4 pasos para manejar esas emociones que no puedes controlar (como la ira y el miedo)
Dejar de intentar siempre ser positivo y afrontar la situación es el primer paso; el resto lo encontrarás en estos SIMPLES pasos.
Fernanda Gonzalez Casafús
Manejar nuestras propias emociones es una de las cosas más difíciles para el ser humano. Somos seres racionales, sí. Pero hay sentimientos que no siempre podemos controlar. Por suerte hay personas que se dedican a aportar toda su experiencia y ayudar a otras en la transición hacia el conocimiento y control de las propias emociones.
Vengo leyendo en los últimos años, a raíz de mi maternidad, acerca de cuán importante es enseñarle a los hijos a controlar sus propias emociones. Pero lo cierto es que, si los adultos no sabemos hacerlo, difícilmente podamos transmitirlo a los más pequeños. Mientras más tengamos el control de lo que nos está sucediendo o de cómo afrontarlo, mayor control tendremos sobre nuestra propia vida y, en consecuencia, seremos un ejemplo innato para nuestros hijos.
Susan David es una psicóloga premiada en la facultad de la Facultad de Medicina de Harvard quien ha escrito el libro “Agilidad emocional: despegarse, abrazar el cambio y prosperar en el trabajo y en la vida”. El título es más que prometedor, puesto que el ser humano siempre está en la constante búsqueda de su yo interior y del éxito personal. Según Mail Online, para llegar a ello, la autora propone una serie de pasos a seguir para poder enfrentar todos los obstáculos como el miedo, la ira, la frustración, que muchas veces no nos dejan avanzar hacia la concreción de nuestros objetivos.
¡Deja de ser positivo!
En los últimos años muchas personas se han volcado hacia la ola de la “positividad” que consiste en mantenerse en un estado de afirmación y positividad constante que permita tener la mente alejada de cualquier pensamiento negativo que pueda opacar los planes. Pero para la psicóloga, que ha dedicado más de 20 años a investigar las emociones, comprender y hacer frente a los sentimientos difíciles y superarlos es la clave de un futuro mejor. Es decir, en vez de negar lo que nos pasa o sentirnos mal por no estar positivos, el primer paso es aceptar lo que nos está pasando.
El argumento de David es que las personas “emocionalmente ágiles” no son inmunes a las tensiones y los reveses, pero han desarrollado una visión crítica de cómo manejarlas, e insiste en que cualquiera puede hacer lo mismo siguiendo un proceso de cuatro pasos.
4 pasos para lograr la agilidad emocional
De acuerdo a lo explicado por la psicóloga en su página web, la agilidad emocional es un proceso que nos permite navegar en las vueltas de la vida con autoaceptación, clarividencia y una mente abierta. El proceso no se trata de ignorar emociones y pensamientos difíciles, sino de mantener esas emociones y pensamientos libremente, enfrentarlos valiente y compasivamente, y luego superarlos para encender el cambio en su vida.
1. Aceptar
En lugar de ignorar pensamientos y emociones difíciles o sobreenfatizar el “pensamiento positivo”, la clave está en enfrentarse a los propios pensamientos, emociones y comportamientos de buena gana, con curiosidad y amabilidad. Es decir, dejar de pensar y cuestionar si la forma en la que te sientes es correcta o incorrecta, o si deberías o no sentirte así. El proceso implica identificar los sentimientos por lo que realmente son. Por ejemplo,en lugar de decir que estás estresado, debes considerar lo que realmente sientes: ¿es enojo, desilusión o dolor? Etiquetar tus emociones correctamente te ayudará a procesarlas, explica la psicóloga.
2. Salir
Luego de enfrentar los pensamientos y las emociones, lo que hay que hacer es desprenderse de ellos y observarlos tal como son: sólo pensamientos y emociones. Así, creamos un espacio abierto y sin prejuicios entre nuestros sentimientos y cómo respondemos a ellos. También podemos identificar sentimientos difíciles a medida que los experimentamos y encontrar formas más apropiadas de reaccionar. La observación independiente evita que nuestras experiencias mentales transitorias nos controlen. “Salir” significa aprender a verse a uno mismo como el tablero de ajedrez, lleno de posibilidades, en lugar de como una sola pieza en el tablero, confinado a ciertos movimientos predeterminados.
3.Reconocer nuestros valores
Nuestros valores centrales proporcionan la brújula que nos mantienen en movimiento en la dirección correcta. En lugar de ser ideas abstractas, estos valores son el verdadero camino hacia la fuerza de voluntad, la resiliencia y la efectividad. Reconocer, aceptar y luego distanciarnos de las cosas emocionales atemorizantes, dolorosas o perturbadoras nos da la capacidad de involucrarnos más en la parte de “mirar a largo plazo”, que integra el pensamiento y el sentimiento con valores y aspiraciones, y puede ayudarnos a encontrar nuevas y mejores formas de llegar allí. Identificar y actuar sobre los valores que son verdaderamente propios, no aquellos que otros imponen, o sobre lo que creemos que nos debería importar, es el siguiente paso crucial para lograr la agilidad emocional.
4. Continuar
Pequeños ajustes deliberados a nuestro modo de pensar, a nuestra motivación y hábitos, pueden marcar una poderosa diferencia en nuestra vida. La idea es encontrar el equilibrio entre el desafío y la competencia, para que no ser complaciente ni abrumado. De esa forma estaremos entusiasmados, entusiastas y fortalecidos.
Sabemos que el cambio verdadero hacia una vida mejor comienza desde nuestro propio interior, pero es cierto que consejos como los mencionados anteriormente pueden ayudar mucho en el camino introspectivo hacia el éxito personal. Y tú ¿cómo controlas tus emociones para llevar una vida más plena?