfica, pero el título que más ama es el de ser madre de sus tres pequeños.