Un esposo golpeado por la muerte de su amor de la infancia le rinde el tributo más INCREÍBLE a su mujer a un año del aniversario de bodas

Esta historia tocará tu corazón como nunca antes y te hará reflexionar...

Fernanda Gonzalez Casafús

Las historias de amor profundo me pueden. Y más aún aquellas de quienes llevan un amor urdido en la adolescencia. Yo tenía 13 años cuando conocí a mi actual esposo, por lo que cuando leí acerca de esta pareja me sentí totalmente identificada, al igual que dolida por el giro inesperado que tomó esta aventura de amor.

Mirror se hace eco de la hermosa historia de amor entre Jake Coates y su mujer, Emmy Collet, quien el enamoramiento recíproco se apoderó de ellos cuando eran apenas unos niños. Hoy, a un año de la muerte de su esposa, Jake compartió en las redes su linda historia con un triste final, como homenaje a quien fue el amor de su vida.

Almas gemelas

Jae y Emily se conocieron cuando él tenía 13 y ella apenas 11 años. En ese momento sus corazones ya se unieron y años más tarde comenzaron a salir. Sin embargo, cuando comenzaron la Universidad, tomaron caminos separados.

Cada uno tomó su rumbo, pero algo los unía y el destino, tarde o temprano volvería a juntarlos. En su Blog, Emmy contó que en 2015, y luego de 10 años sin verse volvieron a reencontrarse: él vivía en Australia, donde trabajaba como médico rural. Y ella vivía en Londres, donde era maestra. Así, limaron las diferencias de espacio y decidieron verse cada tanto viajando una vez uno, una vez el otro, hasta que finalmente decidieron que vivirían juntos en Reino Unido. Para fin de año ya estaban cumpliendo su sueño de pasar su vida juntos y estaban felices por la grata sorpresa que les estaba dando la vida. Sin embargo todo cambió de un momento a otro.

Un diagnóstico que cambió el rumbo de sus vidas

Para marzo de 2016 Jake tenía pensado proponerle a Emmy unas vacaciones en Filipinas; pero antes de viajar ella se enteró del diagnóstico por el cual venía sufriendo hacía tiempo severos malestares: tenía cáncer de tiroides, el cual se había propagado y crecía aceleradamente. Precisamente, el día antes de que fueran a viajar, los médicos confirmaron que el cáncer se había extendido a su columna vertebral, los pulmones, el hígado y los huesos. Era incurable.

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Escribiendo en su blog, Emmy expresó “Nos explicaron que mis problemas intestinales de larga data se debieron al nivel extremadamente alto de la hormona, la calcitonina, secretada por las células cancerosas. Necesitaba vaciar mi intestino cada 15 minutos día y noche, lo cual estaba teniendo un impacto severo en mi calidad de vida, incluyendo fatiga extrema, un ano fisurado y ampollado, pérdida de peso y menstruación errática”.

De un momento a otro las expectativas cambiaron, pero no dieron el brazo a torcer, y Jake, sin perder el tiempo, le propuso matrimonio a Emmy con una taza de té sobre la cama. En septiembre de 2016 se casaron. No les importaban las circunstancias, sólo querían celebrar el amor y la dicha de tenerse el uno al otro. Ella, con una admirable capacidad de resiliencia dijo “Aunque todas estas noticias han sido un choque y un desafío a veces, también me he dado cuenta de lo importante y precioso que es cada día, y disfrutar y atesorar cada momento”

Pedalear la vida juntos

Amantes de la aventura, Emmy y Jake solían viajar por distintas ciudades en búsqueda de nuevas experiencias en sus bicicletas. Fiel al lema de Emmy de vivir la vida al máximo, se embarcaron juntos en una travesía en dos ruedas en junio de 2016, a pesar del sombrío pronóstico de la salud de Emmy. Documentaron todo su viaje en el blog y lograron recaudar fondos con el fin de ayudar a una fundación dedicada al tratamiento e investigación sobre el cáncer.

“Me siento muy bienaventurada de tener la oportunidad de prevenir a alguien que se encuentre en una situación similar. Espero poder continuar reforzando el mensaje para tener fe en tu mente y cuerpo y confiar en ti mismo” dijo Emmy en su blog, respecto de su misión de ayuda caritativa para la fundación.

Pero un día, ella se fue

El 16 de junio de 2017 y a sus 31 años de edad, Emmy finalmente perdió la batalla contra el cáncer de tiroides. Su esposo, conmovido y abrumado, escribió: “Me siento totalmente perdido y vacío sin ella. No puedo mirar al asiento del pasajero mientras conduzco el coche sin el dolor más profundo que se extiende a través de mi pecho. Y no hay un momento que pase que no la eche de menos. Ella era mi norte, mi sur, mi este, mi oeste. La razón por la que quería despertar cada mañana y ser una mejor persona”.

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Tributo a un amor

No puedo imaginar el dolor que abraza el pecho cuando pierdes un amor tan profundo como éste. No existen las palabras cuando el dolor se ahoga en la garganta. Las palabras en homenaje a su amor son muchas y su discurso es tiernamente halagador. “Ella era una luchadora. A lo largo de todo el camino ella permaneció tan fuerte. Ella era simplemente la persona más valiente que he conocido. Ella nunca se quejó, nunca gimió y nunca quiso ninguna simpatía de mí o cualquier otra persona. Siempre avanzando, sin mirar hacia atrás. Incluso al final ella todavía era capaz de bromear y reír y hacer luz de su situación. Era una fuerza imparable que sólo quería difundir tanto amor, luz, felicidad, amabilidad y positividad como pudiera” dijo su esposo.

Hace unos pocos días, se cumplió un año del día en que se unieron en matrimonio y Jake volvió a publicar en su facebookuna foto de Emmy con su brillante mirada y enorme sonrisa, donde le dedica unas palabras y esboza una reflexión: “en estos días, hace un año atrás, no podía dormir. Estaba por casarme con el amor de mi vida. No hubo un día que pasó en el que no me haya pellizcado ¿por qué alguien como tú elegiría a alguien como yo?. Pero siempre estaré agradecido de que lo hicieras. Hicimos el mejor equipo, te extraño más que nunca a mi preciosa chica”.

El posteo de Jake invita a la reflexión acerca de la importancia de aprovechar al máximo cada momento vivido con quienes amamos. Aunque las circunstancias muchas veces nos tomen de sorpresa, es importante no perder el rumbo ni dejarse abatir. Aunque suene fácil es una tarea harto difícil, y que en muchas ocasiones no se logra. Pero si aprendemos a valorar el sentido de cada momento vivido con nuestros seres queridos nos daríamos cuenta luego que fue inteligente vivir la vida al máximo, sin mirar atrás y dándonos la oportunidad de amar más cada día.

Un lema de vida para aprender

Emmy amaba la vida. Su lema era “Ama, sonríe y sé amable”. Ese fue el lema que utilizaron Emmy y Jake en la decoración temática de su boda, y se convirtió en el emblema de la pareja. ¿Cuántos de nosotros tenemos la fuerza espiritual suficiente para tener ese coraje y ganas de vivir con un diagnóstico tan abrumados sobre nuestros cuerpos? Una frase que invita a imitar esta gran actitud de vida.

¿Qué hubiera pasado si esta pareja en vez de casarse o recorrer fantásticos lugares en bicicleta se hubieran quedado en casa esperando el inefable paso de la vida y el triste camino hacia la muerte? Hubiera sucedido que no hubieran tenido el placer de vivir gratas experiencias. La vida les dio la oportunidad de volver a encontrarse y, aunque fue muy poco el tiempo que pudieron disfrutar juntos, fue un tiempo compartido de calidad y con el mayor de los regocijos. Al fin y al cabo, es así como debemos vivir cada minuto de nuestras vidas, sin importar lo que pase.

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.