Amar al adicto, adicción aparte

Una adicción realmente puede herir una relación, pero cuando podemos separar la adicción de nuestra pareja, podemos ver que realmente la persona que queremos sigue ahí, y nos podemos unir en contra de la adicción juntos.

Denhi Chaney

Cuando nuestra pareja tiene una adicción, ya sea alcohol, tabaco, drogas, pornografía, apostar, comprar, o cualquier otra, es difícil ver a la persona que amamos por quienes realmente son. Un día despertamos y nos preguntamos ¿en dónde quedó la persona que conocí? Esta nueva realidad es dolorosa y nos hace cuestionar nuestro futuro como pareja así como nuestra habilidad para superar la situación. Aunque suene distante, la persona que conociste está ahí, y es importante hacer la diferencia entre la persona que realmente es y su adicción.

Esta diferencia es importante por dos razones:

1) para superar la adicción el (o ella) necesita saber que hay alguien que lo reconoce por la persona que realmente es y

2) porque la mayoría de los adictos realmente quieren superar la adicción y hay una parte de ellos que la odian.

A veces hacer la distinción es difícil, pero ¿has conocido a alguien que es una buena persona pero que ha cometido un error bastante grande? La mayoría de nosotros conoce a alguien, y a ese alguien se le ha dado misericordia pero cuando pensamos en nuestra pareja sí llegamos a pensar que en el fondo es una mala persona. Pero si buscamos en el fondo de nuestro corazón hay una verdad: nuestra pareja es una buena persona.

Cuando aceptamos esta realidad estamos listos para hacer la diferencia de amar al adicto, adicción aparte. Podemos ver la adicción como el real enemigo de la relación y no a nuestra pareja, de esta forma son los dos en contra de la adicción. Para llegar a este punto hay que poner en práctica estos tres puntos:

1) Recordar el principio de la relación

El principio de la relación siempre nos da una idea clara de cómo la relación realmente es y lo más importante la realidad de la persona a la que amamos. Podemos ver que la parte que queremos sigue ahí.

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2) Disfrutar los momentos positivos

Hay momentos en donde la adicción no es la plaga que invade el hogar, es en estos momentos cuando debemos de dejar de pensar en ella y disfrutar de la relación tal y como es, sin la adicción en medio.

3) Reconocer la miseria de un adicto

El tener una adicción es perder una parte de nuestra libertad para decidir, y dudar de nosotros mismos a cada minuto. Cuando reconocemos que nuestra pareja no disfruta su adicción sino todo lo contrario, que se encuentra en un dolor intenso podemos ver la persona a la que queremos.

Es importante reconocer que hacer estas cosas una vez no es suficiente, hay que hacerlas una y otra vez hasta que podamos reconocer el amor más que el dolor que provoca una adicción. Cuando podemos llegar a tener misericordia por nuestro adicto es cuando podemos separar la adicción de la persona, de esta forma podemos amar al adicto y un día ya sin adicciones, verle no como a un adicto, sino como a nuestra querida pareja.

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Denhi Chaney

Denhi Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia de Matrimonio y Familiar. Denhi también es esposa y madre de un niño. Puedes contactarla en .