6 lecciones de amor y desamor que cambiarán tu vida PARA SIEMPRE

Comparto contigo 6 lecciones que he aprendido del amor y el desamor y espero te ayuden en tu búsqueda personal de ti mismo. Son seis lecciones que te serán de ayuda.

Erika Otero Romero

Cuando se ama a alguien uno se siente casi como un súper héroe, capaz de hacer lo que sea por la persona que inspira ese sentimiento. Pese a eso, no todo lo que viene con el amor es bueno o trae las mejores experiencias, pero algo que sí es positivo es que todas y cada una de las enseñanzas que deja bien valen la pena.

Me he enamorado muy pocas veces en la vida, y no sé si eso es bueno o malo, pero de algo que sí estoy segura es que de esas veces he aprendido grandes lecciones que, para bien o para mal, me han hecho la persona que soy en este instante; por esa razón te comparto estas seis lecciones que he aprendido del amor, e incluso del mismo desamor:

1. Si te rechazan, no eres tú quien pierde

En incontables ocasiones me han rechazado. Con el paso del tiempo, sin embargo, aprendí que también puedo tomar la iniciativa y decirle a alguien el gusto o sentimiento que me inspira. Está latente la posibilidad del rechazo, pero nunca lo sabré si no me arriesgo y, como mujer, también puedo hacerlo. La moraleja es la siguiente: si te rechazan no eres tú quien pierde, el que pierde es quien no se da la oportunidad de conocerte.

2. Tú mereces ser amada

Que una persona te rechace afectivamente, no quiere decir que no merezcas ser amada. En mi caso, encontrar el amor ha sido un verdadero reto. Las pocas veces que he encontrado una “imitación del amor” no me ha ido tan bien como anhelaba, pero eso no implica que en este vasto mundo no exista alguien que esté dispuesto a dar el todo por el todo por mí mientras me ocupo de mi familia y de mí misma, porque con mis seres amados también encuentro afecto.

3. Aprende a distinguir entre gustar, querer y amar

Es una lección que aprendí hace pocos años gracias a la última relación sentimental que tuve. Hay relaciones que se quedan en el gusto, y gustar es solo la atracción física que se siente hacia alguien; otras pasan al siguiente nivel, querer, una emoción un tanto egoísta que “cosifica” a la persona-objeto de nuestra atención y queremos acapararla en su totalidad para nosotros; y, por último, amar: muchos estarán de acuerdo cuando digo que es una emoción libre de egoísmo e incluso de deseo carnal, donde la persona a la que se ama se le toleran actitudes o gestos que en otra situación no (incluso, hasta el sacrificio propio). La moraleja es: saber distinguir esas tres emociones y saber luchar por la persona que nos inspira la que es la más adecuada para nuestro crecimiento como personas.

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4. El amor es sublime, pero está en constante cambio

Que el amor vaya cambiando no es malo, al contrario, el cambio en el amor da cabida a que el “encandilamiento” que al principio ocurre con la atracción y el enamoramiento pase a ser amor verdadero.

5. Tú no eres culpable si él te es infiel

Muchas veces me pregunté qué había hecho para que me engañaran. Sentí eso hasta que después de pensarlo supe que no tenía la culpa de las necesidades o inseguridades de alguien que no se había sentido ni conforme ni satisfecho con la persona que yo era y con lo que podía ofrecerle. Yo era buena, y si él no me quiso fue tanto por el bien de él como por el mío.

6. El amor verdadero requiere que tú te ames a ti misma

¡Exacto! Solo puedes pedir amor de verdad cuando eres capaz de amarte y respetarte a ti misma; si lo haces sabrás claramente qué es lo que mereces y aprenderás a distinguir a la persona que te merece.

Estas son solo las seis lecciones más importantes que el amor y el desamor me han dejado y las comparto hoy contigo para que, a su vez, puedas, junto con las tuyas, en su momento transmitirlas a tus hijos, a fin de que su vida amorosa, e incluso la tuya, resulte mucho más llevadera.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.