¡Clap! ¡Clap! 5 maneras efectivas de ayudar a tus hijos a que dejen de ser distraídos
Los problemas de distracción en los niños son fáciles de detectar y solucionar. Considera estas maneras efectivas y aplicalas en la enseñanza de tus hijos.
Adriana Acosta Bujan
¿Has escuchado la frase, “Las mujeres pueden hacer dos o más cosas a la vez”? Es seguro que sí. Pero yo no sé qué tan cierto sea. Desde mi experiencia puedo decir que yo no logro concentrarme con facilidad; sin embargo, existen personas que al hacer sus deberes suelen concentrarse mucho mejor cuando escuchan música.
Vivimos en un mundo lleno de distracciones: la música, la televisión, el internet, los espectaculares, los colores llamativos en cualquier objeto, el ruido, las preocupaciones, el estrés, en fin; todo lo que nos rodea puede ser un pretexto para dispersarse.
En comparación con los niños, es mucho más fácil que los adultos puedan concentrarse al realizar un trabajo, simplemente porque conocen la importancia de cumplir con las obligaciones.
En este tenor, observa las actitudes de tus hijos para que detectes si son distraídos y pregúntate: ¿se tardan muchas horas en realizar su tarea?, ¿cuándo se les da una orden, difícilmente la recuerdan o la cumplen?, ¿les hablas y no te ven a los ojos?, ¿pasan largas horas jugando en su mundo de fantasía y casi no están en la realidad?, ¿se entretienen con su juguete favorito y pasados tres minutos olvidan dónde lo dejaron?
Recuerda que no se trata de una situación alarmante, únicamente acusan falta de concentración. Lo primero que debes hacer al respecto es conocer el estado de salud de tus hijos: ¿escuchan?, o ¿tienen buena visión? Algunos niños son distraídos porque tienen problemas con el oído o la vista.
Una vez que hayas descartado problemas físicos, ahora comienza a ayudarlos. ¿Cómo? Aquí cinco sugerencias:
1. Cuida lo que se llevan a la boca
Una buena alimentación hará que tus hijos se concentren de manera eficaz. Recuerda que ésta debe ser equilibrada para proveerles de energías. Algunos alimentos, por sus componentes nutricionales, son excelentes para que el cerebro pueda oxigenarse, por ejemplo: las nueces (aportan gran cantidad de ácidos omega), pollo y huevo (por las proteínas que contienen), el chocolate, el pan, entre otros. No olvides que el agua les es necesaria para que se mantengan bien hidratados.
2. El sueño reparador
Es importante que desde pequeños les enseñes hábitos de sueño. Acostúmbralos a que duerman siempre a la misma hora. Apaga las luces de su habitación, léeles un cuento o cántales una canción. En todo caso, asegúrate de que duerman las horas suficientes de acuerdo con su edad (si son pequeños, vigila que hagan su siesta). Un buen descanso asegura que tus hijos se concentren mejor y tengan la energía suficiente para rendir a lo largo del día.
3. Asegúrate de que te escuchan
Siempre que delegues una orden mira a tus hijos a los ojos para que aprendan a escuchar y a entender lo que se les pide. Inculca el gran valor de saber escuchar a las personas, porque les será útil el resto de su vida.
Si sabes que tus hijos son distraídos, repite varias veces las instrucciones hasta que les haya quedado clara la información. Trata de ser breve y sencilla en tus mensajes (sin tanto rollo). Pide que repitan de manera breve lo que entendieron.
Es recomendable utilizar herramientas que les ayuden a concentrarse como los juegos de mesa (memorama, sopa de letras, laberintos), entre otras.
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4. ¡Una orden a la vez!
Recuerda que hay situaciones que merecen mayor atención y concentración como las tareas escolares. Si comienzas a delegar responsabilidades, toma en cuenta aquéllas que crees que merecen más tiempo para razonar. ¡No ordenes varias cosas a la vez!
Prepara un lugar adecuado en tu casa que sea exclusivamente para el estudio, con buena iluminación. Evita todos los distractores como la televisión, las pláticas o los juguetes. Establece un horario para cada tarea asignada y motívalos con recompensas.
5. Ordena de acuerdo con su edad
Si quieres que tus hijos no se distraigan y se concentren en sus deberes, recuerda delegar funciones con base en su edad de maduración. No le pidas a un niño de diez años que cuide de su hermana de dos. Siempre debe existir lógica y coherencia al momento de ordenar.
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Es vital que el ambiente familiar sea armonioso. Los padres deben tener mucha paciencia y tolerancia ante los hijos que no obedecen y son distraídos. Evita los regaños, castigos, gritos y maltratos. Y mejor, ¡educa con amor!