Aerolínea no deja que niña de 2 años suba al avión a pesar de la desesperación de su padre; mujer dice 4 palabras y todo cambia
La desesperación de su padre no fue suficiente… una historia con un giro inesperado.
Mariel Reimann
Este padre se encontraba a punto de abordar el avión con su hija de 2 años, pero al llegar al la puerta de abordaje, le comunican que no puede hacerlo por que su hija tiene 2 años.
Según lo reportado por Aweita la aerolínea se negaba a que la niña suba por haber cumplido 2 años recientemente y no tener un boleto.
La regla
Los niños menores de 2 años pueden viajar en la falda de sus padres sin pagar boleto.
El gran problema y falta de empatía por parte de la aerolínea surgió al no poder entender que la niña recién había cumplido 2 años y que cuando su padre había comprado el boleto ella tenía 1 año. Si bien, las reglas son las reglas, pero este hombre no tenía más dinero y no podía dejar a su hija sola e irse o ponerla sola en el avión y él quedarse.
Sus súplicas no ayudaban en nada, y la diferencia sólo la marcaban unas horas en la fecha de nacimiento de su hijita.
De pronto algo cambia la historia
Un hombre que estaba observando la situación capturó el momento en el que un ‘ángel’ con forma de mujer se acerca al agente de vuelos, escucha la situación y le pregunta al padre qué era lo que estaba sucediendo, él se lo explica, ella mira al agente de vuelos y le dice 4 palabras mágicas:
“Quiero comprar su boleto”
El agente le preguntó si sabía lo que le costaría, y ella dijo que sí, que más de 700, y ella compró el pasaje por 749.
La emoción invadió el lugar, mientras el hombre abrazaba a la mujer y a su pequeña.
La historia se hizo viral.
Gracias al cielo, hay ángeles en todo lados, pero lo más importante es que todos podemos ser el ángel de alguien
No hace falta tener 749 dólares o pesos extras para pagarle el pasaje a alguien. Una sonrisa a alguien triste, un trozo de mango a alguien que regresó a trabajar después de perder a su bebé, una tarjeta deseándote que te mejores, una broma para sacar a alguien del dolor; todo cuenta cuando nos ponemos las alas de ángeles y le hacemos el día más fácil a alguien.