No es una historia más de alguien que bajó de peso. Es una RECETA que todos PODEMOS imitar.
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Cuando veo este tipo de historias de superación personal, me doy cuenta de cuán difícil es salir de la zona de confort, pero que con voluntad y amor propio, todo se puede. Jessica Beníquez es una joven que hace un año, debido a su obesidad y su apatía por la vida, se pasaba el día tirada en la cama viendo televisión, de acuerdo a People. Pero un cambio en sus hábitos de vida hicieron que hoy se vea increíblemente diferente.
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Existen muchas personas crueles que hablan de la gente obesa sin saber, y que piensan que pueden dejar de comer de un día para el otro. Sin embargo, hace falta una enorme fuerza de voluntad para bajar de peso. Jessica lo sabe, y está tan orgullosa de ello que no sólo compartió su historia en Instagram, sino que se hizo viral.
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Una vida que quería cambiar
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Cuando Jéssica cumplió 19 años pesaba 145 kilos. Su peso la hacía sentir tan incómoda que comenzó a dejar de salir y su vida social comenzó a ser escasa. Lo único que hacía en el día era acostarse en la cama a mirar series en Netflix y comía grandes porciones de comida chatarra y bebidas azucaradas.
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"Tener sobrepeso toda mi vida definitivamente cobró un peaje en mi cuerpo", dijo Jessica a Mail Online. "Siempre estaba cansada, mis pies siempre me dolían y yo solo quería acostarme en la cama todo el día y ver películas. Me sentía lenta las 24 horas del día y simplemente super incómoda"
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Jessica siempre había querido perder peso , pero no sabía cómo empezar. "Me senté en la cama durante dos meses seguidos viendo "One Tree Hill" y "Gossip Girl" en Netflix hasta que todas las temporadas estaban terminadas. Estaba a punto de comenzar otro espectáculo, pero luego me di cuenta de que no podía seguir haciendo lo que estaba haciendo. No me gustó la forma en que mi vida se dirigía. Así que, en ese momento decidí que iba a hacer algo al respecto"
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2 cambios en sus hábitos salvaron su vida
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La comida rápida y la gran cantidad de horas semanales acostada viendo televisión fueron cruciales para determinar su peso en la balanza. Entonces un día, a finales de febrero de 2016, dijo "basta", y comenzó un camino que la llevaría a la felicidad y al cambio de vida rotundo.
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El primer cambio que introdujo fue dejar de comer comidas rápidas o comida chatarra. Todos sabemos cuán sabrosos pueden ser los snacks, hamburguesas, patatas fritas, pero si se comen a todas horas y todos los días, las consecuencias son devastadoras para la salud. Jessica dejó además las bebidas azucaradas e incorporó más vegetales a su alimentación diaria, que casi ni comía.
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El segundo cambio fue levantarse de la cama y dejar de mirar televisión todo el día. Al principio, comenzó viendo videos de rutinas de ejercicios físicos por youtube, ya que se sentía avergonzada de ir al gimnasio. pero cuando comenzó a notar el cambio, comenzó a ir al gimnasio y se convirtió en su lugar favorito. "Tardé en ir porque estaba nerviosa sobre qué hacer en el gimnasio. No quería que la gente me mirara. Es embarazoso cuando eres joven y muy obesa. Caminando a través de un gimnasio, ves a mucha gente en forma y yo estaba super intimada por eso ". Lo importante es que pudo lograrlo, y hoy es un gran ejemplo.
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Esos dos cambios, aunque parezcan fáciles fueron extremadamente difíciles de llevar a cabo. Al principio,Jessica tuvo que ayudarse con los batidos de proteínas indicados para perder peso, pero una vez que su cuerpo se acostumbró a la nueva dieta, pudo dejar los batidos y seguir una dieta saludable, dejando de lados los carbohidratos y azúcares.
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El apoyo de las redes
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Jessica cuenta a People que documentar su experiencia en las redes sociales sirvió de gran ayuda, pues la gente la animaba en cada posteo que realizaba con frases como "¡tú puedes hacerlo!" La joven cuenta con más de 200 mil seguidores que ven cómo día a día su cuerpo se transforma y su ánimo se fortalece.
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Jessica dijo que su pérdida dramática del peso ha hecho un impacto positivo enorme en su vida y aconseja a cualquier persona que lo necesite, que comience ya con su viaje en la pérdida del peso, porque realmente vale la pena el esfuerzo.
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Hoy, más de un año después de la drástica decisión de frenar con la obesidad, el peso de Jessica ronda los 60 kilos y, aunque está a la espera de tener una cirugía para la eliminación de los tejidos que quedaron tras el iimpactante adelgazamiento, hoy no puede estar más feliz por la nueva vida que lleva. "Nunca esperé estar donde estoy hoy. Yo era tímida, pero ahora tengo mucha más confianza, tengo mucha más energía ", dice la joven. "Antes me tomaba 20 minutos caminar una milla y ahora puedo correr 5 millas en menos de 50 minutos. Es una locura las cosas que puedo hacer ahora que no podía hacer antes".
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Los 3 consejos de Jessica para perder peso
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Su camino no fue nada fácil, pero ahora puede alentar a otras personas a seguir intentándolo y a no bajar los brazos. La obesidad puede ocasionar serios problemas de salud a corto y largo plazo, no se trata de una mera cuestión estética. Por lo tanto, es un tema que los Gobiernos deberían tratar con más seriedad y del cual las personas no deberían burlarse, sino apoyar a quienes están en la lucha contra la obesidad.
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Jessica aconseja tres pequeñas acciones cotidianas para aquellas personas que estén en un tratamiento para bajar de peso, o simplemente para todas aquellas personas que quieren cuidar su figura y no encuentran la suficiente motivación o voluntad.
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Dejar de beber refrescos y comidas chatarras
Controlas las porciones
Ser constantes. No rendirse aunque los resultados no sean inmediatos
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Creo que el último punto es fundamental. La actitud de esta joven deja un mensaje mucho más profundo que el de la pérdida de peso en sí. Nos enseña que la constancia es un valor humano que deberíamos practicar a diario, y que la fuerza de voluntad nos puede servir para lograr muchas metas en nuestra vida. Historias como la de Jessica hay muchas, y por ello es digno compartirlas para hacer circular las buenas noticias.
