Arriésgate a vivir con intensidad y logra tus sueños, nadie lo hará por ti
No temas vivir cada día como si fuera el último. Al final de cuentas, nadie más que tú tiene la fortaleza para lograr tus metas, y nadie lo hará por ti.
Erika Patricia Otero
Vivir es un reto constante. No creo que haya una sola persona en el mundo -por muy bendecido que sea- que pueda decir que su vida fue y es fácil.
Para ser honesta, no son pocas las veces que me despierto sin deseos de levantarme de la cama. Cuando eso sucede, lo que hago es quedarme en cama un rato más y trato de no pensar en nada. De a poco, abro los ojos y me estiro tanto como puedo; siento cómo mis perros se van acercando a saludarme, y entonces siento el impulso de levantarme. Cuando al fin me incorporo, me siento un rato al borde de la cama y sonrío; sí, sé que suena raro, pero la sonrisa va dirigida a mi persona como un cargador de energía positiva que me llene de fuerzas para empezar. Luego de eso comienzo mi rutina diaria, que es precisamente eso: una rutina.
El cambio que hago cada día es buscar algo que me motive a seguir adelante. Puede ir de la mano del descubrimiento de nuevos intereses, un libro nuevo por leer, o información nueva que me de conocimientos que no tengo. Sé que mi vida no está llena de acción y que para alguien más joven es “aburrida”, y sí, debo admitir que a veces me resulta muy tediosa, pero nadie puede juzgarme sin haber caminado en mis zapatos.
Cada persona vive según le toque o guste. Yo lo hago a mi manera, sin prisa, porque me gusta caminar lento, observar y aprender. En cambio, hay otras personas que adoran vivir con la adrenalina al mil, eso para nada es malo. Adoran tomar riesgos y vivir de manera apasionada; de verdad que admiro a quien elige vivir de esa manera.
Salir a cumplir tus sueños puede dar miedo
Se conoce como zona de confort ese espacio tiempo en el que nos sentimos seguros y cómodos. Cualquier cosa que signifique hacer algo diferente y arriesgarse de alguna manera puede poner a la persona en un estado de angustia.
Para ponerte un ejemplo mío de la vida real: mi mejor amiga adora tener amigos y odia estar sola. Esta es quizás la mayor razón por la cual ella asume riesgos que de verdad yo no soy capaz de asumir. Hace unos meses se abrió un perfil en una página para conocer personas y ¡sale con personas que no conoce!
Cuando ella me lo contó, yo flipé de los nervios. Mi primer comentario para ella fue : “¿no te da miedo?”, su respuesta me hizo estremecer, “¿qué puedo perder?”. Sí, mientras ella piensa en hacer amigos, yo pienso en las veces que puede un desconocido ponerte algo en la bebida y dejarte tirada en un parque. Sé que suena trágico pero… ¡qué le voy a hacer!
Si me preguntas si ella logra hacer amigos en esa aplicación te diré que sí, y además logró sacarse de la cabeza muchas cosas negativas que ella sentía la hacían muy infeliz. Yo estoy muy feliz por ella y me encanta escucharla contar todas sus anécdotas.
Lo interesante de esa historia es que mi amiga salió de su zona de confort; además, se dio cuenta al asumir ese riesgo que era una persona sociable y atractiva, lo que la hizo más segura de ella misma.
Seguir los sueños refiere abandonar la zona de confort y arriesgarse a lo desconocido. Pueden o no salir las cosas como deseas, lo cierto es que no lo sabrás si no te arriesgas.
Cuando cambias tú, cambias al mundo
Quien dijo que “loro viejo no aprende a hablar” no sabía lo que estaba diciendo. Todas las personas podemos aprender y cambiar para bien o para mal. Sea lo que sea que desees aprender, lo puedes hacer a cualquier edad. Quizás cuando se es más joven es mucho más simple aprender, por ejemplo, a manejar una moto o un nuevo idioma. Lo real es que si queremos podemos hacer lo que sea que soñemos.
Lo interesante de todo es que en el mismo momento en el que decides aprender algo, son muchas las oportunidades que vas a encontrar a tu alrededor.
En mi caso, cuando decidí que escribir era lo que quería hacer, una oportunidad llegó como caída del cielo. No es que a lo largo de mi vida no supiera qué era lo que quería hacer, es que tenía mucho miedo debido a todo lo que me habían dicho al respecto; sin embargo, cuando elegí seguir mi propia intuición, las cosas se fueron dando por sí solas.
Aprendí de manera experimental lo que debía hacer, otras cosas más las aprendí leyendo y otras más a punta de equivocaciones, pero es que no hay otra forma de aprender y descubrir lo que deseas alcanzar. Lo maravilloso de todo, es que cuando al final decides seguir tus sueños y vivir de manera intensa, lo que sea que venga en el camino es ganancia.
Rodéate de personas positivas, ellas serán luz en la oscuridad
No sé por qué sucede, pero siempre que una persona desea hacer sus sueños reales y perdió el miedo a arriesgarse siempre hay quien le dice que eso no es posible.
La mejor manera de acallar esas voces de miedo o envidia es alejándote de ellos. Ese tipo de personas, -desde mi experiencia- o tienen mucho miedo y no quieren que te pongas en riesgo, o están al otro lado del camino deseando que no seas capaz de seguir tus sueños.
En su lugar, lo que puedes hacer es rodearte todo lo que puedas de gente que te impulse con buen ánimo, que crea en ti y te impulse a moverte para adelante en lugar de estancarte con su miedo y pesimismo.
Vas a notar en el mismo momento que comiencen a apoyarte que tienes toda la fuerza para asumir el riesgo y luego no va a haber nadie que te pare en tu camino para alcanzar tus propósitos.
Ahora bien, si a tu alrededor solo encuentras pesimismo, asume el riesgo; como dijo mi amiga “¿qué tienes para perder? Si las cosas no se dan al primer intento, vuelve a intentarlo, prepárate más y sigue intentándolo. Quienes están en la cima no lo lograron al primer intento. Solo el esfuerzo es el que distingue a alguien que logra sus metas de una persona que no.
Por último pero no menos importante, ten presente que viniste a este mundo a ser feliz; esfuérzate y lucha, vive con intensidad y lo demás deja que se de solo. Recuerda: tú da el máximo, y Dios hará el resto.