Apuesta por un amor para toda la vida, o resígnate a amores rotativos
No se puede llevar el consumismo al amor y, aunque esté de moda probar de todo, eso déjalo para los restaurantes chinos.
Marta Martínez Aguirre
Muchas parejas me escriben haciendo esta pregunta, ¿se puede apostar a un amor para toda la vida? Es posible evitar el escepticismo, si se ponen las cartas sobre la mesa. Esto es esencial si las relaciones que has tenido hasta ahora se han basado en “vivir el momento”. Con ellas nunca llegarás a tener nada estable, por más ganas que le pongas, por más que en la cultura actual esta postura tenga muchos simpatizantes. El gobierno del “amor para siempre” está perdido de antemano.
Vivir intensamente el presente es realmente atractivo, pero no genera compromiso, no es nada seguro y un proyecto de futuro es inimaginable.
Es un tipo de pareja a la que yo le llamo de “góndola”, hoy vas y sientes atracción por esa oferta, pero a la semana, existe una nueva propuesta y, si te agrada y ajusta a tus necesidades, cambias de rumbo y de embarcación. Eso funciona con el jabón en polvo, pero no con el amor genuino.
Vivimos más que nunca en la era de las incertidumbres amorosas. Casi todo joven se pregunta: “¿Valdrá la pena aventurarse a un matrimonio?” Y la pregunta se vuelve todavía más incierta si los abuelos se divorciaron, el vecino de la otra cuadra pasó por lo mismo y en el kiosco de la esquina las revistas se encargan de aumentar las apuestas.
El tema de “probar con alguien” tiene un costo altísimo, porque en ello se te va la vida y, al hacerlo, hipotecas tus sueños con amores rotativos como los hoteles que visitas. No se puede llevar el consumismo al amor, y aunque esté de moda probar de todo, eso déjalo para los restaurantes chinos.
Veamos en que ideología del momento encajas tú:
1. “Te dejo antes que me dejes”
Es el lema de los que han resultado heridos en vínculos anteriores y ahora temen pasar por lo mismo. Todo vínculo duradero te despierta la sospecha de una dependencia paralizante y, apenas la relación tiene visos de formalizarse, entras en pánico.
Solución: No mires el amor bajo la lupa de la lógica del costo-beneficio. Busca sanar esas viejas heridas y reconoce que necesitas que te amen en serio.
2. “La vida es corta”
Entonces eres de los depredadores del sexo, te da lo mismo una pareja monógama, que un intercambio swinger, y crees que vivir todas tus fantasías sexuales tiene que ver con el amor.
Solución: Asume que tienes miedo al compromiso, que confundes tu vida en esta tierra con un safari por África. El amor y la pasión son cosas diferentes, que tienen metas, senderos y destinos diferentes. De hecho este concepto de “la vida es corta”, en ningún momento considera un destino o una felicidad a largo plazo.
3. “Yo no abdico”
Este tipo de personas son las que no quieren renunciar a nada, ni al dinero de los padres que todavía se hacen cargo de su vida, ni a la soltería que les desvela, pero no les descoloca.
Solución: Date cuenta que tienes edad suficiente para darle un sentido a tu vida. La postura del lobo solitario, solo te dejará a solas con tus miedos. Derriba ciertos mitos: ni tu soltería te hace más seductor, ni es parte de tu éxito laboral, ni tienes todo el tiempo del mundo para estar con tus amigos, porque ellos están con sus parejas y disfrutando de sus hijos.
El ideal de la pareja tradicional está en tu esencia, no creas que podrás ignorarlo ensayando este tipo de amores efímeros. Las relaciones son parte de ti mismo y han definido quién eres. Piensa en la mesa llena donde creciste, las fiestas, el ruido y la felicidad mezclada con el aroma a lazos afectivos.
Se puede encontrar el amor cuando se es capaz de vencer los miedos, cuando dejas de ser un extraño y llegas a conocer a la otra persona, y juntas son capaces de intentar lo imposible. Pero para todo ello, es necesario, dejar las ofertas de las góndolas y empezar a permanecer, para generar una historia llena de significados y de presencias, que ni la muerte borrará en el olvido. Te invito a leer estos artículos que te darán otros aportes:
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Marta Martínez Aguirre
Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto:
