Abrigar a tu bebé con mantas polares puede ser MUY peligroso por esta simple razón
Los profesionales de la salud alertan a los padres en contra del uso de estas mantas en bebés.
Fernanda Gonzalez Casafús
Llega el frío y buscamos lo más abrigado que haya para que nuestro bebé duerma calentito. Las mantas polares hacen furor en el mundo debido a que son muy cálidas, suaves y muy livianas. Sin embargo no sería lo más adecuado para abrigar a un bebé, según algunos especialistas.
Según el sitio Newsner, un grupo de matronas de Whanganui, en Nueva Zelanda, están alertando sobre el riesgo de las mantas polares para los bebés. El peligro tiene que ver justamente con el motivo por el cual las elegimos: son muy calientes. Pero ésto, más allá de parecernos beneficioso, puede llegar a ser potencialmente peligroso, y el cuerpo de tu bebé podría sobrecalentarse.
El origen de las mantas polares
Las mantas polares están hechas a base de bolsas plásticas recicladas. Como bien sabemos, el plástico no respira. Si miras bien el tejido de una manta polar notarás que es demasiado apretado; es como si estuvieras tapando a tu hijo con una bolsa plástica. Ésto, en algunas ocasiones, puede hacer que el cuerpo de un bebé pequeño se sobrecaliente, pues no tiene la autonomía necesaria para destaparse, como lo haríamos nosotros si sentimos calor.
¿Por qué son peligrosas?
Angela Adam, Partera de un hospital en Nueva Zelanda, está alertando junto con sus colegas de la institución, acerca de los peligros de utilizar este tipo de cobertores. Según lo expresado en New Herald de Nueva Zelanda, al ser fabricadas con fibras de plástico, las mantas polares no permiten que la piel del bebé respire. Cuando el cuerpito comienza a calentarse, comienza luego a sudar. Ese sudor no tiene por dónde evaporarse y escapar, y queda en el cuerpo, enfriándolo de forma peligrosa. Ésto podría tener como consecuencia la muerte repentina de los bebés más pequeños.
Según el sitio Guía Infantil, los materiales polares, además de incrementar la temperatura del cuerpo, pueden provocar enfermedades respiratorias, ya que retienen la humedad del aire y prolongan el contacto del niño con esa humedad.
Entonces, ¿qué podemos utilizar para abrigarlos?
Cuando hablamos de niños menores de un mes, es necesario escuchar las recomendaciones médicas acerca del abrigo de los niños. En mi caso, cuando mis hijos tenían pocas semanas yo los abrigaba apenas un poco más que nosotros, los adultos. Luego, la temperatura de sus cuerpos se va regulando y ya no es necesario abrigarlos de más.
Si llevas a tu bebé upa o en un coche, y el bebé estará inmóvil por un tiempo, es necesario que lo abirgues un poco más que tú, que seguramente al caminar y estar en movimiento sentirás más calor.
En cuanto al material, la lana sigue siendo el mejor aliado para abrigar a los bebés. Se trata de un producto natural y que permite el paso del aire. Sigue siendo caliente, suave y no hará que el sudor de la piel de tu bebé quede atrapado, como en el caso de las mantas polares.
¿Entonces no debo usar nunca más una manta polar?
En mi opinión, y de acuerdo a las recomendaciones de las matronas y especialistas, se trata más que nada de no sobreabrigar a los bebés y estar al tanto de su tempreatura corporal. Creo que el mensaje es ése. Mis hijos de 2 y 4 años duermen ambos con una manta polar fina, y vamos viendo cuánto abrigo poner en sus camas, de acuerdo a la temperarura ambiental.
¿Cómo saber si un bebé está sufriendo calor?
Abrigar en exceso, o abrigar de menos, suele ser una de las primeras preocupaciones cuando nace un bebé. Sin embargo, es imprescindible estar alerta a algunos signos corporales que nos demostrarán si el niño está sobre abrigado o si está sufriendo frío.
Al contrario de lo que piensa el común de la gente, que un bebé tenga las manos o los pies fríos no significa que esté pasando frío, sino que, como su circulación sanguínea aún no está del todo desarrollada, es normal que sus extremidades no estén templadas.
Tocando el cuello o la espalda del bebé sabrás si tiene calor o tiene frío. Si notas que está transpirado, entonces estará sufriendo de calor; al mismo tiempo que lo notarás incómodo. Cuando notas su espalda y cuellito frío, abrígalo entonces un poco más.
Ahora ya sabes, no tires esa manta polar que tienes en casa tan calentita y suave, pero sí trata de no envolver a tu bebé pequeño en ella. Siempre vigila sus síntomas de calor o frío, y ante cualquier duda, consulta a tu médico.