Mujer toma pastillas para acidez estomacal y termina con una grave enfermedad en sus riñones ; los especialistas están advirtiendo de este PELIGRO

Cuando el remedio es peor que la enfermedad. Descubre cuándo se pueden convertir en el PEOR enemigo para tu salud.

Erika Gaytán

“Dije oh Dios mío…¡soy yo!, exclamó Sherry Herman en Dayton, Ohio al escuchar en la televisión que un grupo de abogados se habían unido para buscar pacientes y emprender una demanda colectiva, sugiriendo una relación entre ciertas píldoras para la acidez estomacal (que ya tomaba desde varios años atrás) y la enfermedad crónica.

Sherry de 50 años de edad, empezó a tomar una droga llamada Inhibidora de la Bomba de Protones (IPB) para controlar el reflujo gastroesofágico. Con la idea de que se trataba de un medicamento seguro, siguió tomándolo durante una década a pesar de que la etiqueta recomendaba su consumo de cuatro a ocho semanas.

En 2014 recibió la noticia de que padecía de enfermedad renal crónica, su reacción no se hizo esperar “fue un gran shock porque nadie en mi familia la padece”.

En primer lugar vale la pena entender lo que es el Reflujo Gastroesofátigo, este puede causar ardor en el estómago, es una crisis en el que el esfínter inferior (anillo muscular situado en la zona inferior del esófago) se encuentra anormalmente relajado y permite que el contenido ácido del estómago ascienda hasta el esófago. Causado por ciertos alimentos y cantidades, embarazo, obesidad, el cigarro, estreñimiento y por acostarse inmediatamente después de comer.

En qué consiste la IBP

La Inhibición de la Bomba de Protones produce una fuerte abstención de la secreción ácida y se les ha vinculado a un aumento considerable del riesgo de muerte. Los fármacos de los IBP se consideran uno de los fármacos más eficaces, los cuales pertenecen al grupo formado por el omeprazol, el lansoprazol, el pantoprazol, el rabeprazol y el esomeprazol. Por ello los fármacos aconsejan que no se debe consumir como protección al estómago sabiendo que se va abusar de alimentos, de la grasa o el alcohol.

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“La gente cree que los PBPs son muy seguros porque son de fácil acceso, pero conllevan riesgos auténticos, especialmente si se toma durante épocas prolongadas” aseguró el Dr. Ziyad Al Aly.

Aunque son seguros y efectivos no se debe abusar de su ingesta “han aparecido reportes, estudios que han demostrado que el uso crónico podría inducir a algunos efectos adversos serios entre los que se incluyen la posibilidad de enfermedad renal crónica, la posibilidad de deficiencia en la absorción de algunos nutrientes como es el caso del magnesio, el calcio por lo tanto se piensa que podría inducir mayor riesgo de fractura en pacientes con osteoporosis”, explicó Alberto Rodríguez, gastroenterólogo del Hospital Universitario San Ignacio.

¿Qué consecuencias puede traer su exceso?

Su abuso (durante dos años o más) puede provocar una deficiencia de la vitamina B12 que a su vez puede derivar demencia, daño neurológico, anemia. Esto debido a que reduce el ácido gástrico lo que impide la digestión de esta vitamina, comida principalmente a través de la carne de animal. Por otra parte, un estudio publicado por JAMA Internal Medicine sugiere que el uso regular de IBPs está asociado con un mayor riesgo de enfermedad renal crónica.

Los adultos que los ingieren medicamentos antiácidos tienen entre 16 y 21 por ciento más de probabilidades de sufrir un ataque al corazón que las personas que no lo hacen de acuerdo a estudios realizados por científicos de Houston Methodist y la Universidad de Stanford, Estados Unidos.

Recuerda que cualquier fármaco debe consumirse bajo prescripción médica, al igual que el tiempo de su ingesta aunque te traiga alivio cada vez que lo tomas no lo hagas. Procura no acostarte inmediatamente después de tomarlo y realiza actividad física, de esta ayudarás a su efectividad ¡Cuídate!

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Erika Gaytán

Oriunda de la tierra del taco, el mariachi y el folklore. Periodista de profesión y corazón. Por muchos años he tenido la fortuna de colaborar como docente en la educación de niños, adolescentes y jóvenes. La música, la enseñanza, la investigación, lectura y escritura son mis grandes aficiones.