Atenta para que la presbicia no llegue a tu vida. 6 medidas para verla pasar de largo
Dolores de cabeza, vista cansada, problemas para concentrase y pérdida gradual de la vista son características que debes vigilar.
Emma E. Sánchez
Un día, de la nada, sentí un fuerte dolor en mi ojo derecho, un dolor fuerte que así como vino se fue. Así comenzó todo. Luego sobrevinieron molestias en general, como si tuviera una infección en los ojos, pero no lucían rojos y sólo el malestar persistía por breves momentos; hasta que un día, finalmente, me decidí a acudir con el oftalmólogo.
Durante la revisión, el facultativo solamente atinó a decirme que mi ojo estaba “deshidratado” y me recetó que me aplicara unas gotas, pero el dolor regresó. En el lapso de un mes me di cuenta de que estaba perdiendo la vista. Visité a otro médico y tras un examen más cuidadoso, el diagnóstico fue el siguiente: la presbicia había llegado a mi vida.
Sinceramente, me preocupé mucho. Saber que mi vista desaparecía me espantó, pero el médico se tomó el tiempo para explicarme qué estaba pasando.
¿Qué es la presbicia?
Se trata de una afección ocular donde el cristalino pierde su capacidad para enfocar y, por lo tanto, se pierde la capacidad de ver los objetos cercanos. Aparece y avanza conforme los años pasan.
Seguramente has visto a personas que alejan de su vista los objetos para poder verlos y en broma dicen “que no están mal de la vista, que lo que les falta es un brazo más largo”.
¿Por qué sucede?
En realidad, no hay una causa particular, excepto envejecer. Alimentarse de forma sana, hacer ejercicio y cuidar la presión siempre serán medidas que ayuden a conservar y prolongar la salud definitivamente, pero si la presbicia inicia, tarde o temprano el cristalino perderá su flexibilidad.
¿Qué podemos hacer?
1. No te preocupes
No vas a perder la vista, no quedarás ciega ni algo así, solamente tendrás dificultades para ver de cerca; fuera de esto tu vida es y será tan normal como ha sido siempre.
2. Acepta que es un proceso natural
Para alguna gente lo más duro de aceptar es el hecho de saber que está envejeciendo. Pero empeñarse en esa idea solamente postergará tu molestia y no traerá nada bueno, ni se corregirá el problema, nada más lo empeorará.
Aceptar de buena gana los cambios de nuestro cuerpo y las cosas que no podemos cambiar va a mejorar notoriamente tu actitud, y continuar será mucho más fácil.
3. Ejercita tu vista
Tómate unos minutos para cerrar tus ojosy descansarlos, especialmente si has estado trabajando con la computadora; luego, trata de mirar la punta de tu nariz, un ojo a la vez, por algunos segundos.
Los ojos también descansan mucho si los cierras y les salpicas un poco de agua fresca, esto les ayudará a bajar la presión y el calor.
4. Visita al oculista
Si tienes molestas, dolores, ardor o constantemente tus ojos están rojos, visita al oculista sin falta hasta que tus dudas y tus malestares desaparezcan o tengan alguna explicación.
5. Los lentes oscuros
Si vas a estar en la calle por periodos largos de tiempo, ponte gafas oscuras y evita exponer tu visión a los reflejos radiantes, usa un sombrero y haz lo que esté en tus manos para proteger tu visión.
6. Escoger tus lentes
Tu oculista te indicará qué tan conveniente es para ti usar lentes de contacto, una cirugía o unos lentes comunes. Al principio, puede ser incómodo o extraño, olvidarás tus lentes por aquí y por allá, pero pronto te acostumbrarás y te vas a sentir muy bien: los dolores de cabeza desaparecerán, el cansancio y, sobre todo, vas a adquirir una nueva imagen con tus lentes nuevos.
Si los usas y pones en práctica estos cuidados, retardarás la degeneración del cristalino y disfrutarás de una buena visión por muchos, muchos años más.