Una madre alerta a otras mujeres, perseguida por la culpa, y luego de que tras su error su bebé sufriera fractura de cráneo

La maternidad está llena de lecciones y todas podemos cometer este error y otros.

Fernanda Gonzalez Casafús

Desde que me convertí en madre la culpa me persigue. Culpa por no haber hecho ésto, o culpa por aquello otro. Estoy pensando que es algo innato de las madres (y yo pensaba qué sólo era algo de mi madre). Al parecer, no soy la única.

El blog Cafe Mom recoge la historia de una mamá blogera llamada Liz Mannegren, que estaba acostumbrada a postear fotos divertidas de la cotidianeidad de su vida como madre. Sin embargo, una mañana su vida cambió de forma drástica y decidió hacerlo público para concientizar a otras madres acerca de lo ocurrido.

Un movimiento inesperado

Hace unos días se cumplieron dos años del día en el que Liz atravezó el peor día de su vida, tal cual describe en su página de Facebook. Era una mañana como cualquier otra, llena de juegos y juguetes, pero de un momento a otro, su bebé de apenas unos pocos meses cayó al suelo y se fracturó el cráneo. Lo que hasta hacía pocos minutos era un momento de risas, se convirtió en un total caos, con una corrida espontánea hasta el hospital.

Liz explicó en su página que “con toda la fuerza y ​​la velocidad de un diminuto acróbata”, su hijo retrocedió de sus brazos y se tiró al suelo. “En cuestión de segundos, un día perfectamente normal se convirtió en una pesadilla absoluta”, escribió. “Tal vez tú sabes de lo que estoy hablando, la mayoría de nosotros hemos tenido por lo menos uno de esos días en nuestras vidas: un día en el que el mundo se derrumba sobre uno, golpeándolo con repentina ferocidad. Y te preguntas simplemente, ¿cómo pudo esto haber sucedido?”, escribió la madre.

Culpa que hiere

Cuando llegó al hospital Liz se encontrava visiblemente conmovida, pues su bebé lloraba de dolor. Las enfermeras la recibieron con la tranquilidad de quienes ven este tipo de situaciones asiduamente, y una de ellas le comentó a Liz que ella misma había pasado por un accidente similar con su hijo. Liz escribió: “Esa enfermera me había mirado y vió el peso aplastante de la culpaque estaba luchando por llevar. Aunque había cierta comodidad en el hecho de que yo no era la primera madre en dejar caer a su hijo, no aliviaba los sentimientos de fracaso que me invadían”

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El peor miedo se hizo realidad

Cuando el médico entró con el resultado de los Rayos X, los peores miedos de Liz se confirmaron: su bebé tenía los huesos del cráneo fracturados. “Yo estaba enojada conmigo misma por dejar que ésto sucediera, de alguna manera no pude predecir esto y atrapar a mi hijo”, escribió. “Mi chiquillo había confiado en mí para protegerlo y evitar que se hiciera daño, y literalmente lo dejé caer”

Liz comparte estas palabras para que otras madres se sientan acompañadas ante la culpa de haber pasado por situaciones similares. Sin dudas habrá quienes opinen que no se trató de un accidente sino de negligencia pero, ¿cómo podemos juzgarla? La maternidad es el trabajo más difícil del mundo y en el que más habilidades mentales intervienen. No siempre podremos proteger al ciento por ciento a nuestros hijos, y puedes estar a su lado todo el tiempo que, cuando te diste vuelta a buscar el vaso con agua, tu niño se cayó, se golpeó, se lesionó. Estoy de acuerdo en que en muchos casos los accidentes caseros son previsibles, pero muchos otros no. Es por ello que, aunque te invada la culpa, debes estar tranquila, pues estás tratando de hacer lo mejor que puedes para tu hijo.

El pequeño hijo de Liz se recuperó de sus heridas en la cabeza y sus huesos sanaron, así como sanó el corazón de esta madre invadido por la culpa y la congoja de no haberlo podido proteger de tan gran accidente. Y así, a medida que su hijo fue sanando, Liz se fue dando cuenta de que la maternidad no se define sólo por una acción, sino por el conjunto de acciones que emprendemos, para logral el biensestar de nuestros hijos.

No eres mala madre por un simple error. Eres buena madre en tanto intentas aprender de ello y superarte día a día.

¿Por qué las madres sienten culpa?

Es una pregunta que me hago ahora, que soy madre. Tal vez porque cuando somos madres, estamos invadidas por ese sentido de la responsabilidad que antes no teníamos tan desarrollado, o porque queremos ser una súper mujer y súper madre, o porque algunas situaciones simplemente se nos escapan de las manos y tememos equivocarnos.

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De acuerdo al sitio Ser Padres, las consecuencias de sentir culpa a menudo en la maternidad son:

  • Malestar psicológico

  • Imagen negativa de una misma

  • Actitud negativa hacia los hijos

Al parecer, sentir culpa de forma frecuente no es algo pasajero, sino que puede afectar nuestra propia reacción hacia los hijos. Me sucede a menudo que, cuando no logro manejar ciertas situaciones con mis hijos la culpa me invade y ello me hace enojar conmigo misma, por no tener la habilidad de poder resolver la situación. Estoy en el proceso de destete de mi hijo menor y la culpa me persigue, puesto que me resulta muy difícil decirle un “no” rotundo cuando me pide tomar,ya que no quiero que sienta rechazo, y al mismo tiempo, siento culpa por no ser lo suficientemente fuerte para ponerle un corte definitivo.

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Las cosas que nos hacen sentir culpables

Cada maternidad es un mundo, pero muchas madres sienten culpas a menudo por situaciones cotidianas similares, que se repiten en varias familias. El sitio Babycenter recopila alguna de esas situaciones:

  • Darle un biberón con fórmula

  • Usar la TV como niñera

  • Darle comida chatarra

  • Dejar a tu hijo en la guardería

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  • Gritarles

  • No poder comprarles todo

Y a tí, ¿qué cosas te generan culpa como madre?

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.