Abuela, gracias por entender mi mundo
Hay cosas que solo las abuelas entienden mejor que los propios padres. Aprendamos a valorarlas y cuidarlas.
Adriana Acosta Bujan
“Hija, deberías arreglarte y maquillarte todos los días”, esta es la primera frase que recuerdo me decía mi abuela cuando era joven. Muchas veces pensaba que exageraba, pero ahora me doy cuenta que lo decía con un fin, era para subir mi estado de ánimo, puesto que cuando uno se arregla para uno mismo se siente mejor.
Mi abuela era una persona hermosa, tierna, comprensiva y fue mi mejor amiga por muchos años, hasta que murió. Por fortuna tengo tantos lindos recuerdos y tantas enseñanzas de vida que compartimos juntas, que hoy por hoy todo lo aplico con mi propio nieto.
Ser abuela es una de las etapas más hermosas de la vida, ya que nos permite compartir nuestras experiencias, ideologías y conocimientos, sin temor a equivocarnos; incluso corrigiendo esos errores que cometimos en la crianza con nuestros propios hijos.
Con los nietos, la vida se ve más relajada y con otro enfoque, donde solo se observa el amor puro e incondicional. A pesar de que en la actualidad muchas de las abuelas dedican su tiempo a criar a sus nietos por las razones que sean, siempre será muy distinta la educación que ellos reciban, porque nos vemos forzadas a evolucionar a la par con las nuevas generaciones.
Un mundo de experiencia
La mayoría de las abuelas comprenden y ven la crianza de sus nietos de manera distinta a lo que la perciben los padres. Puede ser que las abuelas sean más permisivas, más cómplices, más empáticas y más cariñosas; tal vez porque ya que no tienen la responsabilidad de mantener a sus nietos y tienen más tiempo libre.
Por ello, existen algunas cosas que toda abuela comprende mejor que nadie:
1 Dejarlos ser como son está bien
Muchas veces sucede que los padres sin darse cuenta reprimen y castigan a sus hijos cuando les enseñan a ser ordenados y responsables. Las abuelas dejan que los nietos sean libres de experimentar, explorar y que descubran cosas nuevas aunque la habitación sea un desastre o su propia higiene sea afectada.
Comprendemos que los nietos necesitan ser libres, ser como son; ya que muchas veces en esos momentos de juego sin reglas se pueden descubrir nuevas habilidades, destrezas o dones, que podrían quedar ocultos por muchos años sin no se visibilizan.
2 No hay prisa
Pareciera que todos vivimos en un mundo muy de prisa, corriendo de un lugar a otro sin tener un momento de tranquilidad. Vamos de aquí para allá enseñando a los hijos a realizar cualquier cosa de manera rápida, sin muchas veces disfrutar el presente.
Una de las cosas que comprende toda abuela es que todo momento requiere de un tiempo específico para poder disfrutar de la vida y ser felices; me refiero a que no hay prisa para que el nieto termine de comer, de hacer su tarea, de jugar, de estudiar, etcétera, ya que el verdadero conocimiento y sentido de la vida se logra cuando se construyen aprendizajes significativos; esos que dejan huella.
No hay prisa por crecer, no hay prisa para que los nietos sean adolescentes o jóvenes, no hay prisa para que descubran cuál es su mayor fortaleza o habilidad, al contrario, todo tiene un tiempo.
3 Las emociones hay que expresarlas
Tal vez por el ajetreo de la vida algunos padres no identifican rápidamente las emociones de sus propios hijos; puede ser por el poco tiempo que tienen para dedicarles. Una abuela tiene la experiencia para intuir e identificar las emociones de sus nietos de manera sencilla y rápida.
Ella sabe cuándo están felices, tristes o algo les preocupa y no solo por ver sus rostros, sino que logra ver más allá de toda situación; pues ella pueden intervenir en ese dolor o alegría, acompañándolos y escuchándolos. Las abuelas suelen tener el rol de ser el pilar emocional familiar.
4 El éxito de toda relación es el saber escuchar
Los padres siempre escuchan a su hijos, pero como ellos son la base fundamental de la crianza, los niños algunas veces no tienen la confianza de expresarse como son por miedo a ser castigados o reprendidos.
Una abuela sabe que lo más importante es saber escuchar a sus nietos, de esa manera podrá apoyarlos, guiarlos, ayudarlos y aconsejarlos, convirtiéndose en una amiga y cómplice. Incluso puede retroalimentar esas conversaciones con su cúmulo de experiencias, logrando que sus nietos logren comprender cada situación.
5 Los lazos familiares son fundamentales
Ser abuela no solo se trata de tener una buena relación con los nietos, sino que engloba toda una relación con la familia. Una abuela sabe que es fundamental mantener unida a la familia por el bien de todos. Siempre será la abuela que comprende que los nietos serán felices cuando aprendan que la unión familiar es lo más importante; puesto que ella ama sin condiciones, ayuda y apoya sin esperar recibir nada a cambio.
6 La tecnología no es tan mala después de todo
Tal vez muchos adultos mayores están en contra de la tecnología como una herramienta para educar y criar, ya que tienen arraigados sus ideales y creencias. Sin embargo, no se puede dar marcha atrás, y es sabido que el mundo ha cambiado radicalmente con el uso de la tecnología.
Es por ello que la mayoría de las abuelas hoy por hoy comprenden que utilizar estas herramientas para enseñar y educar a los nietos no es tan malo como creían; incluso se dan cuenta que es más sencilla la crianza en comparación a los tiempos donde ellas educaban a sus hijos.
Las abuelas son el regalo más hermoso que Dios nos da; ellas son compañeras de vida, que van enseñándonos con sus experiencias. ¡Enseñemos a nuestros hijos a valorarlas y cuidemos de ellas; ¡algún día tú serás también una abuela dulce y tierna!