Anciano finge un fuerte dolor de cabeza pero luego las enfermeras descubren el verdadero motivo
El posteo sobre este anciano se hizo viral y te conmoverá hasta las lágrimas
Fernanda Gonzalez Casafús
En un mundo que va tan de prisa, detenerse un instante a reflexionar sobre ciertas cosas no sólo nos hace bien sino que ennoblece a la humanidad. Como lo que hicieron estas enfermeras argentinas cuando recibieron a un anciano que decía tener un fuerte dolor de cabeza.
Era un día como cualquier otro en el Hospital Español de Bahía Blanca, Argentina, de acuerdo a Huffington Post. Los pacientes pasaban uno a uno para ser atendidos en la Guardia. Cuando le tocó el turno a Oscar, de 84 años, la enfermera de turno, llamada Gisele le hizo las preguntas de rutina. El abuelo había ido por un fuerte dolor de cabeza, y mencionó que también le dolían las manos y tobillos.
Gisele comenzó a hacer los chequeos de rutina, y como ya era muy tarde, y para asegurarse que todo estuviera bajo control, el personal médico de la Institución decidió que Oscar pasara la noche allí, así lo tendrían más controlado.
Pero le dolía algo más que la cabeza
Mientras Gisele tomaba su pulso, Oscar aprovechó para contarle que ya se sentía mejor y que su dolor de cabeza había desaparecido. Entonces, el anciano comenzó a contarle a la enfermera que ese día era su cumpleaños, y que en verdad no tenía absolutamente a nadie con quien pasarlo. Era viudo desde hacía cuatro años, tampoco tenía hijos y no contaba con ningún familiar directo, ya que todos sus hermanos habían muerto. Sus sobrinos vivían en la ciudad de La Plata, por lo que el abuelo se encontraba completamente solo en la ciudad.
Entonces Gisele se sintió completamente devastada y se dio cuenta de la verdadera razón por la que Oscar estaba allí. A Oscar le dolía el corazón, pero le dolía por la gran soledad que sentía. Como muchos ancianos quienes no tienen con quien pasar sus últimos años, a Oscar se le estrujó el alma cuando despertó aquella mañana y nadie le dio un beso de Feliz Cumpleaños. El cuerpo rápidamente le pasó “factura” y sobrevino ese dolor de cabeza sintomático -o tal vez ficticio- que evidenciaba la gran carencia de afecto.
Un equipo humano
En su página de Facebook Gisele compartió esta historia, que se hizo viral en cuestión de horas. Junto a una foto del abuelo con el equipo de enfermería del Hospital, Gisele escribió:“Anoche este hombre fue a la guardia por una “cefalea” y lo pongo entre comillas porque ¿saben cuál era su verdadera dolencia? Hoy cumple 84 años y no quería estar solo. Sí, así como lo leen. Seguro se te cerró el pecho igual que a mi y a mis compañeros”.
Este gran equipo humano tuvo un gesto conmovedor. Gisele y sus compañeras de turno le compraron una torta de cumpleaños y colocaron una vela para que Oscar pidiera sus tres deseos que, de acuerdo a la enfermera, uno de ellos fue que el próximo año le suceda lo mismo. Además, improvisaron unos originales globos con guantes de látex. La sonrisa de Oscar quedará grabada por siempre en la mente de estas enfermeras y de todo el personal del Hospital. Y este gran gesto de amor quedará por siempre marcado a fuego en el corazón y en el alma de Oscar.
Valorar lo que tenemos
Las palabras de Gisele fueron conmovedoras y seguramente tocaron muchos corazones, ya que nos invitan a reflexionar:“La cara de este hombre y sus ojos llenos de lágrimas de tanta emoción por algo tan simple como ésto no me lo olvido nunca más. Valoremos lo que tenemos y no lo que nos falta. Si tienes alguien que te espera, alguien que te llama, que se preocupa por tí, te valora y te ama, ámalo mucho y sobretodo cuídalo porque eres millonario y no te estás dando cuenta”, finalizó la enfermera en su posteo en Facebook.
La publicación fue compartida más de 100 mil veces, y tuvo casi 27 mil comentarios y más de 198 mil reacciones. Es una clara evidencia de cómo nos mueve la fibra más interna de nuestro ser, casi seguramente porque en el fondo todos tenemos a un anciano en la familia a quien amar y cuidar, y además, porque en muchos casos nos hace reflexionar acerca de nuestro accionar con nuestros abuelos.
La soledad afecta a la salud
Para los ancianos de la sociedad actual, la soledad es un mal mayor que puede derivar en serias complicaciones de salud, tanto físicas como sicológicas. Cuando somos jóvenes no pensamos demasiado en ello, pero acorde nos vamos haciendo mayores, comienza a rondarnos la idea en la cabeza de que podemos eventualmente quedarnos solos y nos entra la duda de que si nuestros familiares seguirán en contacto o visitándonos como antes.
Somos seres sociales, y si bien la soledad es un ámbito en el que muchas personas se sienten cómodas, llega un momento en el que necesitamos de la compañía de otro ser humano. Los ancianos suelen enfrentar la soledad en los últimos años de su vida, puesto que la gente joven de su entorno no siempre tiene tiempo para visitarlos, o sentarse a conversar. Así, la soledad se va convirtiendo poco a poco en un grave problema que lleva a la infelicidad de las personas mayores y que, eventualmente puede derivar en enfermedades como la depresión.
De acuerdo al sitio Mejor con salud, se estima que un gran porcentaje de ancianos tiene un problema de salud grave asociado a la soledad, ya sea en el plano físico como en el plano emocional. La soledad puede afectar al sistema inmunológico, debilitándolo y haciendo que comiencen a aparecer enfermedades.
De acuerdo a laAsociación Americana de Psicología, la depresión en la tercera edad puede darse cuando una persona mayor siente que pierde el control de su vida debido por ejemplo a problemas con la visión o la movilidad propia, problemas financieros, etc. La carga emocional que ello supone puede derivar en emociones como la tristeza, la ansiedad y la soledad, que pueden conducir a su vez al aislamiento social. El apoyo de la familia en este ámbito es fundamental para que la depresión no encuentre lugar donde prosperar.
Sentirse útiles y apreciados
Todos queremos sentirnos útiles y apreciados por nuestros seres queridos. Cuando llegamos a la vejez y sentimos que ya nadie tiene tiempo para nosotros, la autoestima comienza a bajar. Que los ancianos se mantengan activos es una buena herramienta para no perder la vitalidad, las ganas de vivir y sobre todo, la socialización con los demás.
La familia debe apoyar a los ancianos a que se mantengan activos realizando algún tipo de actividad acorde a su edad y complexión física. El amor y el cariño de la familia no tiene comparación con ninguna actividad que el adulto mayor pueda realizar. Es por ello que visitar, acompañar y escuchar a nuestros abuelos nos sumirá en un intercambio precioso, donde ambas partes saldrán beneficiadas: el abuelo recibirá tu comprensión, escucha y apoyo y tú recibirás la grata satisfacción de escuchar a alguien que tiene el peso de la experiencia y que siempre podrá contarte fascinantes historias sobre su vida.
Aún recuerdo las tardes en las que iba a sentarme con mi abuela María al patio de su casa a tomar mate, la tradicional bebida de hierbas que se toma en argentina. Nuestras charlas eran únicas, y siempre me motivaban y me llevaban a lugares inhóspitos de mi imaginación. No estuve allí cuando dio su último aliento de vida, pero puedo sentirme contenta y en paz, que nunca la descuidamos y siempre se sintió amada y comprendida por su familia.
Cuida a tus abuelos, y a los viejitos de tu familia. Merecen todo tu respeto. Y nunca olvides que tú alguna vez serás uno de ellos.