A las mujeres nos gustan los hombres que ponen el corazón en cada detalle
Un chocolate, tu infusión favorita llevada al sillón donde estás sentada y una caricia que te acomoda el alma. Esos detalles son los que nosotras amamos.
Fernanda Gonzalez Casafús
Hace unos días, en una charla de amigas, hablábamos sobre lo mucho que cambia una mujer cuando madura y cuánto comienzan a molestarnos algunas cosas de nuestros hombres que antes pasaban desapercibidas.
Cuando hace algunos años atrás amabas ver a tu chico con su barba crecida, hoy le dices que es señal de dejadez y que vaya a la barbería. Antes no te importaba llevarle el desayuno a la cama todos los domingos, pero luego dejaste de hacerlo al ver que tú no recibías ese tipo de gestos.
Y entonces, notaste cómo la vida te fue haciendo más distante
Y no es el desamor. Tampoco la edad. Son las experiencias, la rutina y ese futuro que queremos alcanzar que no siempre llega. Cuando antes era habitual recibir de su parte un “te amo”, un chocolate o una invitación a una salida fugaz y misteriosa, hoy sientes cómo la rutina a veces quiebra todo el encanto.
Y sí, la convivencia nos hace a veces un poco más duros, más distantes en lo cotidiano. Y entonces, comienzas a recordar esos besos robados mientras preparas la ensalada, o rememoras esos pequeños detalles de amor que tenía para contigo, cuando hoy su máxima señal de afecto intenso es rodearte con su brazo y decirte “gordi, ¿qué cenamos hoy?”
No estás más fría. No estás desamorada. Tampoco es que ya nada te sorprende, como sueles decir. Es que extrañas esos detalles que te hacían sentir viva, que hacían bullir tu sangre y darte un vuelco al corazón.
Queremos amor en cada detalle
Tras dos décadas de conocer a mi esposo, puedo decirte que me ha sucedido todo esto y mucho más. Y la montaña rusa nunca frena. A veces estamos en la cima; otras veces estamos a punto de caer, para sentir luego el frenesí, la calma, el pavor y el suspenso; en ese orden, o alterado, o todo junto. Porque así es una relación de larga data.
Pero nosotras, las mujeres, siempre buscamos ese detalle que nos hace sentir amadas. Tal vez, él, antes te impresionaba con un destello en su mirada mientras en su mano agitaba las entradas de la película de estreno. Hoy te sorprende verlo entrar a casa en ropa de fajina, con un pote de kilo de tu helado favorito. Más o menos glamourosos, detalles al fin.
Y de eso se tratan las relaciones de amor. De verlo al otro feliz, porque eso es ni más ni menos que la felicidad de uno mismo. Y ahí vamos con los detalles entonces: ¿será que cuando el amor se fortalece y se enraíza en las rutinas ya no debemos darle tanta importancia a esas pequeñas cosas que todas esperamos pero que no siempre llegan?
No señores, por más empoderadas que estemos, a las chicas nos encantan las demostraciones y los detalles
Ahora te sientes más libre, más madura, más mujer que nunca. Vas por la vida riéndote de lo que alguna vez te preocupó, de lo que algún día te puso los pelos de punta y de lo que tanto temías. Hoy tomas las riendas de tu vida.
Pero por dentro, anhelas siempre ese amor que te devuelve la fuerza cuando sientes caer. Es cierto que el amor propio es el único y el más poderoso guerrero contra los ataques externos. Pero no vamos a negar que se siente tan bonito cuando él viene a darte ese masaje en los pies que pedías en silencio. Y tampoco podemos desmentir la verdad irrefutable que es el sentirse amado cuando esa persona te abriga el alma.
Queremos esos detalles de amor que nos hacen sentir amadas. Aunque pasen los años.
Por más desayunos en la cama
Más masajes en los pies
Más elogios y comentarios positivos
Más atención a lo que nos gusta
Más memoria para recordar fechas especiales
Más cenas preparadas por ellos
Queremos que nos tomen de la mano
Que nos levanten ese mechón de cabello que cae sobre el rostro
Que nos digan “Hoy cocino yo, amor”
O escuchar un “Deja, de esto me encargaré yo, de ahora en adelante”
Queremos más besos robados y más contacto visual
Que cada detalle demuestre su amor
Coincidirás conmigo que no se trata de joyas, regalos ostentosos ni vacaciones de lujo. Se trata de hacer que cada detalle valga la pena y que denote ese amor intenso que aún siente por ti y que a veces le cuesta un poco demostrar.
Y por nuestra parte, somos nosotras quienes debemos abrir el corazón para recibir esos pequeños gestos de amor y apreciarlos al máximo. Hombres y mujeres amamos distinto y nos expresamos distinto en cuestiones del amor. La clave es entendernos y agradecer el esfuerzo que la pareja hace en revelar todo lo que nos ama.
Chicos, nos encantan los detalles. ¡No lo olviden! Sigan brindándonos toda clase de mimos y demostraciones de amor, que cuando una mujer se siente amada, entrega su corazón y su alma en cada gesto y en cada paso que da. Y si ese paso es de la mano del hombre que la enamoró, ¡mucho mejor!