9 cosas que creen las personas sobre los hijos únicos (y son falsas)
Una buena crianza es la base de la felicidad de un niño.
Erika Patricia Otero
En años anteriores era bastante común que los padres tuvieran muchos hijos. Así, las familias podrían estar conformadas por los dos padres y hasta ocho hijos, o más.
Desde luego, también había familias donde los hijos apenas eran dos o tres, pero lo común era tener muchos hijos. Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Las razones son varias, entre estas, las condiciones de calidad de vida, culturales y de salud; sin embargo, esto también difiere de familia a familia.
Hoy día, lo común es que las familias cumplan uno de dos parámetros: ningún hijo o uno solo. De nuevo, esto también depende de cada persona, pero esas dos son las más usuales.
Las razones para que una pareja decida tener tener un solo hijo pueden deberse a las condiciones económicas de la familia, o que los padres son más consientes que el mundo de hoy presenta retos que antes no existían. Pese a eso, la decisión es de los padres.
Respecto a los hijos únicos hay una buena cantidad de creencias, muchas de ellas falsas. Esto es lo que hace que muchos padres tengan dudas de la conveniencia de tener un solo hijo. Es más, la Asociación Americana de Psicología, Granville Stanley Hall, llegó a decir que “ser hijo único es una enfermedad en sí misma”. Esto es terrible, pero a la vez es una interesante afirmación que vale la pena rebatir.
A continuación expondremos algunas falsas creencias respecto a los hijos únicos.
1 Tienen dificultades para relacionarse
Siempre se ha creído que los niños que tiene hermanos se relacionan mejor que los hijos únicos; esto es falso. Tanto los niños que tienen hermanos así como los únicos desarrollan las habilidades sociales; la diferencia es que lo logran de diferente manera y ritmo.
Los que tienen hermanos lo logran gracias a la manera como se relacionan con ellos. Los hijos únicos lo hacen con otros niños, primos, vecinos o compañeros del jardín. Lo interesante de esto es que los hijos únicos construyen vínculos de amistad más fuertes; la razones que es justo porque son únicos valoran mucho la compañía.
2 Requieren más afecto
Es falso que el hijo único requiera más atención y cuidados de los padres, tíos y abuelos. En realidad es al contrario.
La situación es que el hijo único he tenido atención exclusiva en su casa; así que no necesita llenar ningún vacío emocional. Sin embargo, lo que determina si un niño requiere o no más afecto, es la crianza, no si tiene hermanos.
3 Tienen una infancia más limitada
Al respecto, la crianza es decisiva en si el niño tiene o no una infancia limitada. Si el niño es sobreprotegido porque es hijo único, entonces sí ocurrirá esto.
Las cosas son muy diferentes si los padres le incentivan para que se relacione con otros niños. Además, si le motivan para que investigue, juegue y satisfaga su curiosidad, no tiene porqué tener una experiencia infantil limitada.
4 Son más egoístas
Esto es lo que más suele decirse del hijo único y la realidad es que depende de la crianza. Se cree esto por que se dice que no crecen acostumbrados a compartir con otros niños; no, no es así.
Un niño aprende a compartir tanto con otros niños así como con sus otros familiares. Lo que sí ocurre es que al ser hijos únicos, aprenden a vivir sus experiencias y aventuras solos; esto los hace más independientes.
5 Tienen menor capacidad para gestionar sus emociones
Ya sea que un niño tenga o no hermanos, los problemas infantiles tendrá que deberá resolverlos por él mismo. Es un proceso natural de la vida y no está sujeto a con quien se crece o no.
Es más, ser hijo único le ayuda a tener una mejor relación con él mismo y es más autónomo. Además, al estar rodeados de adultos, los hijos únicos aprenden más rápido a gestionar sus emociones.
6 No valoran lo que tienen
Este es otro aspecto que también depende de la crianza que el niño reciba.
Que un menor valore o no lo que tiene, implica una enseñanza adecuada de parte de sus padres. Si a un niño se le da todo lo que pide, tenga o no hermanos, no valorará lo que recibe. Será caprichoso, egoísta y envidioso, pero no por no tener hermanos, sino por una mala crianza.
7 Son tiranos
Para que un niño no sea un tirano, los padres deben saber poner límites. Si no lo hacen, el niño crecerá creyendo que es el rey y que puede hacer y deshacer; esto no tiene nada que ver con tener o no tener hermanos.
8 No saben trabajar en grupo
Al crecer rodeado de adultos, ya sea los padres o abuelos; los cuidadores deben aprender a comunicarse y “trabajar” con el niño. La diferencia de edad hace que se adapten a la situación y aprendan a compartir.
El que esto ocurra, favorece el desarrollo de la empatía y la capacidad para interactuar del niño; además, pronto aprenderá que las personas son diferentes. Esto hace que la convivencia les enseñe a trabajar en grupo.
9 Son más competitivos
A diferencia de los niños con hermanos, el hijo único no tiene que “competir” por la atención de sus padres. Es más, los hijos únicos suelen ser más independientes y autónomos en muchos más aspectos.
La competencia es inculcada en la crianza al incentivar al niño constantemente que sea el mejor y más sobresaliente. De nuevo, depende de la crianza que reciba.
Con lo antes expuesto, los padres que deciden tener un solo hijo deben aprender a criar de manera equilibrada; es decir, criar al niño haciéndole consiente de que es una persona más en el mundo. Que como tal será tratado como trate y que debe esforzarse por ser feliz; igual que todo el mundo.