Abuela rompe en llanto al enterarse las razones por la que su nieta de 5 años, decide romper su alcancía y usar sus ahorros
Wow, imposible no emocionarse.
Viviana Domínguez
Hace dos semanas Jackie Oelfke, una abuela de Ishpeming, Michigan, observaba a su nieta Sunshine de 5 años, ordenar y contar las monedas que había vaciado de su alcancía.
Al principio la abuela pensó que la nietita simplemente estaba haciendo un recuento de sus ahorros, pero repentinamente le llamó la atención que la niña colocó los billetes y monedas de más valor en una bolsita para luego colocarla en el bolsillo de su mochila.
Para entonces, Jackie, estaba lista para averiguar lo que estaba pasando, por lo que le preguntó a Sunshine, a dónde llevaba el dinero. “A la escuela”, contestó su nieta, y aclaró “es para comprar leche. Mi amiga Layla no toma leche, su mamá no tiene el dinero”.
Unidas en una causa común
Por supuesto que este gesto de generosidad de Sunshine provocó que a la abuela se le rompiera el corazón de emoción, y gratitud, ya que de acuerdo a lo publicado en Cetu News, y lo expresado por Jackie, Sunshine, no se ha criado en un hogar normal, su madre es adicta a las drogras, y ha entrado y salido de la prisión durante estos últimos años, por lo que de seguro “Sunshine tiene suficiente con esto en su vida”, agrega la orgullosa abuela.
La abuela se unió a la causa
La abuela decidió unirse a la causa común, y con ese fin decidió visitar a la maestra Rita Hausher, con la que tuvieron juntas las tres, una reunión, y entregaron 30 dólares que todo el salón de clase había juntado. La docente que trabaja en la escuela Primaria Birchview, le comentó que hay 20 niños en la clase y casi la mitad de los ellos no reciben su cajita de leche porque sus padres no pueden pagar, el costo de cada cajita es de 0,45 centavos por lo que hace un total de 180 dólares al mes por niño, para que reciba su cajita de leche durante la merienda.
“¿Adivina quién tiene leche hoy, abuela?”
Ese mismo día, después de dejar a Sunshine en la escuela, Jackie decidió subir a facebook un conmovedor video, contando la iniciativa de su nieta, y 1500 personas lo vieron y se ofrecieron en ayudar. Por lo que Jackie decidió abrir una cuenta de “GoFundMe” con el fin de recaudar al menos 700 dólares, y así cubrir el costo de la leche de los niños al menos por un semestre.
Para sorpresa de la abuela, en una semana había recaudado ya 1.000 dólares, más que suficiente para cubrir el resto del año.
El jueves pasado, Sunshine llegó contenta de la escuela, y le dijo a su abuela, ” toda mi clase recibió leche hoy y Layla tiene dinero para la leche”. Sunshine nunca pensó en el impacto de su simple, pero generosa acción, afectaría las vidas de otras personas.
Los niños y la generosidad
La generosidad entra dentro de la lista de valores, que como padres transmitimos y formamos en nuestros hijos.
Los transmitimos, porque ellos aprenderán a ser generosos a través de nuestro ejemplo, y los formamos, pues durante las diferentes etapas de la vida, habrá momentos en los cuales necesitarán de nuestra guía como padres.
Considerado como un sentimiento no natural en el niño, la generosidad, requiere de un aprendizaje, por ejemplo cuando los hijos son muy pequeños, para ellos todo es suyo, y les cuesta compartir.
Por definición, ser generoso significa “compartir voluntariamente lo que es de uno con alguien más”, por lo que enseñar a los niños “el valor de lo que ellos tienen, y los demás, para así aprender a dar y llegar a la adultez siendo ciudadanos generosos y comprometidos” es el objetivo, y en esta definición no incluye únicamente el compartir de los bienes materiales, sino del tiempo, conocimiento y experiencias.
El proceso gradual de aprendizaje de la generosidad, pasará por distintas etapas:
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Sólo mío: cuando el niño ingresa a los dos años y toma más conciencia del objeto y de pertenencia, es cuando comienza a diferenciar lo que “es mío” y del “otro”, etapa crucial e importante para comenzar a enseñar el compartir con otros sus pertenencias, aunque sea normal su respuesta “solo mío”.
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Juntos somos más: alrededor de los 5 años, el niño podrá entender que si todos comparten, todos se benefician, el ejemplo claro en la niña del artículo. A partir de aquí entenderán la ventaja que tiene el “juntar” o “cooperar”.
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Sentido de necesidad: que el niño entienda que va a compartir algo con alguien porque el otro lo “necesita” es el inicio del sentimiento real de generosidad, que ya está asomandose alrededor de los 6-7 años. A esta edad, el bienestar que sentirá al ver al otro feliz será la mejor recompensa.
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Lo que es justo: Al llegar a la adolescencia es cuando se llega a un entendimiento cabal de la mala distribución de los bienes en el mundo,y es donde comienza a ponerse a prueba su generosidad.
Conclusión
Ya una vez en la edad adulta, la vida misma es la mejor maestra y continúa enseñándonos, poniendo a prueba los valores tal y como fueron enseñados por nuestros padres en el hogar. Si crees que aun te cuesta dar, nunca es tarde para aprender, todos en algún momento de la vida necesitaremos de la ayuda de alguién, por eso a “la generosidad, pásala”.