¿Cansancio emocional? De esta manera te afecta y así puedes combatirlo

Todas las responsabilidades son importantes en la vida de una persona, pero tú debes ser tu prioridad.

Erika Patricia Otero

Es posible estar cansado emocionalmente. Todos hemos experimentado esa sensación de “ya no poder más con la vida”. El asunto es que no podemos renunciar a nuestras responsabilidades diarias por mucho que queramos “tirar la toalla”.

Por si fuera poco, a veces es tal el agotamiento que la confusión nos invade y no sabemos qué hacer. En momentos así lo que hago yo es parar; necesito un momento para ubicarme y saber qué es lo que debo hacer, qué camino seguir.

Es claro que los días no se van a alargar y que no importa cuánta presión ejerzas sobre ti; si hay cansancio emocional no habrán horas de más que valgan. La solución está en saber lidiar con el cansancio emocional, no en aumentar tus horas de trabajo.

Creo que las personas que mejor pueden sentirse identificadas con este concepto son las amas de casa. Sabemos que las labores del hogar nunca se acaban por mucho que parezca lo contrario. En casa siempre hay algo que hacer: llevar a los niños a la escuela, coser la ropa, cambiar una bombilla; parece que todo se le descarga a las amas de casa. Lo digo por mi madre que sabe hasta cambiar un plafón.

Los estudiantes universitarios también saben bien lo que es estar saturado y no hallar tiempo ni para comer. La vida siempre ha sido así y no va a cambiar por mucho que así deseemos; es más, entre más pasa el tiempo, más parece que las obligaciones aumentan.

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El cansancio emocional es inevitable. Si a este se une el estrés y alguna que otra enfermedad emocional tipo ansiedad; el caos a vivir es enorme.

Pero, ¿qué es el cansancio emocional?

¿Has sentido en algún momento que aunque no te sientas cansado físicamente, igual no das más? Es igual a no poder dormir porque te agobian tantas preocupaciones. Sientes que no encuentras solución a pequeños dilemas que cuando estás despejado son fáciles de resolver.

Es importante que sepas diferenciar entre el cansancio físico del mental, y la verdad es que no es complicado.

El cansancio físico es cuando tu cuerpo ya no da más porque tus fuerzas se han agotado; por el contrario, el cansancio emocional tiene estas características:

Falta de atención y pérdidas de memoria

Como mencionaba antes, es tal la carga mental que no logramos concentrarnos para realizar las tareas más básicas. Además, somos incapaces de prestar atención y nos confundimos en las cosas más simples. Recordar lo más simple resulta complicado y esto nos restar productividad.

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Hipersensibilidad

Creo que todos hemos pasado por momentos donde estamos más sensibles; tanto que la mínima critica sin mala intención nos hace estallar. Se llega a un punto donde o se llora con facilidad o se siente una ira constante. Es “normal” que cuando tenemos hipersensibilidad emocional estemos constantemente sintiéndonos al borde de estallar en un mar de emociones incontrolables.

Baja motivación

¿Quién se puede sentir motivado si no puede concentrarse y está al borde de un ataque de nervios? Nadie.

Cuando estamos con cansancio emocional nos invaden pensamientos de negatividad y nos sentimos incapaces de seguir adelante. Además, hay falta de interés por las cosas que antes nos gustaban.

Cansancio físico

“La mente gobierna el cuerpo”; dicho de otra manera, si tu mente está cansada, tu cuerpo va a estar agotado. El cansancio emocional extremo lleva a tener fatiga crónica.

El cansancio llega a tal punto, que el afectado puede dormir 10 horas y seguir sintiéndose cansado y somnoliento.

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Cómo combatir el cansancio emocional

Hay varias maneras en las que puedes deshacerte del cansancio emocional y las comparto a continuación:

Relájate

Personalmente lo recomiendo. Nada libera más que relajarse porque le permite a tu mente deshacerse de la carga que la bloquea. Lo que hace la relajación es otorgarte paz a través de la liberación mental.

La relajación además te ayuda a lidiar con el estrés y conseguir calma. Lo mejor es que cualquier lugar donde haya paz y media hora bastan para lograr el objetivo: hallar paz.

Evita la sobreestimulación

Vivimos sobre-estimulados por la cantidad de tecnología y distractores que hay en todas partes. Es tanto que es imposible no saber cada segundo lo que pasa a nuestro alrededor y esto es agotador.

Toda esa cantidad de información hace que sea casi imposible concentrarnos y tener paz y calma.

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Si deseas conseguir tranquilidad, trata de que tu lugar de trabajo o tu casa sean tranquilos y que haya un ambiente armónico. Colores neutros, música suave y poco tiempo al celular o con el televisor encendido y mucho ruido van a desgastar. Un aparato al tiempo bombardeando información es suficiente para estar en contacto con lo que necesites en su momento.

Sé realista

Algo que genera mucha angustia y ansiedad es tener metas de acción demasiado altas. Nada desgasta más que cargarnos de demasiadas responsabilidades, y esto daña tremendamente nuestra productividad.

Debemos aprender a manejar nuestros tiempos y saber hasta donde pueden llegar nuestras fuerzas físicas y mentales. Pon las cosas en perspectiva y dale a cada tarea su lugar merecido, pero siempre ten en cuenta tu paz mental.

Para finalizar solo me queda recomendarte que pongas en primer lugar tui estabilidad mental y la salud de tu organismo. Nada ganas con ser alguien exitoso a costa de tu propia paz y felicidad.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.