La relación madre e hijo puede ser transformada por estos genes PATERNOS, según NUEVO y revolucionario estudio

Genes paternos pueden tener un fuerte impacto en el tipo de cuidado que la madre le brinda a sus hijos aún durante la gestación.

Fernanda Gonzalez Casafús

La ciencia descubrió que los genes paternos pueden tener un impacto verdaderamente fuerte en el tipo de cuidado que la madre le brinda a sus hijos, tanto durante la gestación, como durante la crianza del bebé. De esta manera los expertos dan por cierto que son genes paternos los que influyen en cómo la madre cuidará y tratará a su hijo cuando nazca.

Más allá de la carga genética en cuanto al comportamiento y la personalidad, los expertos descubrieron que un gen aportado por el padre es el que puede afectar positiva o negativamente en el amor maternal hacia su hijo. Un estudio publicado en la revista especializada PLOS Biology, indica que la placenta recibe señales hormonales que viajan por el torrente sanguíneo de la madre que la prepara para programar su futuro comportamiento durante la maternidad.

El gen paterno del cuidado

El equipo de científicos encabezados por los profesores Rosalind John y Anthony Isles de la Facultad de Biociencias de la Universidad de Cardiff, encontró que los genes paternos pueden afectar el tipo de cuidado que reciben los niños antes y después de nacer. Y el culpable es un gen llamado Phlda2, debido a un fenómeno evolutivo llamado impresión genómica, que aún sigue desconcertando a los científicos.

En el feto humano, ambos genes están presentes, tanto el del padre como el de la madre, pero sólo el gen materno queda activo, mientras que el gen paterno permanece “dormido” o inactivo. Sin embargo, aunque esté inactivo los científicos descubrieron la importancia de la presencia de este gen. Los investigadores utilizaron ratones de laboratorio y lo que hicieron fue primero “activar” ambas copias del gen, mientras que en otro grupo de ratones dejaron inactivas ambas copias.

Resultados de la prueba

La sorpresa fue que los ratones que tenían activadas ambas copias genéticas no cuidaban tanto de sus cachorros como aquellos grupos de ratones que tenían inactivas ambas copias. Es decir que, las madres con fetos con mayor actividad del gen Phlda2 amamantaban y cuidaban menos a sus cachorros, y en su lugar, se concentraban en la construcción de nidos. Mientras que las madres con fetos “paternalizados” dedicaron más tiempo a alimentar a sus cachorros.

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Los científicos entonces concluyeron que el hecho de que el gen quede inactivo es preponderante en el tipo de cuidado que el bebé recibirá de su madre. La ciencia tiene misterios que nadie puede explicar, pero casi siempre todo forma parte de un plan que no sabemos cómo, pero encaja a la perfección.

Mucho más que un gen

Si has sido madre seguramente te has preguntado alguna vez cómo es que de repente, y durante los primeros meses de vida de tu hijo, te has vuelto algo distraída y olvidadiza. Sin embargo, lejos de preocuparte, debes saber que la naturaleza está haciendo de las suyas. Los cambios en las prioridades de la madre durante la gestación y después del nacimiento del bebé son de vital importancia para la supervivencia de su hijo, así como para su bienestar emocional.

En relación a ésto, la naturaleza supo cómo hacer para que un pequeño gen tenga tanta injerencia en el comportamiento humano durante la crianza de otro ser. Pero más allá de eso, y más allá de la cuestión genética, el padre es mucho más que un simple gen.

El padre tiene un rol preponderante en la gestación del bebé por nacer, pues no sólo aportará la carga genética, sino que tendrá un rol activo durante el embarazo de la madre, transmitiendo una serie de emociones y sentimientos hacia su hijo.

Ser mejores padres

La naturaleza nos dotó de habilidades y herramientas para asegurar la supervivencia de la especie. Pero mientras tanto, hay muchas cosas que como padres hacemos usando no sólo la lógica de la razón, sino también los sentimientos y el amor que nos moviliza hacia nuestros hijos. Ser una “mejor” madre va más allá de simplemente brindar los cuidados básicos como cobijo y alimento, sino que también se trata de:

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  • Empatizar con nuestro hijo
  • Brindarnos en todo momento
  • Escucharlos sin minimizar sus preocupaciones
  • Saber leer sus gestos, sus silencios y sus miradas
  • Compartir codo a codo la crianza con nuestra pareja

El padre siempre impacta en la vida de un hijo

Para los hijos el amor de ambos padres por igual es tan importante como indispensable. Las madres cuidan, alimentan, guían. Los padres dan fuerza, determinación y moldean el carácter de los pequeños. El amor maternal que un niño reciba antes y después del nacimiento podrá estar influenciado por un gen, pero mientras tanto como madre tienes el poder de determinación para influir positivamente en la vida de tu hijo dándole los cuidados que necesita y el amor de familia que lo hará crecer sano emocionalmente.

Son muchos los padres que impactan con su amor desde el momento mismo de la concepción, y son muchos otras también quienes impactan de manera activa en la crianza de su hijo. El rol de un buen padre va mucho más allá de un gen, pero mientras tanto, la naturaleza hace de las suyas para asegurarse el amor maternal.

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.