9 frases que jamás debes usar en una discusión de pareja
Cuando discutas con tu pareja sé más inteligente y evita estos errores de comunicación.
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Emma E. Sánchez
Recientemente en una capacitación laboral, tocábamos el tema de lo importante que es discutir las problemáticas propias del trabajo en equipo para buscar soluciones, y hacerlo de tal manera que cuidemos las relaciones personales para que los equipos puedan madurar y progresar juntos.
Mientras el expositor hablaba, no puede evitar el trasladar esta valiosa información al plano familiar y sobre todo al matrimonio.
La forma en que se comunica la pareja determina la felicidad del matrimonio
Si bien a los compañeros de trabajo por lo regular no los podemos elegir, sí lo hacemos con nuestra pareja y por lo tanto el ponernos de acuerdo o discutir los temas importantes sería mucho más fácil. Pero curiosamente ocurre de manera contraria, podemos llegar a acuerdos más fácilmente con nuestros compañeros de trabajo que con nuestro esposo y eso desafortunadamente se traduce a la larga, en divorcios.
¿Por qué pasa esto?
Sencillo: porque en nuestro trabajo o a nuestro jefe jamás contestaríamos buscando ofender, lastimar o ridiculizar; lo pensamos dos veces, pues nuestro empleo estaría de por medio. Pensamos dos veces las cosas antes de decirlas, nos quedamos callados, cuidamos nuestro tono de voz y en muchas ocasiones, esperamos a que el enojo pase para luego hablar con claridad y sin apasionamientos.
En nuestra familia, en cambio, o con la pareja, hay tal confianza o dominio, y nos olvidamos del respeto, la tolerancia, el diálogo, la prudencia y el amor provocando mucho dolor y resentimiento.
Si una pareja no dialoga es que algo anda mal, porque problemas todos tenemos y buscamos arreglarlos; pero quien los omite o los ignora con tal de “no pelear” solo está acumulando para explotar y destruir todo a su alrededor.
Discutir no es pelear
Discutir puede ser una conversación inclusive un tanto acalorada, pero jamás ofendiendo. Aquí lo importante es dialogar y discutir de manera inteligente para resolver y sobre todo, para fortalecer nuestro matrimonio y familia.
A todos debe quedarnos claro que así como somos tolerantes con otros en el trabajo en la calle, así debemos serlo en nuestro hogar y con los nuestros. En general, al hablar debemos cuidar:
-El tono y volumen de voz
-Las palabras que usamos
-Nuestro lenguaje corporal
Y sobre todo, evitar a toda costa usar este tipo de frases que a continuación te presento, pues no construyen a la pareja y sí le hacen mucho daño.
Frases que destruyen
1 “Quizás debería dejarte”
Frases como esta, donde se lanza una amenaza, solo habla de la vileza de quien la dice. Nada de esto se vale, pues no abona a la relación y sí a la inseguridad y a la falta de compromiso. Nadie en un hogar debe sentir su permanencia condicionada, nuestro hogar es el lugar seguro en el mundo para nuestros hijos.
2 “Todo el día discutimos”
¿En serio? ¿No será que se está evitando resolver de fondo un problema real y solo le dan vueltas? Si un disgusto conyugal no se habla con honestidad y claridad, constantemente estará provocando malestar ¡Hay que hablarlo!
Manden a los niños con los abuelos por un rato, y quédense en casa solos con la promesa de que no saldrán hasta que puedan llegar a la mejor solución para todos. Si hay que llorar y decir las cosas como son, se hace. Es preferible un día terrible y salir tranquilos y en paz, que muchos días amargos y llenos de resentimiento.
3 “¡Eres un …!”
Ofender, descalificar o minimizar los comentarios de la pareja o cualquier miembro de la familia hace mucho daño. Evita a toda costa decir frases ofensivas o usar groserías.
Decir ofensas a los miembros de la familia está muy mal. Si acostumbras hacerlo o te sientes tentado a ofender mientras discutes algún tema, hay que cambiar, pues eso no es correcto en ninguna manera. Es preferible guardar silencio a ofender y lastimar irremediablemente a quien más amamos.
4 “Olvídalo, no lo entiendes”
Decir esto es lo equivalente a cuestionar la inteligencia y capacidades del ser amado, es una ofensa a su persona. Todos entendemos, el problema es cuando nosotros no sabemos o no queremos explicar con calma y de buen modo nuestro sentir. Esta frase solamente la dicen aquellos que están más ocupados en ofender que en resolver las dificultades.
5 “Tú nunca, o tú siempre”
Las generalizaciones hacen daño, sé inteligente e identifica las situaciones que causan la problemática, y no generalices. Se trata de resolver, no de buscar un culpable al cual castigar.
Evita generalizar y sé especifico en lo que quieres decir. Es un poco difícil al principio, pues estamos cambiando una manera incorrecta de hablar, pero conforme lo vayas haciendo, cada vez será más sencillo y la comunicación mejorará notablemente.
6 “¡Cálmate!”
Discutir no significa pelear, pero si es el caso, que los ánimos comienzan a caldearse, es mejor tomar un momento para respirar y no perder el objetivo de la plática.
Cuando le dices a alguien enojado que se calme, solo provocas más su ira, piensa en cómo tú te sientes cuando te dicen algo así. ¿Te enciendes más verdad?
7 “Me da lo mismo”
Decir esto solo habla del poco interés que se tiene en resolver el problema, en la relación y la pareja.
8 “No sabes lo que dices”
Nuevamente, a descalificar a la pareja y cuestionar su inteligencia y por lo tanto tu tino en la elección de pareja.
9 “Haz lo que se te antoje”
Esta frase es el preludio a una separación, pues solo manifiesta el gran egoísmo que existe que le impide ver la prioridad de resolver juntos los problemas.
Un matrimonio fuerte se construye a base de diálogo respetuoso y el cumplimiento de acuerdos. Nuestros hijos nos observan mientras hablamos, ellos están tomando lecciones sobre comunicación y cuando sean grandes repetirán las formas que nos han visto hacer. Esfuérzate por privilegiar el diálogo, hazlo por tu matrimonio, hazlo por tus hijos y hazlo por tu propia felicidad