Cariño, si no quieres que colapse de los nervios, sigue estos pasos

Él sabe cómo hacerlo. Cuando un hombre te ama de verdad, hará que cualquier enojo se disipe.

Fernanda Gonzalez Casafús

¡Ay la vida en pareja! Despertar a su lado con los rayos de sol bañando su rostro, y una suave brisa entrando por la ventana, en una mañana perfecta de primavera. No, ¡espera! ¿Qué hace la toalla en el piso? Querido, ¿por qué dejaste subir al perro a la cama, si aún no lo bañamos? ¡Creo que voy a colapsar!

Si esta situación te suena muy familiar, sigue leyendo.

Estás felizmente en pareja, planeando tener hijos, o ya con uno, dos o tres. Tienes la familia que siempre quisiste, pero a veces te encuentras que estás a punto de explotar, pues parece que hablas chino mandarín cuando intentas comunicarte.

Uno…dos…tres.. ¡Ommm!

Suspiro, suelto. Otra vez, respiro profundo, exhalo. Ahora sí, estoy más calmada y voy directo a decirle, con mi mejor sonrisa, por qué le puso el abrigo rojo para ir a la escuela a nuestro niño y por qué olvidó nuestra cita del viernes, e invitó a los abuelos a cenar.

Me mira algo confundido. Bueno, ofuscado en verdad “¡¿Y ahora qué hice?!”, es lo que debe pensar. Se sorprende cuando, en vez de criticar, vuelvo a explicarle con toda la parsimonia y la calma que este período del mes me permite, que no ha comprendido bien mi mensaje.

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Entonces, tomo lápiz y papel

Quiero decirle primeramente que lo amo, y que adoro convivir con él, con sus errores y aciertos. Y que agradezco la infinita paciencia que tiene conmigo (sí, como casi todas las madres y esposas, suelo ponerme algo densa cuando las cosas no salen como quiero).

Quiero decirle también que la vida de pareja amerita una constante renovación de votos, estar en sintonía con el otro, y ayudarse mutuamente. Quiero decirle que necesito que me escuche, y que entienda que ahora que nuestros hijos van creciendo, las necesidades de la familia van mutando.

Y como no hay nada mejor que comunicarnos y decirnos las cosas de buena manera, decido armar una lista, para que mi esposo se entere de cuáles son aquellas cosas que a mí -y a la mayoría de las mujeres- nos sacan de las casillas y atentan contra una convivencia armoniosa.

Pero que sepa además, que él tiene rasgos maravillosos que lo hacen especial, y que muchas veces es él quien logra calmar mi ansiedad y nervios.

Cariño, cuando no quieres que colapse de los nervios, entras en acción

1 Abrázame cuando menos lo merezca

Será cuando más lo necesite. Esos días en los que me siento muy nerviosa, o nada parece agradarme, un abrazo tuyo todo lo soluciona. Sí, aún te pediré que no olvides sacar al perro, o que laves los platos, pero ahora que me abrazas, mis palabras serán tan suaves como una pluma.

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2 Riéte conmigo, o de mí, da igual

No hay nada que enamore más a una mujer que el sentido del humor. Me encanta cuando te ríes y te burlas cuando te regaño. Me tomas de las manos y me ablandas por completo. Sigo gruñendo, pero poco a poco comienzo a reírme también. Si hay algo que me enamoró de ti es que eres tan divertido. Y cuando estoy a punto de colapsar, qué bien me viene que seas mi bufón.

3 Sorpréndeme

Vamos, siempre supiste hacerlo muy bien. Demuéstrame que aún eres ese chico galante que quería sorprenderme. Adoro cuando, tras un día enloquecedor, sin decir nada te encargas de los niños y dejas que sea yo quien se meta en la cama primero.

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4 Hazte dueño de todas las ventanas

La casa es grande, es imposible limpiarla en un día. Me vuelvo loca cuando llega la parte de limpiar los vidrios. Pero ahí estás tú, presto a dejar las ventanas inmaculadas. Y esa, ciertamente, es otra forma de sorprenderme.

5 Dime piropos, aún cuando mi rostro sea el de una señora gruñona

Recuerdo que tiempo después de haber dado a luz a nuestro segundo hijo, me sentía tan fea que no quería mirarme al espejo. Nada me quedaba bien y he llegado a llorar en silencio porque mis hormonas estaban tan revolucionadas como mi vida. Tus piropos, cargados de amor, aplacaban mis inseguridades.

6 Recuerda mis pedidos

Este es un pedido de todas las mujeres del mundo. Si sabes que vas a olvidarlo, anótalo. Pero por favor, no me hagas repetir las cosas tantas veces. Gracias cariño.

7 Sigue dejando la ropa doblada en el cesto de lavar

Eres el único espécimen humano en esta tierra que deja la ropa doblada en el cesto de lavar. Cuando pienso en todo lo que tengo que hacer, y la tremenda cantidad de ropa que hay para lavar, recuerdo eso y se me pasa. Simplemente me alegra el día.

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8 Continúa mostrándote tan satisfecho con la cena (así sea comida recalentada)

No he tenido tiempo de preparar la cena que yo esperaba. Sabes muy bien que eso me pone de mal humor. Y ni hablar si el pastel de papas no quedó como yo quería. Y ahí estás tú, con esa cara de estar comiendo el platillo del mejor restaurant gourmet del mundo. Eres simplemente único.

9 No dejes de decirme lo enamorado que estás de mí

A pesar de los momentos de tensión, las peleas y pleitos que surgen entre nosotros, sé que guardas en tu corazón un profundo amor hacia mí, al igual que yo por ti. Y eso es lo que siempre nos salva.

Tú, cariño, eres quien me rescata cuando estoy a punto de colapsar. Y aunque muchas veces eres tú mismo o tus acciones las que me enloquecen, sabes muy bien cómo hacer para reivindicarte y lograr que sigamos adelante, juntos. Siempre luchando y avanzando a la par.

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.